Entre el 9 y el 10 de noviembre de 1938, una serie de actos violentos dirigidos contra los judíos tuvieron lugar en Alemania y algunas zonas de Austria y la República Checa.
Conocida como la “Noche de los Cristales Rotos” o Kristallanacht, los hechos son considerados como el puntapié inicial a los “planes de violencia antisemita organizados e impulsados por los servicios de inteligencia alemanes contra la población judía alemana”.
El nombre dado a los hechos, recuerda teleSUR alude “al incontable número de fragmentos de vidrio quebrado proveniente de sinagogas, casas y locales comerciales pertenecientes a los judíos agredidos.”
Las acciones de esos día fueron el reflejo más directo de las políticas de odio contra la población judía que, de la mano de Adolf Hitler y la cúpula de la Alemania nazi, “marcó el inicio del Holocausto”.
A partir de ese momento y hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), la política antisemita del Tercer Reich fue la responsable del asesinato de al menos 6.000.000 de judíos.
Durante esas siniestra 48 horas, reseña la agencia de noticias, “los nazis destruyeron unas 1.574 sinagogas, saquearon y destruyeron alrededor de 7.000 tiendas, asaltaron miles de viviendas, y arremetieron contra cementerios, hospitales y escuelas”.
Las acciones de esas dos noches provocaron la muerte de 74 judíos alemanes y la detención arbitraria de entre 20.000 y 30.000 judíos, quienes en su mayoría fueron encarcelados y deportados luego a los campos de concentración de Dachau, Buchenwald y Sachsenhausen.
Además de estas acciones, “el gobierno nazi impuso una multa de mil millones de marcos a la comunidad judía”, obligándolos “a limpiar y reparar los daños causados a sus propiedades “, impidiéndose, además que los mismos pudieran “cobrar los seguros por daños que sufrieron sus propiedades”.
“En las semanas posteriores”, recuerda el medio de prensa, fueron promulgadas docenas de leyes y decretos cuyo objetivo central fue “privar a los judíos de su propiedad y sus medios de vida”, medidas estas que, con el paso del tiempo se agravaron.
“A corto y mediano plazo”, los sucesos acontecidos en esas 48 horas, “consiguió el objetivo del gobierno nazi” de forzar la emigración judía.
Los actos violentos, inicialmente discriminatorios, ocurridos en la llamada “Noche de los Cristales Rotos”, pasaron a ser, con el correr de los años subsiguientes, el fundamento nazi para la masiva deportación y exterminio de millones de personas que constituyó, para el caso de la población judía, lo que conocemos como el Holocausto.