El Fiscal Alejandro Machado decidió archivar la denuncia contra Carolina Cosse por la construcción del ANTEL Arena porque no encontró ningún delito. Esa fue la noticia del día y con razón. Pero no es solamente eso lo que pasó. En realidad, estamos ante una decisión judicial que pone fin a una enorme operación política.
La decisión mayoritaria del actual directorio de ANTEL, encabezado por Gabriel Gúrmendez, precandidato presidencial del Partido Colorado, de presentar una denuncia penal contra Carolina Cosse por la construcción del ANTEL Arena, fue eso, una enorme operación política.
La denuncia penal, absolutamente traída de los pelos, basada en una auditoría realizada a medida por una consultora presidida por un notorio militante del Partido Nacional que se dedicaba a atacar al Frente Amplio en sus redes, un ejemplo garantista si los hay, formó parte de una estrategia mucho más vasta.
Durante más de tres años, porque esto empezó desde la misma inauguración del ANTEL Arena que fue en 2018, cobró una intensidad mayor en la campaña electoral y fue el tema central de Gúrmendez durante toda su gestión, se sembraron dudas sobre esa obra. Se golpeó a Carolina Cosse, a ANTEL, a la Intendencia de Montevideo y al Frente Amplio.
Esta denuncia que fue archivada por la justicia por falta total de méritos surge de las muy cacareadas auditorías que se iban a hacer sobre toda la gestión del Frente Amplio. ¿Qué se encontró? Nada. Tuvieron que basarse en auditorías de, por lo menos dudosa objetividad y enormes deficiencias técnicas, para no encontrar nada. Esto no es un juego, denunciaron a compañeras y compañeros, los pusieron en la palestra pública, dijeron cualquier cosa y los resultados son estos. Hay que hacer un agregado necesario: ahora suena hasta tragicómico que se hayan presentado como adalides de la transparencia quienes no han podido explicar la banda criminal de Astesiano en la Torre Ejecutiva, la entrega de un pasaporte exprés al narcotraficante Sebastián Marset, los acomodos en Salto Grande, la entrega a dedo de viviendas y un largo etcétera. Pero así fue. No hay que olvidarlo, ni permitir que se olvide.
Es en ese marco general que se dio esta denuncia. Eso hay que resaltarlo, pero también que en este caso se buscó golpear a la compañera Carolina Cosse. Carolina ha enfrentado un hostigamiento permanente y múltiple en estos años. Se la acusó y se dijo cualquier disparate sobre ella por la construcción del ANTEL Arena. Pero también se la cuestionó por convocar a la solidaridad con los que enfrentaban el hambre en la pandemia un 25 de agosto en el Día del Comité del Base. Se la criticó por demagogia cuando planteó el Plan ABC y hacerse cargo de la dura situación social de miles que el gobierno de derecha no atendía. Se la atacó por las medidas que tomó durante la crisis hídrica. Se la cuestionó por la bicisenda. Hasta se generó un insólito debate historiográfico sobre la fecha exacta de la fundación de Montevideo, poque también estaba mal, parece, celebrar los tres siglos de la ciudad y hacerlo con cultura y con alegría, con convivencia ciudadana. En estos años casi que no hubo iniciativa que tomara la Intendencia de Montevideo que no fuera ferozmente atacada por la derecha mediática y política. En el colmo del despropósito los ediles del Partido Nacional le promovieron un juicio político que de prosperar implicaba su destitución. De ese nivel de hostigamiento y de mentiras estamos hablando.
Desde el primer momento Carolina Cosse defendió la pertinencia del ANTEL Arena, de su construcción y de que la empresa estatal invirtiera en ello. Hoy ya somos miles los que hemos disfrutado del ANTEL Arena, en eventos deportivos y culturales. Desde la derecha siguen con su discurso, porque en realidad están en contra de que ANTEL crezca, en contra de que una empresa pública aporte al Uruguay y sus ciudades. Ellos querrían que como en el resto del continente lo que se construyan sean Claro Arena y Movistar Arena o un Centros del Espectáculo, lo que sea, pero privado.
El ANTEL Arena es una realidad y también lo es toda la infraestructura que se ha generado alrededor, de todo tipo, y que apunta a una presencia estatal, de servicios y de cultura, en una zona con una realidad compleja en nuestra capital. Eso también le molesta a la derecha.
Hizo bien Carolina Cosse, cuando al salir del juzgado se preguntó: “¿Cuál es el proyecto de verdad de telecomunicaciones? En esta nueva era digital que la propia Antel ayudó a cimentar, ¿cuál es el nuevo proyecto que nos va a asombrar? Como nos asombró el cable submarino, como nos asombró el Data Center, como nos asombró el universal hogar, por ejemplo, inédito en el mundo, como nos asombró el Antel Arena, como nos asombró el proyecto de Fibra al Hogar, que ha puesto a Uruguay en un lugar destacadísimo y que ha traído inversiones. Bueno, ¿qué es lo próximo con lo que Antel nos va a asombrar? Esa es la estrategia, ¿dónde está? Nadie lo sabe».
Es que Gúrmendez hizo de su gestión un trampolín político y dejó a la empresa estatal de telecomunicaciones sin rumbo, en una actuación insólita se ocupó más de atacar lo que eran los principales activos de la empresa que presidía, el plan de negocios fue abrirle espacio a las trasnacionales que le compiten y darle millones de dólares, año a año, a los canales de televisión abierta de Montevideo. Eso también hay que señalarlo y con fuerza.
Pero hoy hay que saludar que se haya hecho justicia. No hubo ningún delito en la construcción del ANTEL Arena, que quede claro. Y también que quede claro que se cayó otra operación política más contra la compañera Carolina Cosse. Carolina va.