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Golpe blando en Colombia

Rony Corbo

Las clases dominantes le declaran la guerra a Petro.

Llamando las cosas por su nombre, el presidente de Colombia Gustavo Petro se refirió al plan de golpe blando que, en su contra, intentan las clases dominantes colombianas y sectores militares con importante contacto con el imperialismo norteamericano.

Dicha estrategia tiene el objetivo de desestabilizar al gobierno, impedir su gobernabilidad y reducir su margen de maniobra para, dado el caso, derrocar al presidente o, al menos, evitar el triunfo de una candidatura progresista en 2026.

La decisión del Consejo Nacional Electoral de abrir una investigación y formular cargos contra el presidente Petro, por supuestamente haber excedido los topes de financiamiento de su campaña, es parte de lo que conocemos como “lawfare”.

El autor de la ponencia que pide formular cargos contra la campaña presidencial de Petro, es Álvaro Hernán Prada, del Centro Democrático, el grupo de extrema derecha del expresidente Álvaro Uribe Vélez. Hernán Prada tiene abierto un proceso de investigación por la Corte Suprema por soborno de testigos en el juicio de Álvaro Uribe.

Los medios corporativos de comunicación encabezan la movida, provocando la sensación de que la situación del país es pésima y el gobierno es incapaz de resolver los problemas de la población. Esto es generado en parte por una la bancada opositora  en el Congreso, que es mayoritaria y está en manos de la derecha colombiana, así como la Procuraduría General de la Nación.

La movilización social para evidenciar este descontento y desestabilizar al gobierno, es bien utilizada por la oligarquía colombiana,  que todos los días alienta a movilizaciones en todo el país desde sus medios masivos de desinformación.

El pueblo, liderado por su presidente, también se moviliza para defender su gobierno, generándose una verdadera lucha en todas las esferas de la política colombiana.

Petro: ha comenzado el “golpe blando”

En la gira por las principales ciudades de Colombia, llamada “Gobierno con los barrios populares”, el presidente Gustavo Petro informa directamente a su pueblo la realización de un golpe blando en su contra y pide a los habitantes de los barrios populares, que es en donde más apoyo tiene, que lo rodeen.

En Ciudad Bolivar de Bogotá, Petro dijo que no está conforme con la marcha de su gobierno y anunció un proyecto de ley para que las empresas financieras deban invertir en la economía popular. Ordenó reducir el precio de las tarifas eléctricas, y reiteró que se inició un golpe blando en su contra con el tema de la financiación electoral, convocando al pueblo a movilizarse en defensa del gobierno popular y a “constituirse en poder constituyente”, para así convocar un proceso constituyente ante la ofensiva de la derecha, para cambiar de raíz la constitución colombiana.

También evaluó, junto a su gabinete, el ritmo de las reformas y los llamó a “apretar el acelerador”, para confrontar con proyectos concretos, la ofensiva de la oligarquía. Dijo, por ejemplo, que en Bolívar, no hay universidad, pero hay edificios públicos de Educación; entonces se traen docentes universitarios y se comienza el dictado de carreras, en un ejemplo claro de lo que se puede hacer si “hay voluntad política”.

Para finalizar el acto en Bolivar, Petro dijo: “el ataque es fuerte contra el gobierno e incluye la opción del golpe y la ruptura institucional. Navegaremos en las tormentas y sabremos que en última instancia todo depende del pueblo”. 

Petro y la política internacional

La llegada de Gustavo Petro a la presidencia de Colombia en agosto del 2022, ha supuesto una ruptura con la tradicional política internacional colombiana, aliada al imperialismo norteamericano.

Colombia se sumó a los movimientos políticos hacia la izquierda del espectro ideológico  de América Latina y el Caribe en los últimos años. Y lo hizo en un tiempo en el que el sistema internacional se enfrenta a diversas fuerzas y corrientes ideológicas, que buscan sentar las bases de un nuevo orden internacional, donde Estados Unidos va perdiendo protagonismo e intenta alinear “su patio trasero”. 

El desalineamiento parcial con Estados Unidos, y una agenda pro integración latinoamericana, han sido claros, en los primeros meses del gobierno de Petro, pero había un tema que cambiaría completamente la política exterior colombiana y en particular la de su presidente. Este hecho es el conflicto de Hamás con Israel y la posición de Petro, que lo llevó a romper relaciones diplomáticas con Israel y por ende, tensar las relaciones con los EEUU, país que tiene nueve bases militares en territorio colombiano.

El 1 de Mayo, en el acto de conmemoración del Día Internacional del Trabajo, el presidente anunció que Colombia rompía sus relaciones diplomáticas con Israel.

«Aquí, delante de ustedes, en este día tan especial, el presidente de la república informa que se romperán las relaciones diplomáticas con el Estado de Israel (…) hoy la humanidad, en todas las calles, está de acuerdo con nosotros. No puede volver la época del genocidio, del exterminio de un pueblo entero ante nuestros ojos, ante nuestra humanidad. Si muere Palestina, muere la humanidad y no la vamos a dejar morir», dijo ovacionado por el movimiento obrero y el pueblo colombiano en las calles.

La ruptura de relaciones anunciada por el gobierno colombiano, supone un giro de 180 grados a las políticas de anteriores administraciones de derecha y extrema derecha, que habían afianzado a Colombia como el principal aliado de Israel en esta región. 

En febrero de este año, Petro suspendió la compra de armas a Israel después de que decenas de personas murieran mientras buscaban comida en Gaza durante una ofensiva israelí. El mandatario colombiano calificó esos actos como «genocidio», dijo que recordaban al «holocausto» y añadió que el mundo debía «bloquear» a Benjamín Netanyahu, el primer ministro israelí.

La respuesta israelí no se hizo esperar. El ministro de Relaciones Exteriores israelí, Israel Katz afirmó que “la historia recordará que Gustavo Petro decidió ponerse del lado de los monstruos más despreciables conocidos por la humanidad” y agregó otra serie de insultos, lo que motivó el quiebre de las relaciones diplomáticas entre Israel y Colombia, lo cual marca de manera determinante, la agenda colombiana de política exterior.

La decisión presidencial, cuenta con el respaldo unánime del bloque alternativo que lo apoya, en particular las diversas organizaciones sociales, quienes aclamaron a Petro cuando hizo el anuncio.

La decisión del presidente de Colombia de romper relaciones diplomáticas con Israel, ha tenido repercusiones nacionales e internacionales, como el rechazo de la ultraderecha, ligada a los intereses económicos y políticos del sionismo y del propio imperialismo norteamericano.

Por otra parte, el anuncio de Petro fue saludado por el amplio movimiento social latinoamericano y caribeño, y lo pone a Petro entre los lideres populares más queridos de nuestro continente.

Lejos de un aislamiento internacional, como  vaticinó la prensa continental hegemónica, la posición de Gustavo Petro de romper relaciones con Israel, ha recibido el respaldo de los sectores populares y coincide con la de otros gobernantes en América Latina y el mundo, realzando la figura del presidente colombiano, el cual junto a su pueblo resiste la embestida oligárquica y pro imperialista.

Foto

Presidente de Colombia, Gustavo Petro. Foto: Juan Diego Cano – Presidencia de Colombia.

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