Como cada primero de mayo, la pasada jornada, las trabajadoras y los trabajadores se movilizaron con un claro objetivo, la lucha por una sociedad más igualitaria.
Concebido como un día de lucha y de homenaje a quienes a lo largo de la historia murieron en defensa de los derechos y las conquistas de los/as trabajadores/as, el primero de mayo, sigue siendo un día de fraternidad, solidaridad de clase y sobre todo de lucha, lucha en defensa de lo ya alcanzado y lucha por lo que resta alcanzar.
El acto de la pasada jornada convocó miles de voluntades a lo largo y ancho del país y bajo la consigna “por quienes movemos la rueda”, constituyó una acción colectiva de análisis y reflexión del momento histórico que atravesamos, tanto a nivel nacional, como internacional.
La perspectiva de una sociedad sin explotados ni explotadores cobra en el presente una nueva dimensión, sobre todo si se observa la situación nacional.
Signado por un escenario producido por políticas neoliberales que solo contemplan los grandes intereses de los “malla oro”, este 2022 dibuja una geografía nefasta para los trabajadores/as uruguayos/as.
A la pérdida de trabajo y salario real que vienen denunciando los trabajadores/as organizados, se le suma la existencia de más de 100.000 uruguayas y uruguayos alimentándose de ollas y merenderos populares, así como, un crecimiento vergonzoso de la pobreza que alcanza ya a 66.000 uruguayas y uruguayos, de ellos 21.000 tiene menos de 18 años.
La jornada no solo fue masiva, sino que mostró la capacidad del movimiento obrero uruguayo para movilizarse y demandar al gobierno y sus socios de las patronales, se atiendan todos aquellos derechos que, por principio, la derecha vernácula pretende limitar y/o suspender.
El momento, tal y como se afirmó ayer en las diversas intervenciones, es de lucha, porque solo luchando es como nacen los derechos de aquellos que verdaderamente “mueven la rueda”.