Por Fernando Pereira*
Sobre la flexibilización laboral, Manini Ríos dijo que “no puede ser” que el almacenero de barrio pague el mismo laudo que las grandes empresas y pidió hacer “tratamientos preferenciales”.
Si uno lee esta afirmación del senador Manini tendería a pensar que, un trabajador de una almacén o de un quiosco gana lo mismo que el trabajador de una gran superficie (supermercado) o que el trabajador de un shopping, dado que el ejemplo que se pone es de comercio y servicios.
Esto no es lo que sucede, el salario de un trabajador de un almacén en la categoría de cadete, que es la más baja, es de $21.790 nominales (aproximadamente 17 mil líquidos) y un trabajador de un supermercado en su categoría más baja, auxiliar, gana $24.126 nominales.
Como se puede observar, la afirmación de Manini es sumamente errada y poco estudiada en tanto no tienen salarios iguales. Pero lo más complicado es que Manini piensa que un trabajador de almacén debería ganar menos de 17 mil pesos líquidos.
Otra cuestión muy diferente es analizar cuáles deberían ser los estímulos y los subsidios para que las pequeñas empresas puedan soportar los efectos que la pandemia pueda tener sobre ellas.
Esos estímulos pueden ser impositivos, pueden estar vinculados a las políticas de compras públicas, puede estar vinculado a la reducción temporal de tarifas y la contraparte debería estar vinculada al mantenimiento de los puestos de trabajo, también para uruguayos/as con inestabilidades múltiples.
Desde el principio de la pandemia hemos insistido en que es necesario mantener vivo el aparato productivo y al mismo tiempo tomar medidas adecuadas para mantener el entramado social y que no sigan cayendo uruguayos bajo la línea de la pobreza.
Hemos insistido en el ingreso básico de emergencia de un salario mínimo, a trabajadores informales, literal E, monotributistas, empresas unipersonales y pequeñas empresas.
Posiblemente haya propuestas mejores para incentivar a un sector muy golpeado, pero esas medidas no pueden estar ligadas a sacar derechos de los que menos ganan, esos trabajadores son sujetos de derechos que todos deberíamos defender.