Durante este fin de semana Londres fue escenario de varias manifestaciones de apoyo a Julian Assange.
El objetivo de las manifestaciones, reportó el portal de noticias Kaosenlared, fue exigir la inmediata libertad del periodista y en consecuencia “el archivo del procedimiento por el que la justicia británica pretende extraditar a Estados Unidos al periodista de Wikileaks”.
De acuerdo al medio de prensa, la concentración más importante se produjo durante el mediodia del sábado cuando cerca de un millar de manifestantes se congregaron frente al edificio del Parlamento.
Los manifestantes denunciaron lo que calificaron como “rastrero proceder de los jueces británicos”, en especial contra “Jonathan Swift, juez del Tribunal Superior de Justicia de Londres, quien fue el que rechazó el pasado 6 de junio el recurso de apelación interpuesto por la defensa de Assange contra la decisión del Gobierno británico de extraditar al periodista”.
Este “alto magistrado” denunciaron, aplica “una justicia servil y rastrera, sometida a los criminales intereses de Estados Unidos.
La sentencia de extradición de Assange, es considerada por los manifestantes “como un ataque directo contra la libertad de expresión y los derechos humanos”.
“No podemos permitir que los jueces británicos del Tribunal Supremo entreguen a Julian a la criminal justicia norteamericana, dijo Kristinn Hrafnsonn, histórico redactor jefe de Wikileaks, “porque eso sería condenar la libertad de expresión en el mundo y criminalizar a todos aquellos periodistas que denunciamos la violación de derechos humanos que practican en Estados Unidos”.
Hrafnsonn subrayó que si Assange “llegara a ser extraditado y condenado a cadena perpetua, todos los periodistas que no nos sometamos a la tiranía norteamericana nos convertiríamos también en criminales”, al tiempo que enfatizó que “el inaceptable encarcelamiento” del periodista constituía “una medida de complicidad con Estados Unidos” que afecta a todos los periodistas del mundo, “su extradición”, afirmó, “significa su asesinato”, por lo que, de concretarse convertiría a la justicia británica “en cómplice directa de ese asesinato” y de todos aquellos que han sido denunciados desde Wikileaks.
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