Desde hace semanas, decenas de miles de docentes de la enseñanza secundaria desarrollan en Seúl, sucesivas movilizaciones.
Las movilizaciones han sido acompañadas por más de 100.000 docentes quienes han recibido el respaldo popular en sus reclamos de que padres y estudiantes detengan las acciones de acoso a las que diariamente son sometidos.
En la última de las movilizaciones, reseña el diario Página 12, los docentes “desfilaron por las calles de la capital uniformados de negro” procedentes de varios lugares del país.
Las protestas se desataron 49 días después del suicidio de una joven docente que había escrito en su diario personal sus temores de ingresar al salón de clases.
El suicidio de la docente desató la reacción masiva de protesta y tras las movilizaciones de miles de docentes comenzaron los reclamos de protección ante los acosos que realizan los padres de alumnos, “quienes los llaman a su teléfono personal incluso por las noches y en fin de semana, a quejarse por el trato y la educación que reciben su hijos (si son bloqueados, llaman desde teléfonos prestados)”.
Según el medio de prensa, los docentes exigen se revise una ley de 2014 que permite “que se los acuse con facilidad de maltrato”.
Esta norma, impide que los mismos puedan “intervenir para mantener la disciplina” cuando se suscitan peleas entre estudiantes y permite que si son acusados por algún padre se los sancione con la suspensión.
Para los docentes, la ley permite que los padres hagan uso de “un poder extorsivo” contra ellos.
Además de las potestades que otorga la norma, en el país se considera que al ser los padres los que pagan la educación de sus hijos, tienen entonces todo el “derecho y autoridad para reclamar al docente lo que deseen”.
Desde hace siete semanas los docentes realizan sus movilizaciones en un perfecto “orden marcial” y ante la prohibición existente de declararse en huelga, han realizado coordinaciones para declararse enfermos o solicitar vacaciones.
Las protestas, afirma el medio de prensa, han sido organizadas por los “profesores de manera independiente” y sin la participación del sindicato.
Por causas similares a las del suicidio de Min-so, otros dos docentes “se suicidaron en las últimas semanas”.
Cerca de un centenar de docentes, desde 2018, se han quitado la vida y unos 12.000 presentaron su renuncia el pasado año debido al hostil ambiente en que realizan sus funciones.