Regina Reyes (*)
Miles de mexicanas y mexicanos, felices, cantando, agitando banderas, coparon el Zócalo de la Ciudad de México. Llegaron a aclamar y saludar a la nueva y primera Presidenta de los Estados Unidos Mexicanos, la científica y humanista, Claudia Sheinbaum Pardo de 62 años.
Fue el momento de la expresión social masiva, el día que Sheinbaum asumió como jefa de Estado, tomando el juramento en la Cámara de Diputados, ante unos 900 invitados, entre ellos presidentes y altas autoridades de 105 países de todos los continentes. Junto a ella, el saliente mandatario, Andrés Manuel López Obrador y la histórica demócrata y actual presidenta de la Cámara Baja, Ifigenia Martínez.
Al saludo del pueblo mexicano llegaron ciudadanas y ciudadanos, jóvenes y viejos, trabajadores y profesionales, organizaciones sindicales, indígenas, estudiantiles, campesinas, culturales. Alrededor de las 16:00 horas la nueva Presidenta salió por la Puerta de Honor del Palacio Nacional, donde vivirá y trabajará los seis años que tiene de Gobierno.
Las avenidas y calles del Centro Histórico estaban repletas. Miles de personas queriendo saludar a la mandataria y celebrando su llegada a la presidencia. Nada de disturbios ni presencia policial. Había profesores, familias, trabajadoras y trabajadores, jóvenes, indígenas.
Era la fiesta, a parte de las ceremonias protocolares, de las cenas y almuerzos, saludos formales. Era el pueblo saludando. Y en horas de la tarde Claudia Sheinbaum salió a mirarlos, a tomar sus manos, a darles su sonrisa, a reiterar que “no les voy a fallar” y comprometer que “vamos a seguir haciendo historia”.
Al hablar a los miles de manifestantes, la Presidenta dijo que “entregaré mi conocimiento, mi alma, y lo mejor de mí misma” en la función presidencial e indicó que “me comprometo a defender siempre a México, a enaltecer el amor, la fraternidad y combatir cualquier forma de discriminación. Estoy aquí para comprometerme frente a ustedes”.
Mujeres indígenas le pasaron el Bastón de Mando
La Presidenta Sheinbaum, en una ceremonia sentida y tradicional, plagada de los colores de la tierra mexicana y de los pueblos indígenas, recibió el Bastón de Mando de manos de mujeres de pueblos originarios, en una de las actividades más significativas para la nueva jefa de Estado.
Un bastón símbolo del poder de pueblos indígenas y afromexicanos y que la mandataria recibió con solemnidad, acompaña de un grupo de mujeres indígenas vestidas con sus ropas tradicionales y recibiendo la limpia con hierbas usadas por las comunidades ancestrales.
“Claudia, que los elementos sagrados te acompañen, que el agua bendita purifique tu alma, que el aire esté contigo”, le dijeron. Juntas alzaron las manos al oriente, punto por el que nace el Padre Sol. Se pidió a abuelas y abuelos dar sabiduría y fuerza a la Presidenta.
En el día histórico
Claudia Sheinbaum Pardo salió muy temprano del edificio donde vive y luego enfiló hacia el Congreso en un automóvil sencillo, sin escolta militar ni policial, por momentos abrió la ventanilla del carro y saludó a la gente. Se atrasó su llegada a la toma de posesión por la cantidad de gente que hubo en el trayecto y que querían saludar a la Presidenta.
En todas las ceremonias y actividades estuvo acompaña por su esposo, Jesús María Tarriba, también científico, ella con un hermoso y sobrio vestido de color marfil, con leves bordados de colores, procedentes de Oaxaca.
En la Cámara de Diputados tomó posesión como Presidente de la República ante cientos de diputados y senadores, altos representantes del Poder Judicial, el nuevo gabinete que incluye a los principales mandos militares, más de cien invitados extranjeros, invitados especiales entre intelectuales y gente del mundo de la cultura, y recibió la banda presidencial de manos de Andrés Manuel López Obrador, ante la coordinación de Ifigenia Martínez, presidenta de la Cámara Baja.
Expresó emocionada: “Hoy, después de 200 años de la República y de 300 años de la Colonia, porque previo a ello no tenemos registros claros, es decir, después de al menos 503 años, por primera vez llegamos las mujeres a conducir los destinos de nuestra hermosa nación. Y digo llegamos, porque no llego sola, llegamos todas”.
Política exterior “seguirá principios de libre autodeterminación de los pueblos”
“Agradezco ( ) a las y los representantes de 105 naciones que nos acompañaron en el inicio del segundo piso de la Transformación” expresó la Presidenta Sheinbaum en referencia a quienes llegaron a su toma de posesión, entre ellos presidentes que han sido aliados y amigos del actual Gobierno, como los de Cuba, Colombia y Brasil.
La mandataria expuso en su cuenta X, donde colocó fotos con dignatarias y dignatarios que llegaron a saludarla, que “nuestra política exterior seguirá los principios constitucionales de la libre autodeterminación de los pueblos, la no intervención, la solución pacífica de las controversias, la cooperación internacional para el desarrollo y la fraternidad con todos los pueblos del mundo”.
En la ceremonia de asunción de la jefa de Estado estuvieron el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, el primer ministro de Belice, John Briceño, el presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo de León, el presidente de Ghana, Nana Addo Dankwa Akufo-Addo, el primer ministro de la República Árabe Saharaui Democrática, Bucharaya Hamudi, el presidente de Paraguay, Santiago Peña, y la primera dama de Estados Unidos, Jill Biden, entre otras y otros representantes de más de cien naciones.
El “fracasado modelo neoliberal”
Como ha sido su postura desde hace décadas, siendo activista universitaria, científica, alcaldesa de Tlalpan y Jefa del Gobierno del Distrito Federal, fundadora del partido Morena (Movimiento de Regeneración Nacional), Claudia Sheinbaum criticó este día al modelo neoliberal y planteó que se le enfrentó y se está derrotando porque “cambió el modelo de desarrollo del país”. Acentuó que “del fracasado modelo neoliberal y el régimen de corrupción y privilegios” se pasó a un régimen “que surgió de la fecunda historia de México, del amor al pueblo y de la honestidad, lo llamamos el humanismo mexicano”.
La mandataria enfatizó que “por eso hablamos de una transformación profunda. Y, aceptémoslo, a todas y a todos, a todas y a todos les ha ido mejor. Con este pensamiento y su puesta en marcha se cayeron muchos mitos y engaños del pasado”, haciendo referencia a lo que fue el sexenio de López Obrador con el sello de la Cuarta Transformación que Sheinbaum proseguirá.
Ella apuntó a que “durante el periodo neoliberal, ése, el que le costó tanto al pueblo de México, que marcó nuestra historia por 36 largos años, se decía que el Estado debía diluirse o subordinarse a las fuerzas del mercado, que si la economía se regaba desde arriba iba a llegar a los de abajo, que si aumentaba el salario mínimo iba a haber inflación y no iba a haber inversión extranjera, que si el Estado participaba en la economía iba a haber crisis económica y devaluación, que la corrupción era inherente al gobierno, que la libertad no solo existe en el mercado, que la libertad solo existía en el mercado, que la educación, la salud, la vivienda y el salario justo eran mercancías y no derechos. Todo resultó falso”.
Y volvió sobre un planteamiento que viene hace años: “Por ello, para bien de México, de todas y todos, vamos a continuar con el humanismo mexicano, con la cuarta transformación”.
(*) Periodista desde Ciudad de México. Gentileza de El Siglo.cl