“No era necesario el último aumento del precio de los combustibles”

Iglesias, director de ANCAP por el FA, indicó que “el nuevo mecanismo de fijación del precio de los combustibles se aplicó con discrecionalidad y poca transparencia”.

En diálogo con EL POPULAR, el ingeniero Vicente Iglesias, director de ANCAP en representación del Frente Amplio, analizó los cambios introducidos en la fijación del precio de los combustibles a partir de la Ley de Urgente Consideración (LUC).

Iglesias dijo que en el Comité de Expertos que creó la LUC, y donde se realizó la propuesta de modificación del mecanismo de fijación de precios, “no participó ANCAP”. El director de la empresa estatal afirmó que los cambios instrumentados reflejan “intencionalidad política y desconocimiento del mercado de combustibles uruguayo”, asó como del papel de ANCAP.

-¿Cómo se puede evaluar el nuevo mecanismo de fijación de los precios de los combustibles, habilitado en la LUC, luego de estos meses?

El Poder Ejecutivo diseñó un mecanismo de fijación de precios que, según ellos, era infalible y transparente, demostró no ser ninguna de las dos cosas. Por esas razones, ese mecanismo no se está cumpliendo, dado que si así fuera, se debería estar ajustando el precio de los combustibles mensualmente, a partir del mes de julio del 2021. Entonces la nueva regla demostró no estar bien construida y, además, su aplicación está siendo discrecional y poco transparente.

En distintos momentos de la aplicación de este nuevo mecanismo se inventan factores que van quedando por el camino. Hablaron de ganancias extraordinarias, otras veces de sobre costos. Plantearon un discurso de que la fijación iba a ser estrictamente guiada por factores técnicos. En realidad, terminamos con el Poder Ejecutivo decidiendo con total discrecionalidad el precio de los combustibles, subiendo más que la inflación y más que los salarios.

La realidad es que el nuevo mecanismo de fijación de precios de combustibles, con el cual discrepamos, se ha aplicado con discrecionalidad.

En cuanto a la regla propiamente dicha, la Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua (URSEA), al elaborar el Precio de Paridad por Importación (PPI) solo considera importar combustible, no toda la infraestructura que conlleva eso y lo hace bajo un cálculo teórico que, a su vez, tiene errores y omisiones.

Se hace desconociendo que ANCAP tiene una refinería que aporta valor y, como ya quedó demostrado hace varios meses, es más factible refinar que importar. A eso hay que agregar la importancia de los valores estratégicos que posee Uruguay al tener una refinería.

Estas consideraciones generales y del mecanismo nuevo instrumentado para fijar los precios de los combustibles son la base para decir, además, que, en este momento, el aumento de los precios no es pertinente. Entendemos que el aumento de los precios de los combustibles resuelto por el Poder Ejecutivo para el presente mes de febrero no era necesario.

Afirmamos esto porque, si se mira el porcentaje que suben las gasolinas y lo que se subió el impuesto que se aplica a los precios de las gasolinas en enero, podrían perfectamente haber mantenido, o incluso reducido, los precios de los combustibles en febrero.

En enero del 2022 el Poder Ejecutivo aumentó el IMESI que se aplica al precio de los combustibles sin subir el precio de estos. O sea que, ese incremento, que determinó un aumento de recaudación para el gobierno, se cubrió con las finanzas de ANCAP.

Por otro lado, los salarios ajustaron por debajo de la inflación, lo mismo ocurrió con las jubilaciones y pensiones, hay gente en el seguro de paro, la tasa de desempleo es de considerar y estamos saliendo de una situación crítica, por el COVID 19.

Por todo eso la suba de combustibles no está bien, afecta a la población, a la gente que trabaja, que produce, que exporta.

Había formas, dado que como bien lo expresaron las autoridades se redujo el déficit fiscal, de haber mantenido y no subido en enero los impuestos, lo que habría servido para mantener los precios de los combustibles ahora, o incluso reducirlos.

Hace tiempo venimos reivindicando que se forme una mesa de diálogo que aborde en profundidad el tema de los combustibles, su precio, su comercialización. Propusimos que en esa mesa estén todos los actores del mercado de combustibles y el Poder Ejecutivo. Planteamos que sea allí donde se analice y establezca cuál es la carga contributiva adecuada y justa y los márgenes, qué instrumentos financieros hay para amortiguar las subas y bajas del precio del petróleo.

Hoy por hoy, con la aplicación discrecional del nuevo mecanismo de fijación de precios y con las decisiones, también discrecionales del Poder Ejecutivo en cuanto a los impuestos que se aplican a las gasolinas, el que está poniendo todo el esfuerzo arriba de la mesa, con un sacrificio muy grande, es ANCAP. Es bueno recordar que en el precio final de los combustibles ANCAP participa en poco más de $33, de lo que vale la nafta.

El resto de la cadena, que es la que se lleva el resto del precio, los impuestos, todo lo demás, debería hacer un esfuerzo adicional, no se puede cargar todo el peso solo sobre ANCAP.

Hubo una promesa hacia la población de bajar los impuestos a los combustibles para que estos sean más baratos, es hora de cumplirla.

Hoy el Poder Ejecutivo, al subir el porcentaje de IMESI, aumentó su participación en el precio del combustible. Y también aumentó su recaudación. Esto no redundó en mejoras en la calidad del servicio, o para ANCAP o para la población en general.

-¿En qué influyó la Ley de Urgente Consideración?

Entre la Ley de Urgente Consideración, la de Presupuesto, algunos decretos que vienen a cambiar como se estructura el precio del combustible en el Uruguay, podemos decir que hay un impacto muy importante y no ha sido bueno, ni para ANCAP, ni para la población.

Los cambios que introdujo no tomaron en cuenta particularidades que tiene nuestro país, a saber, no poseemos petróleo, estamos en una zona del mundo que es netamente importadora, tenemos una logística complicada, un mercado pequeño, somos un país pequeño con recursos limitados. Las medidas se tomaron desconociendo el valor que representa para Uruguay tener una refinería y producir combustibles con la calidad y seguridad que lo hace, cosas que no siempre se consiguen en la región.

Además, tampoco se contempló el aporte a la economía, la creación de conocimiento y experticia que construye ANCAP, siendo junto con otras empresas públicas uno de los grandes motores que tiene nuestro país. Una empresa con una tradición y una historia tan querida por las uruguayas y uruguayos.

La influencia no ha sido buena por estas razones. Esto es lo que muestra la realidad.

-¿Qué opinión le merece la actuación del Comité de Expertos y sus recomendaciones?

Como dije no discuto su currículo, si lo que el Poder Ejecutivo les solicitó y luego definió como que es un trabajo bien hecho. En ello radican las diferencias. Como dije anteriormente hay características del mercado y de la empresa estatal que solamente se dan en el Uruguay.

Al Comité de Expertos le faltó expertis, las aseveraciones realizadas por este dan cuenta de la falta de conocimiento del mercado de combustibles uruguayo. Las conclusiones también evidenciaron las intencionalidades políticas detrás de los diferentes actores consultados. Cabe recordar que ANCAP no fue parte de este Comité, cuando es la empresa estatal quién más conoce de este mercado en su globalidad en Uruguay.

-Usted, en notas anteriores, había señalado algunas preocupaciones sobre la situación financiera de ANCAP y también de sus inversiones: ¿Cómo calificaría la situación actual?

Lo que preocupa son los escuetos presupuestos de inversiones, la escasa o nula inversión en investigación, desarrollo e innovación y las restricciones que hay para el ingreso de personal; esa combinación es el problema.

Los lineamientos de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) han sido restrictivos, han recortado las inversiones hasta sus niveles mínimos, comprometiendo el desarrollo de la empresa como tal, que necesita de mejoras continuas, nuevas tecnologías y mantenimientos, así como del personal suficiente para llevar adelante los procesos. De esta manera, se sobre exige al equipamiento actual, a trabajadoras y trabajadores, dados los recortes de personal, y se postergan las inversiones en investigación, desarrollo e innovación

Hoy reconozco que tenemos un gran valor dentro de ANCAP, que es el compromiso de las trabajadoras y trabajadores, cualquiera sea su función y puesto en la organización. Eso es lo que está posibilitando que ANCAP siga produciendo con calidad, seguridad y a precios razonables. Prueba de ello es que ANCAP en el 2021 va a dar probablemente ganancias, lo sabremos cuando esté pronto al balance.

Gerardo Mazzarovich

Compartí este artículo
Temas