Paraguay: Marset se metió en la religión y en la política para lavar dinero

La organización narcotraficante liderada por el uruguayo Sebastián Marset y los hermanos paraguayos Insfrán Galeano utilizaron centros religiosos para lavar dinero y utilizaron el sistema político de Paraguay para infiltrar lugares claves, según publicó El País

La acusación penal conocida días atrás en Paraguay contra José Alberto Insfrán Galeano pone de manifiesto el rol de liderazgo que ocupaba Marset en la organización y su forma de operar.

“Por una parte está el grupo criminal liderado principalmente por Sebastián Marset y, por la otra, el núcleo de Miguel Ángel Insfran Galeano conformado por integrantes de su familia y gente de su confianza, y por último se encuentra la facción criminal extranjera, específicamente de Bolivia, la cual se encargó de proveer a las agrupaciones ilícitas unidas en Paraguay, la sustancia estupefaciente consistente en clorhidrato de cocaína”, explica en su acusación el fiscal Deny Yoon Pak.

Marset, que usaba identidades falsas como brasileño y boliviano, se encargaba de ingresar la droga a territorio paraguayo y luego enviarla hacia Europa y África. Miguel Angel Insfrán (apodado Tío Rico) aportaba la logística y el entramado de empresas necesario para lavar las cuantiosas sumas de dinero obtenidas. Pero en el escrito, con detalles ya conocidos del raid delictivo de Marset, el fiscal destaca el uso de la religión por parte de la organización narco.

José Alberto Insfrán utilizó el dinero proveniente del tráfico de cocaína que recibió su hermano y lo destinó para el funcionamiento de la asociación con fines religiosos denominada “Centro de Convenciones Avivamiento”, dentro del cual ejerció la función de pastor en la ciudad de Curuguaty

“El acusado utilizó la figura de la asociación religiosa para adquirir inmuebles y realizar obras de construcciones sobre ellos, como así también comprar los equipamientos necesarios para el funcionamiento de las sedes de su centro religioso, con el dinero proveniente de la actividad del tráfico de clorhidrato de cocaína”, se sostiene en el escrito.

Y se agrega: “creó la figura de la asociación religiosa, con el objeto de utilizarla como fuente de justificación para simular que las ganancias ilícitas puestas en circulación, dentro del sistema económico y financiero nacional, provienen de las actividades propias del culto, cuando, en verdad, tienen su origen en la actividad del tráfico internacional de cocaína realizada por el citado líder de la organización criminal”.


El entramado religioso involucra directamente a Marset. Se indica en el documento que “el vínculo entre José Insfran y el colíder de la organización criminal Sebastián Marset, también se dio por medio del Centro de Convenciones de Avivamiento, pues el 22 de diciembre de 2020, mediante la aplicación de mensajería encriptada “Sky Ecc”, Marset le pidió al imputado Federico Santoro (extraditado a Estados Unidos, alias “Capitán” o “Captain), lo siguiente: “Podes pagar 100.000 dólares en pesos en Bogotá? Seguidamente le envió dos fotografías, token y número. El destinatario del dinero era un contacto que Marset tenía guardado en su celular como “Profeta Oscar”, quien sería en realidad el pastor colombiano Oscar Alberto González Hincapie. El fiscal Yoon Pak avanza en su hipótesis.

“Todas las conductas hasta aquí detalladas, José Alberto Insfran las realizó con el propósito de ingresar al ámbito político, en representación de la organización criminal, por medio de la figura religiosa, cuya existencia previamente fue causada por él”, asegura. Pretendía hacerlo por Canindeyú, donde creó su sede religiosa.

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