Paola Beltrán
Ana Olivera, diputada y presidenta de la Cámara de Representantes, analizó, aún bajo “los efectos de la emoción y la alegría del domingo” el proceso que llevó al Frente Amplio (FA) a lograr la victoria luego de una dura derrota en 2019.
– Desde el exterior hubo mucha atención a los resultados electorales de Uruguay. Se intenta comprender cómo la izquierda logra, luego de la derrota, mantenerse unida y alcanzar nuevamente la victoria electoral. ¿Qué reflexión te merece esto?
Lo primero que esta «curiosidad» del proceso y los 53 años de vida de nuestro FA es algo que desde hace años es estudiado en la región y en Europa. También lo hacen porque nosotros, no solamente tenemos el FA, tenemos una única central de trabajadores y también eso es objeto de análisis en muchísimos lugares.
Pero en el caso del FA, porque ha pasado pruebas muy importantes. El hecho de que este FA no se haya hecho trizas durante la dictadura, eso ya fue objeto de preguntas, de querer entender, de querer conocer, de muchísimos partidos comunistas y partidos de izquierdas y progresistas del mundo. ¿Cómo construir un Frente donde convivan marxistas y cristianos? Esa es una pregunta que se hizo desde el día uno del FA.
La pregunta es muy válida porque creo que todavía, por más que hacemos esfuerzos, yo sé que estar en la historia todo el tiempo es difícil, porque uno tiene que mirar para adelante, pero anclarse en esa historia para, de verdad, ver lo que fue el trabajo de años para llegar a ese momento. La construcción del FA no fue un proceso lineal, fue construir la unidad en la diversidad y poco a poco transformar al FA como un partido.
Nosotros hoy tenemos definición, estatutos, formas de votación, Congreso, las autoridades, cómo se elabora el Programa, todo eso es fruto de análisis y ahí está la raíz de nuestras fortalezas junto con otra cosa. Yo creo que nuestra fortaleza está en los cinco principios que están en las bases constitutivas del 5 de febrero del 71. Además, tiene esta característica de colación y movimiento, lo dice con otras palabras en el 71 pero significa eso y simultáneamente, el rol de la organización de base, como elemento sustantivo y de la movilización, porque somos una fuerza política de carácter permanente.
Eso es nuestro ADN y a veces hay que estar refrescándolo también para nuestra interna, porque a veces uno piensa que la historia comienza cuando uno llegó y acá hay mucho que se hizo, hay mucho debate, mucho sacrificio.
También cometimos errores y si voy a lo que nos pasó y a la explicación del triunfo de la otra noche, yo creo que aquí hubo un trabajo denodado porque en la derrota, porque como lo repito muchas veces no ganó la coalición, la elección de 2019, la perdimos nosotros, que no es lo mismo, nosotros podríamos habernos destrozado con una autocrítica que hubiera buscado los culpables y la cuchillada por la espalda, nada de eso pasó. ¿Por qué? Entre otras cosas porque, estoy convencida que la coalición pensó que, habiéndonos ganado, o habiendo nosotros perdido, podía hacer lo que se le cantara, que la derrota nos iba a vencer realmente y, por lo tanto, además de la pandemia y con la pandemia en el medio, se mandaron lo de la LUC, un atropello brutal que tuvo la respuesta que tenía que tener, que tuvo la salida a juntar y esa hazaña que fueron las 800 mil firmas. Pero llegamos a las 800 mil firmas porque hablamos con más de 1 millón de personas y fue el conjunto del movimiento político y el movimiento social, fue la autocrítica en la práctica de lo que nos había pasado como fuerza política y junto con eso, entonces, vino toda la parte de la elección interna y después de muchos años, tener un Plan de trabajo que implica resolver los problemas que habíamos tenido, resolver los problemas vinculados con el fortalecimiento del FA, con el fortalecimiento de la estructura territorial en todo el país, resolviendo el vínculo con las organizaciones sociales a partir de la dos rondas de “El FA te escucha”. En el interior eso ha tenido un efecto imponente.
-El FA creció mucho en el interior, en localidades muy pequeñas, en un mapa que presentó El Observador muestra puntitos donde ganó el FA que son pueblitos con muy pocos habitantes. Ese es un elemento novedoso.
Hay un material que dice las localidades que tuvimos más del 50% de los votos, en algunas localidades donde votan 500 personas, es imponente. El título de ese archivo es «Las localidades que molestan a Da Silva».
Cuando ibas a las distintas localidades o a las capitales departamentales (en la campaña electoral), no te decían «ah viene ahora porque son las elecciones», sino que te decían «otra vez por acá». Eso te llenaba de satisfacción porque significaba que habías empezado a cumplir una parte que se sabías que habías estado en falta. No porque en los cinco años de gobierno frenteamplistas no se hubiera recorrido el país con el Consejo de ministros, recibiendo a las organizaciones sociales, sino porque se trataba del rol de la fuerza política, que se vincula de otra manera con la sociedad que el gobierno. Esa es una de las cosas que, para adelante, tenemos que poner con claridad. Ese documento que se votó cuando los precandidatos, de alguna manera, hacían compromiso en relación al cumplimiento del programa y que reafirmaba el vínculo entre la fuerza política, el gobierno y las organizaciones sociales, lo tenemos que tener presente.
También tenés la satisfacción que el Programa que presentamos a la ciudadanía da cuenta de la realidad nacional. Esa es otra de las cosas que nosotros percibimos.
-¿Esta dinámica de estar cerca de la gente, de ir al interior, de estar con las organizaciones sociales, es algo que se va a intentar de sostener?
Sostenerlo porque así lo hicimos como bancada durante el período. Vos te acordás aquello que dije cuando asumí la Presidencia de la Cámara que no era exclusivo mío ni nuestro, el tratar de romper el mármol del Palacio, en sentido figurado, en el hecho de salir y hacer sentir a las organizaciones sociales que el Palacio Legislativo es tu casa, pero esto también hicimos cuando la LUC. No se discutió entre cuatro paredes como quería la coalición, no, participaron más de 135 organizaciones sociales en el debate de la LUC, los sábados recibimos a las organizaciones sociales, la academia, nos nutrimos de todo ellos para dar la batalla y eso siguió así con el presupuesto.
Esa práctica que tuvimos creo que tenemos que redoblar porque ahora vamos a tener una responsabilidad aún mayor. Primero quiero que dure la alegría del domingo, porque a veces tenemos tendencia a no disfrutar lo suficiente.
-Fue un proceso muy largo, de mucho sacrificio, que arrancó en el momento que fuimos derrotados o perdimos por nuestros propios errores, pero inmediatamente empezó el proceso de trabajo y hemos logrado un objetivo muy importante que a veces no terminamos de dimensionar.
Exactamente. La gente tuvo una explosión de alegría el domingo en todo el país, no importó la lluvia, no importó nada. El símbolo de la esperanza. Logremos disfrutar, de hecho, el FA se propone hacer un agradecimiento en todo el país a toda la militancia, entre otras cosas. Porque hay que hacer eso, hay que valorar la militancia abnegada durante estos cuatro años y medio, fue ininterrumpida. Lo decía en una radio de Rosario, Argentina, el triunfo no es fruto de un marketing, es fruto de un proceso de acumulación, es decir, no logramos la mayoría parlamentaria como queríamos en su totalidad, pero en realidad logramos el domingo una victoria contundente, es contundente, entonces, tenemos que, a partir de eso, marcar hacia donde vamos, continuar en esta senda de la esperanza y de que vamos a cumplir.
El sabremos cumplir no es una consigna, es que nos hemos propuesto, en base a ese Programa que todos nos hemos apropiado de él, que fuimos capaces de ir transmitiendo, esto que nosotros hicimos del puerta a puerta, del voto a voto, fue hablar con cada uno en función de sus experiencias, de su vida. Y creo que ahí también está el yeito de que la gente supiera que lo que le estaba pasando no le pasaba solo a él y que acá hubo una estrategia en la que un 5% se apropió de la riqueza y el otro 95% no.
Bueno, ahora, nosotros tenemos que poner en práctica nuestra estrategia de crecimiento en el país, nuestra estrategia de redistribución de los ingresos y la riqueza, (…) Ahora nosotros prometimos una serie de cosas, no las prometimos por demagogia, es nuestra concepción lo que está allí en el Programa y por lo tanto, el cumplimiento de él, para nosotros, es un tema sustantivo.
Entonces, disfrutemos el triunfo y simultáneamente con el disfrute del triunfo pongamos proa al cumplimiento y no dejemos que nada nos desvíe.