Bruno Giometti (*)
Recientemente se publicaron datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) que dan cuenta de la heterogeneidad que tiene nuestro país en lo que refiere a su realidad laboral.
En el trimestre mayo-julio de 2024 hay seis departamentos del interior del país donde la tasa de desempleo supera el 10% de la población económicamente activa: Treinta y Tres, Artigas, Paysandú, Tacuarembó, San José y Río Negro. Asimismo, hay dos departamentos donde la proporción de trabajadores en la informalidad supera el 40% (Artigas y Cerro Largo) y otros seis donde se ubica por encima del 30% (Rocha, Rivera, Salto, Treinta y Tres, Tacuarembó y Soriano).
Más allá de que la tasa de desempleo tiene cierta variabilidad y puede depender de aspectos coyunturales, estos datos muestran una problemática estructural que afecta a buena parte de nuestro país: la incapacidad que tiene la actual matriz productiva de generar trabajo de calidad para los uruguayos.
Asimismo, existen heterogeneidades importantes en el acceso al empleo de diferentes segmentos de nuestra sociedad. Como es sabido, los jóvenes tienen una tasa de desempleo significativamente más alta que el promedio: en julio de 2024 el 26% de los menores de 25 años integrantes de la población activa estaban desocupados. A su vez, el desempleo y especialmente el subempleo afectan en mayor medida a las mujeres que a los varones. Por su parte, la población afro muestra mayores tasas de desempleo, subempleo e informalidad que la población blanca.
Revertir estas enormes diferencias requiere, por un lado, medidas de corto plazo, como la creación de programas sociales de empleo focalizados en los segmentos más vulnerables en materia de acceso al empleo, con mayores ingresos que los establecidos por los programas desarrollados en el actual gobierno, así como un mayor seguimiento técnico y formativo para que estos trabajadores luego puedan insertarse en el mercado de trabajo formal. Por otro lado, a mediano y largo plazo, el despliegue de una Estrategia Nacional de Desarrollo, liderada por el Estado y construida de manera participativa con el conjunto de la sociedad, particularmente los trabajadores.
(*) Economista
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Jóvenes en un puesto de venta a voluntad de papel de regalo, en Av. 18 de julio, en los días previos a la Navidad el año pasado. Foto: Ricardo Antúnez / adhocFOTOS.