Como consecuencia de las protestas realizadas en varias ciudades de la República Democrática del Congo (RPDC) contra la misión de ONU, se reportó un total de cerca de 33 muertos.
Las muertes, señala la agencia Telesur se producen “luego que tropas de la ONU en ese país africano abrieron fuego”, dejando al “menos otros tres muertos”.
Las protestas, comenzaron hace dos semanas e incluyeron “el asalto y saqueo de algunas instalaciones de la ONU en Goma”, para luego “extenderse a otras localidades”, lo que motivó la evacuación del personal de la ONU.
La muerte de tres civiles ha sido justificada por el organismo internacional argumentándose que las mismas se producen como respuesta a un ataque recibido por los soldados de la Monusco quienes se vieron obligados a “disparar en un puesto fronterizo con Uganda”.
Según el portavoz del gobierno, Patrick Muyaya, un informe de “la comisión especial dirigida por el ministro de Interior señala un cómputo de pérdidas humanas de 36 muertos”.
El funcionario agregó que, luego de las conversaciones mantenidas “con diversos actores de la sociedad civil de Goma y Butembo”, se concluyó que “la población manifestó una demanda clara: ver partir de la República Democrática del Congo a la Monusco”.
La crisis en la Monusco, fue abordada en una conversación mantenida por el presidente congoleño, Félix Tshisekedi, con el secretario general de la ONU, António Guterres y en ella el secretario General de la ONU habría manifestado su “indignación por los sucesos en la frontera con Uganda”.
Para la población congoleña, la misión de la ONU “no está haciendo lo suficiente para detener los ataques de los grupos armados, a pesar de que cuenta con más de 14.000 soldados sobre el terreno”, lo que explica, afirma el medio de prensa, parte importante de la ira popular contra la Monusco.