La cocaína procedente de Sudamérica está siendo consumida no solo en los grandes centros urbanos de Europa, sino además en ciudades más pequeñas.
La afirmación surge de un estudio realizado a las aguas residuales en Europa y forma parte de un informe, publicado el 20 de marzo por el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (EMCDDA).
Se trata, informó el portal especializado Insight Crime, “del último resumen anual” realizado por la institución “sobre los residuos de drogas utilizados para estimar el consumo de cocaína en las ciudades europeas participantes”.
De acuerdo al informe en el estudio se “analizó los resultados de aproximadamente 90 ciudades y pueblos, aunque varias ciudades importantes, como Londres, Madrid y Berlín, no participaron”.
El estudio constató, por ejemplo, que “la ciudad belga de Amberes, considerado un puerto vital para la llegada de drogas de América Latina a Europa, sigue siendo la capital del consumo de cocaína en el continente”, mientras que los Estados de Europa del Este la República Checa y Eslovaquia, continúan al frente del consumo de metanfetamina.
En el estudio se incluyó, además de la Unión Europea; y como estrategia para comparar resultados, el análisis de las aguas residuales en ciudades de Estados Unidos y Brasil.
Para ello, se detalla, “los investigadores analizaron los sistemas de alcantarillado en busca de indicios de la cantidad de cocaína que consume la población, que calculan en miligramos por cada 1.000 habitantes al día (mg/1000p/día)”.
Estos “estudios sobre aguas residuales solo miden las drogas que se han consumido, no las que se han vertido”, explicó al portal especializado, João Matias, analista científico del EMCDDA y uno de los autores del estudio.
“Una vez dentro de nuestro cuerpo, la droga se metaboliza. Una vez excretada al alcantarillado, los investigadores pueden tomar muestras antes de que el agua sea tratada. Buscamos los metabolitos producidos tras el uso de una sustancia concreta”, detalló Matias.
Una de las principales conclusiones del estudio es la disminución de las disparidades entre el consumo urbano y el no urbano
En ese sentido se constató, de acuerdo a los resultados encontrados, “que ya no existen diferencias en las lecturas de residuos entre entornos urbanos y no urbanos en Europa, lo que sugiere que los traficantes han inundado el continente con cocaína, y ahora está disponible en casi todas partes”.
“Al contrario que en años anteriores”, se lee en el informe, “en la mayoría de los países con múltiples ubicaciones de estudio no se encontraron diferencias marcadas al comparar las grandes ciudades con zonas más pequeñas”.
El informe muestra, además, cómo “los residuos de cocaína se han duplicado desde 2011 entre las siete ciudades que han participado cada año en el estudio”.
Así, “desde 2011, el valor diario de residuos de cocaína en Amberes en Bélgica, Zagreb en Croacia, Milán en Italia, Eindhoven y Utrecht en Países Bajos, y Castellón y Santiago en España, pasó de 341 mg/1.000p/día a 747 mg/1.000p/día en 2023. El año pasado, la tasa en estas ciudades era ligeramente superior, de 800 mg/1.000p/día”.
El aumento observable del consumo, valoró Matías se encuentra “definitivamente relacionado con la mayor disponibilidad en Europa y el aumento de la producción de cocaína en Suramérica”.
En lo referido al consumo de metanfetamina, el estudio reporta una extensión del mismo a nuevas zonas del continente.
Al respecto se señala que “el consumo de metanfetamina, generalmente bajo e históricamente concentrado en la República Checa y Eslovaquia, parece estar presente ahora también en Bélgica, Chipre, el este de Alemania, España, los Países Bajos, Turquía y varios países del norte de Europa”.
A pesar de ello, se agrega, “el estudio encontró que la cantidad de metanfetamina consumida se mantuvo estable”.
“Uno de los aspectos más destacados del informe del año pasado era que observábamos un aumento del consumo de metanfetamina en la mayor parte de Europa (…) este año hemos detectado consumo en muchos países, pero no hemos visto el mismo aumento que en años anteriores”, explicó el experto.
Una de las conclusiones relevantes del informe del EMCDDA al incorporar resultados sobre aguas residuales de ciudades no pertenecientes a la Unión Europea, es que “las ciudades de Estados Unidos, Suiza y Brasil muestran niveles de uso similares a los de las ciudades europeas con las cargas más elevadas”.
En ese sentido se describe que “Seattle, en Estados Unidos, registró una media diaria de 647 mg/1.000p, mientras que Ginebra, en Suiza, registró 812 mg/1.000p. La ciudad de Recife, en el noreste de Brasil, registró una media diaria de 670 mg/1.000p”.
Se trata, afirma el informe, de resultados que “están más o menos a la altura de ciudades europeas como Utrecht (744), París (616) y Barcelona (619), pero aún muy por debajo de las grandes como Amberes (1.722), con el mayor registro de todas las ciudades participantes, o Ámsterdam (1.210)”.