Varias señales económicas y financieras hablan de una situación de gran inestabilidad a nivel mundial y de una situación de crisis que tiende a agravarse.
La FAO alerta sobre el peligro de que se agraven las hambrunas y el PNUD de que decenas de millones de personas más caigan en la pobreza. Este martes una nueva señal de mucho simbolismo muestra el nivel de la crisis en curso: el Euro se desplomó y quedó en paridad con el dólar.
El Euro, insignia de la supuesta solidez de la Unión Europea, cayó a su nivel más bajo en 20 años, y alcanzó una histórica paridad con el dólar.
Las dos monedas de referencia en la economía occidental llegaron a un simbólico 1:1 este martes, esto implica una caída de 15% del valor del Euro solamente en el último año.
Según la BBC “aumenta el temor en los mercados de una recesión económica en Europa, en un contexto de alta inflación y una creciente incertidumbre sobre la continuidad en el suministro de gas ruso”.
Europa está sufriendo el impacto de la guerra en Ucrania y la decisión del Banco Central Europeo de mantener las tasas de interés. Mientras los países se precipitan en una decisión política hacia la OTAN y se embarcan en una nueva carrera armamentística, el agravamiento de la crisis económica golpea a las puertas de Europa.
El FMI se niega a si mismo
Por otra parte, en una comparecencia que hace unos años hubiera parecido de ciencia ficción, la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, pronosticó que «el próximo año será más duro». Fundamentó esa advertencia en lo que denominó el «mix de crisis» provocado por la guerra entre Rusia y Ucrania tras la pandemia de coronavirus.
Pero lo insólito vino cuando Georgieva alertó sobre el volumen de las deudas soberanas en dólares: «No es buen lugar donde estar si no se producen dólares».
La jefa del FMI expresó su preocupación por que los servicios de deuda son cada vez más caros por la suba de tasas de interés para paliar la inflación.
Georgieva se preguntó: «¿Qué pasa cuando los países tienen que pagar deuda en dólares y no producen dólares?”. “Hay una crisis de deuda en proceso», se respondió. Lo que la jefa del FMI no hizo fue una mínima autocrítica por el papel jugado por el FMI como instrumento del aumento de la deuda en los países más pobres, con durísimas condiciones en las Cartas de Intención.
Los dichos de la jefa del FMI fueron en una conferencia preparatoria de la reunión del G20, donde, según reveló, se considerará la deuda de los países de menores ingresos.
Y lo más sorprendente vino al final. La jefa del FMI alertó sobre la inestabilidad que se vive en el mundo y la explicó de la siguiente manera: «Si tu familia no tuviera lo suficiente para comer, también estarías reclamando en la calle». Tremenda afirmación de quien dirige la institución responsable de la aplicación de las recetas neoliberales y las privatizaciones y la religión del déficit fiscal que son parte muy importante de las causas de la situación actual.
Para rematar la directora del FMI dijo que es necesario «mejorar la producción y adaptarla para lo que está por venir». Y reconoció que la parte que le toca a los organismos internacionales es mejorar el financiamiento para que los países puedan producir más.
Georgieva concluyó con una sorprendente crítica al capitalismo: «El mundo produce suficiente comida, pero no la distribuye bien». Cosas veredes Sancho, diría Don Quijote.
Gabriel Mazzarovich