Tiempo de luchar

Por Mateo Carvalho (*)

La responsabilidad pesa al sentarnos a pensar y ponerle letra a 65 años de vida a una organización, es imposible colocar todas las vivencias, hechos, sentimientos e impactos personales en una sola nota, en un solo texto, sin dudas que un proceso histórico de construcción colectiva es mucho más que la pluma que hoy escribe, son miles de voces, de manos, de cuerpos.
Pero quien dice que a partir de esta lectura puedan encontrar los y las lectoras un espacio donde al correr de lo que lean les surja un recuerdo, una pasadita por el corazón de su experiencia en la UJC, y que bueno seria que lo anoten en un papelito, y encuentre la forma de hacérnoslo llegar, para en algún momento poder construir un relato más colectivo que merecemos y merecen las generaciones futuras de tantos acontecimientos en una rica historia con un presente planificado, organizado y luchador. Quienes militamos hoy día en esta organización, lo hacemos con el orgullo y honor de pertenecer y actuar en un espacio lleno de acciones que más que hazañas son ejemplos que edifican la vida y vamos creciendo en aprendizajes.
Nuestro antecedente histórico, la Federación Juvenil Comunista que surgió no solo en el Uruguay sino en varios rincones del planeta cercanos y lejanos. Pero a partir del profundo proceso del XVI Congreso de nuestro Partido Comunista del Uruguay (del cual nos encontramos hoy orgullosos y orgullosas de estar transcurriendo sus 100 años de existencia y acción en nuestro país) fue que vimos nacer nuestra UJC, aquel 25 de agosto de 1955.
Eran años caldeados por las luchas en nuestro país, con acciones populares tan fuertes como la conquista de la ley orgánica, derechos de las y los trabajadores, en las discusiones que irían pariendo la unidad de nuestro movimiento sindical en la CNT y luego el PIT-CNT, de nuestra izquierda, con su antecedente en el FIdeL y luego en el FA, por nombrar algunos de los acontecimientos que en conjunto a otras organizaciones sociales y políticas la UJC supo en unidad acompañar e impulsar.
El 14 de agosto de 1968 fue un duro golpe para nuestra organización, perder a Líber Arce por causa de las balas de la violencia policial, balas cargadas y apuntadas contra el pueblo oriental en cumplimiento de las medidas prontas de seguridad que buscaban a garrote y plomo justificar el ajuste, los congelamientos de salarios y precios, que buscaban disuadir a los y las estudiantes luchando en contra de la suba del boleto. A Líber lo seguirán las vidas arrebatadas de nuestros camaradas Hugo de los Santos y Susana Pintos, manifestantes movilizados tras la definición de la FEUU a enfrentar el avance represivo del gobierno. Hugo es herido y en pleno fuego abierto por parte de las fuerzas represivas, Susana, con la valentía portada en una camisa blanca al aire, se arroja tras su compañero herido, siendo herida ella también. Hugo muere ese día y Susana al otro día, un 21 de setiembre de 1968. Mueren sin armas en las manos, solo llevaban puesta la convicción de dar cumplimiento a las medidas adoptadas por los colectivos de la enseñanza de nuestra UJC.
El avance desmedido de la violencia, de los intereses de las clases dominantes de nuestro país en frenar toda acción popular y velar por los intereses de su única patria: el dinero y la propiedad privada; arrojan a nuestro país a la patota fascista civil y militar a dar un golpe de estado contra el pueblo uruguayo, contra la clase trabajadora organizada, contra las y los estudiantes; y bajaron las cortinas pesadas que trajeron persecución, detenciones, torturas, violaciones, asesinatos, secuestros y desapariciones, a quienes pensaban distinto y buscaron la manera de organizarse para recuperar la democracia y la libertad. El pueblo uruguayo todo sufrió el dolor de sus iguales, de ver familias desechas, exilios, enfermedades y un montón de cosas tan simples como una fiestita de cumple, o un asado familiar sin algunos y algunas de los miembros de sus familias presentes por estar perseguidos o encerrados.
Ellos, los sin patria, planificaron y actuaron para que a partir de la Operación Morgan dejara de existir en este, nuestro suelo, el PCU y la UJC, que nadie ose levantar su cabeza portando un carnet y sentir el orgullo de pelear por la pública felicidad. Y no solo estos 65 años de Juventud y 100 años de Partido son la clara muestra de que no nos han vencido, sino que durante el terror, nuestras direcciones clandestinas, el esfuerzo y el riesgo de cada una y uno sostuvieron Partido y Juventud hasta dentro de los recintos carcelarios, fábricas, centros de estudio, barrios, porque la terca y porfiada manera de existir de las organizaciones que venimos del pueblo es justamente que nuestra existencia y acción son por y para el pueblo uruguayo, y ningún apátrida lo va a impedir. Ramón, Raúl, Nibia, Gladys, Silvina, Saúl, Álvaro, Miguel son los nombres que cargamos en el corazón cuando pensamos en el futuro, cuando recordamos ese pasado tan siniestro para nuestro suelo, que hasta el día de hoy lo sacamos en un latido silencioso de pueblo a exigir, memoria, verdad y justicia.
Hoy el mundo, nuestro suelo, nuestro continente se ve totalmente atravesado por un grupo no muy grande de poderosos que una y otra vez encuentran en el ajuste sobre la clase trabajadora, en la explotación irresponsable de recursos naturales, la salida y solución a su crisis y el engorde de sus bolsillos. Nos muestran que están dispuestos a todo, colocando en gobiernos seres nefastos como Trump, Bolsonaro, Piñera, Duque, por nombrar algunos, responsables de cientos de miles de muertes tras una pandemia, responsables de la represión y persecución a sus pueblos movilizados, a sus juventudes, sus pueblos originarios. El dolor de nuestras y nuestros hermanos en la región y el mundo no nos pasa por el costado, hoy junto a otras juventudes de la región colocamos el pienso colectivo para los problemas que nos atraviesan, y como Héctor “Meme” Altesor y Luis Alpuin, el ejemplo de las luchas fueras de las fronteras de nuestra patria para nuestra organización extendemos y abrazamos la solidaridad a cada lucha.
Cumplir 65 años en este presente, con la derrota electoral tan fresca, para nuestra juventud, pero para mucho más que ella, esos y esas cientos de miles de jóvenes que impulsaron militancia y acción en contra del avance de la derecha en nuestro país es difícil, es un momento duro, ver y vivir los ajustes en tan pocos meses, la revancha desatada por parte del gobierno y sus satélites sobre los ingresos de las familias trabajadoras, sobre derechos conquistados, sobre la educación pública, pero nunca contra los ricos y poderosos, porque es su gobierno, son sus representantes e incluso ellos mismos ahí al frente del Estado. Hay que ver al presidente anunciar un presupuesto de ahorro, un atrevido, ahorro a base de las y los trabajadores de nuestro país y ahorro que va afectar la ciencia, la innovación, la educación, la salud de nuestro pueblo. Hay que verlo ahí hablando de esfuerzo cuando pertenece a ese grupo de privilegiados donde solo por porte de apellido ya heredan un pedazo de tierra laburada por manos maltratadas, heredan una abultada caja de ahorro a base de explotación de nuestro pueblo. Vamos a enfrentar todo ajuste restaurador y regresivo, todo avance represivo que intente darle mayor autonomía a la policía, no queremos mas persecución a la juventud, aquellos tiempos de razias que nos arrebataron a Guillermo Machado en 1989, enfrentaremos el odio con esperanza para que en este país triunfe la democracia por encima de las aspiraciones corporativas de un puñado de militares, ex militares y civiles que pretenden “dar vuelta la pagina” y hacernos retroceder en justicia a la hora de procesar a los culpables de la tortura, muerte y desaparición de nuestras y nuestros compañeros.
Por esto, por el ayer y el mañana, y por lo que significa luchar diariamente por la transformación de la sociedad, aspirando a un horizonte revolucionario, en estos 65 años de UJC donde se vea una lucha nos van a encontrar, peleando pegados a las y los estudiantes en la defensa de la educación pública de nuestro país, un instrumento fundamental para el desarrollo de lazos, para la misma democracia. Luchando pegados a la juventud trabajadora que diariamente se esfuerza para cumplir sus objetivos y proyectos, que tan golpeada sale en las épocas de crisis, con exigencias del mercado por sobre los derechos de las personas.
Nos encontraremos luchando junto a la juventud uruguaya contra todo retroceso, porque la rebeldía, el amor y los sueños de la juventud son indomables; porque hay que unirse para conquistar la pública felicidad; porque es tiempo de luchar por otra forma de vivir.

(*) Secretario general de la UJC

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