Dos caravanas con cientos de migrantes avanzan por la costa de Chiapas y Oaxaca buscan arribar al centro y norte de México con el propósito de intentar ingresar a Estados Unidos antes de la asunción de Donald Trump el próximo 20 de enero.
Tras el anuncio de campaña del mandatario electo de Estados Unidos de realizar deportaciones masivas medios de prensa han reportado la salida de cientos de migrantes ilegales, en ese sentido Eldiario.ny consignó que durante los últimos dos meses se reportó “la salida de al menos seis caravanas de migrantes”, de los cuales “tres contingentes lo hicieron en octubre y tres más en noviembre”.
Según el diario mexicano La Jornada, “la organización humanitaria internacional Médico Sin Fronteras informó que ha prestado asistencia a ocho caravanas compuestas por unas 5.000 personas, de las cuales seis de ellas han ocurrido en las últimas semanas de este mes de noviembre”.
La mayoría de los migrantes, se detalla, “proceden de países de Suramérica y Centroamérica” y pretenden cruzar la frontera mexicana hacia Estados Unidos antes de que Trump implemente las medidas que prometió durante su campaña electoral.
Las deportaciones prometidas por Trump están en fase de planeación, confirmó el medio de prensa que cita declaraciones de Tom Homan, desigando por el presidente electo como el responsable de la frontera sur estadounidense.
“No vamos a esperar hasta enero, ya empezamos a planear”, dijo Homan, durante un encuentro sostenido, en una base de la Guardia Nacional en la ciudad fronteriza de Eagle Pass, con el gobernador de Texas, Greg Abbott.
Homan elogió las medidas adoptadas por Texas, entre las que se “incluyen el despliegue de tropas a distintos puntos fronterizos y la instalación de kilómetros de alambre de concertina para dificultar el paso de migrantes y solicitantes de asilo”.
Para el llamado “zar de la frontera” lo realizado por Texas es “un modelo” a replicar “en todo el país”.
Los anuncios de Trump sobre deportaciones masivas han concitado la crítica de activistas y organizaciones de defensa de los derechos humanos quienes aseguran que las mismas no solo tendrán repercusiones humanitarias, sino que además impactarían negativamente en la economía del país.
“Una acción de esta magnitud”, afirman los críticos de los planes del republicano, “podría provocar una caída del PIB anual entre el 4,2 % y el 6,8 %, lo que equivale a pérdidas de entre 1,1 y 1,7 billones de dólares anuales”.
Cuando restan casi dos meses para que finalice el gobierno del presidente Joe Biden, se estima que el mismo aún “tiene oportunidad de tomar acciones que compliquen los planes del presidente Donald Trump en inmigración”.
De acuerdo a la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU), “una primera acción de Biden sería cerrar los centros de detención de inmigrantes donde ha habido abusos confirmados”.
De acuerdo a Maribel Hernández Rivera, directora de Política y Asuntos Gubernamentales, Fronteras e Inmigración de la ACLU, “Biden también podría detener los planes de la agencia de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de expandir los lugares para retener a migrantes”.
“Si el presidente Trump no tiene la infraestructura esas deportaciones masivas de las cuales él ha hablado, se le harán mucho, mucho más difíciles”, explicó la experta que reconoció que “las personas bajo el programan de Detención Alternativa (ATD) serían de las primeras en ser deportadas, ya que están bajo monitoreo las 24 horas, los siete días de la semana”.