10 militantes de izquierda y sociales hablan de la importancia de recordar, construir memoria y levantar perspectiva.
Este sábado se realiza el acto central de conmemoración del 50 aniversario de los asesinatos de Luis Alberto Mendiola, José Abreu, Ricardo González, Ruben López, Elman Fernández, Justo Sena, Raúl Gancio y Héctor Cervelli, en la Seccional 20 del Partido Comunista de Uruguay.
EL POPULAR le realizó una pregunta a Carolina Cosse; intendenta de Montevideo; Yamandú Orsi, intendente de Canelones; Verónica Piñeiro, vicepresidenta del Frente Amplio; Lille Caruso, secretaria de DDHH del PCU; Silvia Nane, senadora de la lista 42020, Unidad para los Cambios y el FA; Verónica Mato, diputada de la 1001, Unidad para los Cambios y el FA; Juan Raúl Ferreira, quien junto a su padre Wilson Ferreira Aldunate, estuvo en la 20 en 1972; Gustavo González, secretario general de FUCVAM; Camila Fernández, de la UJC; John Almada, secretario de Organización de la Seccional 20 del PCU.
La pregunta única fue: ¿Qué significa hoy el 50 aniversario de los asesinatos de los 8 obreros comunistas en la Seccional 20?
Aquí compartimos sus visiones, sentimientos, reflexiones y aportes. Algunos desde la experiencia personal y la vivencia directa, otros desde la reflexión política, todos desde la emoción y el compromiso.
El resultado de este ejercicio periodístico, muestra, una vez más, la profundidad que tiene el impacto de los hechos ocurridos hace 50 años en la Seccional 20.
La memoria, la emoción, el espacio colectivo de reclamo por verdad y justicia que implica.
El acto central se realizará desde las 17 horas, en la histórica esquina de Agraciada y Valentín Gómez, en Montevideo; hablarán Fernando Pereira, presidente del Frente Amplio; Elbia Pereira, secretaria general del PIT-CNT; Claudio Arbesún, secretario general de la UJC y Juan Castillo, secretario general del PCU; participarán con su arte Sociedad Anónima y el dúo compuesto por Eduardo Larbanois y Mario Carrero.
Al cumplirse 50 años de la ejecución de los 8 obreros comunistas desarmados por parte de efectivos del Ejército, la Policía y bandas fascistas, el acto tiene una relevancia particular, por ello, ya están confirmados numerosos ómnibus que vendrán de todos los departamentos del país.
Carolina Cosse: “No olvidar”
Carolina Cosse, intendenta de Montevideo: “Yo era una adolescente, casi una niña y nunca podré olvidar el espanto y el dolor, pero sobre todo el espanto, que me transmitía mi padre cuando me contaba lo que había pasado en la 20. Y yo, como niña casi adolescente, entendía la pureza de ese espanto. ¿Qué significa estar a 50 años de eso? Significa no olvidar el espanto que siente un niño cuando ve los peores actos de los que puede ser capaz el ser humano y la congoja que sentimos los adultos frente a la valentía y el coraje de los héroes de todos los días”.
Yamandú Orsi: “Las banderas no se bajan”
Yamandú Orsi, intendente de Canelones: “Luis Alberto, Raúl, Elman, Ricardo, José, Ruben, Justo y Héctor, eran obreros, eran vecinos, eran comunistas, eran frenteamplistas, uruguayos. Eran uruguayos que tenían una vida por delante y la barbarie los fusiló. 50 años después, las banderas que abrazaron por la sociedad del pan y de las rosas, siguen levantadas, flameando, no se bajan. La primavera sigue siendo inexorable”.
Verónica Piñeiro: “No tenemos derecho a olvidarlos”
Verónica Piñeiro, vicepresidenta del Frente Amplio: “El 17 de abril de 1972 no es un día más en la historia del Uruguay. Ese día las fuerzas de seguridad del estado perpetraron una masacre en la seccional 20 del Partido Comunista. Los ocho compañeros: Luis Alberto, Raúl, Elman, Justo, Ricardo, José, Ruben y Héctor, fueron asesinados de manera cruel y cobarde. El delito de esos ocho compañeros fue ser militantes comunistas, su responsabilidad fue la de no ser indiferentes a las injusticias, a los abusos de poder y a la violencia que desde hacía ya años se ejercía desde el gobierno sobre los sectores populares. Recordarlos cada año es un compromiso y una obligación que tenemos todos y todas las frenteamplistas.
No tenemos el derecho de olvidarlos, de olvidar su lucha y sus sueños. No debemos olvidar a las víctimas del terrorismo de Estado que se había instaurado mucho antes incluso del golpe de estado de 1973. Es peligroso el olvido, son peligrosas las relecturas del pasado que intentan relativizar la violencia y equiparar la violencia civil al terrorismo de estado.
No tenemos derecho de olvidarlos, pero sobre todo tenemos la obligación de hacer honor a su lucha, a su entrega y a sus sueños; porque nuestra lucha es, como el canto de Víctor Jara, una cadena sin comienzo ni final y en cada eslabón se encuentra la lucha de los demás.
Lille Caruso: “Todo el pueblo convocado”
Lille Caruso, secretaria de Derechos Humanos del PCU: “En lo personal para mí, es un momento de gran emoción. Es por el recuerdo de la lucha de los ocho camaradas, el recuerdo de la lucha de las y los comunistas durante tantos años y que todavía seguimos en lo mismo, seguimos peleando junto al pueblo uruguayo. Porque el asesinato de los ocho camaradas y la respuesta al mismo mostraron al Partido en ese momento histórico, y sabemos cuál era el momento histórico en 1972, el pueblo nos apoyó plenamente. Es la emoción de recordar cuando todo el pueblo se volcó a Sierra, al velatorio de los camaradas. Cuando el pueblo nos acompañó caminando a enterrar a los camaradas, eso fue histórico. Es recordar el dolor tan grande que tuvimos los comunistas, pero que tuvo todo el pueblo. Fue un momento muy importante. Creo que ahora, 50 años después, tenemos que invitar a todos, sin mirar si son comunistas o socialistas, o colorados o blancos, porque también nos acompañaron blancos y colorados. El pueblo no es todo comunista, ni todo frenteamplista, hay blancos y colorados que nos acompañaron en aquel momento y queremos invitarlos a que nos acompañen ahora, en los 50 años, cuando homenajeamos a nuestros camaradas muertos y a todas las víctimas de la dictadura y del terrorismo de Estado. Pero hemos logrado sobrevivir, resistir, y avanzar, hemos tenido tres gobiernos nacionales frenteamplistas, y pronto vamos a tener el cuarto. Y seguimos viviendo y seguimos luchando por lo que creemos, por lo que sabemos que hay que luchar. A mi me emociona pensar que estamos ya en los 50 años de aquel momento tan duro. Yo era una joven comunista y llorábamos desconsoladamente ante la muerte de los camaradas. Me golpeó mucho la muerte de Mendiola, que para todos los jóvenes de aquella época Mendiola era prácticamente dios. Era un hombre de un carácter divino, amigable, solidario, firme, y era un comunista de la cabeza a los pies. Me acuerdo de la última actividad que compartí con Mendiola, fue una cazuela que hizo la UJC en la 20, y él nos ayudó a pelar las papas y a cocinar, estuvo ayudándonos en todo.
No nos olvidamos de nada. Pero fundamentalmente no nos olvidamos de los seres humanos que eran nuestros camaradas. Mi compañero (Álvaro Balbi, asesinado por la dictadura fascista en la tortura en 1975) tocaba el violín, y eso era una alegría, para todos.
Cuando fuimos a presentar la denuncia penal por la 20, que es muy importante, porque lo único que se mantuvo durante años fue el comunicado 77 de las Fuerzas Conjuntas, que mentía. Cuando fuimos a hacer la denuncia recorrimos el barrio, hablamos con los vecinos, hablamos con todos. Todo el mundo te contaba detalles. Lo que más me impresionó fue una familia que vivía donde era el expendio, ahora venden autos allí. Esta gente vivía arriba del expendio, una familia muy humilde. Esa familia había visto todo y los que en aquel momento era muchachos muy jóvenes, casi niños, nos los contaban. Cuando golpeé la puerta y le expliqué quién era y por qué venía, me dijo: Esto es lo que esperé toda la vida, denunciar la masacre que yo teniendo 17 años la vi desde un balcón. Fijate que él que era un chiquilín se conmovió y me contó: Yo no era comunista, pero yo iba al local de la 20 porque quería jugar con los compañeros, al ajedrez, con otros muchachos al fútbol. Yo no era comunista, pero mis amigos estaban en el Partido Comunista.
Cuento esto porque los 8 camaradas que mataron eran seres humanos que vivían a pleno, y la gente del barrio así los veía, como gente que amaba la vida, que queremos ser felices.
Por eso luchamos, no hay otra cosa más importante que luchar para ser felices, pero para que sean felices todos en el mundo, no solo nosotros.
En estos tiempos tan difíciles yo le pido a nuestra gente que no escuche la tele, la radio, que no escuchen los disparates que dicen, que razonen, que piensen donde está la felicidad del pueblo.
Que esa felicidad se puede lograr, que cuesta mucho pero que se logra, vamos a seguir peleando por este Partido y por el recuerdo de todos nuestros mártires, que son muchos, que nos costó mucha sangre, sudor y lágrimas.
Por eso, en este momento, en los 50 años del asesinato de nuestros camaradas, todo el pueblo uruguayo está invitado, tiene que ser un gran acto, los comunistas en primera línea, pero los frenteamplistas, el pueblo en general, los blancos, los colorados, los honestos de este país están convocados para estar junto a nosotros”.
Silvia Nane: “Se ha ido agrandando la memoria”
Silvia Nane, senadora de la 42020, Unidad para los Cambios y el FA: “Era en abril el ritmo tibio, pero no de este abril que hoy nos toca recordar. En abril que hoy nos toca recordar, fue un abril que en su día 14 tuvo un punto de inflexión en esa violencia desatada, que sirvió luego de excusa para la declaración del Estado de Guerra interno y que unos días después irrumpió son saña en la sede del Partido Comunista, en una reunión de la UJC, donde hablaba Jorge Mazzarovich y donde después Manuel Liberoff curó a algunos de los heridos. Era un abril donde Montevideo se había vuelto una ciudad oscura y silenciosa. Era un abril de desconfianza. Era un abril de miedo. El 17 de ese abril, minutos antes de la 1 comenzó la balacera contra la Seccional 20 del PCU, que costó la vida de 8 trabajadores, obreros, comunistas. Dicen algunos testigos que los asesinos decían: “Los matamos como gatos”. Pasaron 30 años para que la plaza de enfrente hoy lleve su nombre. El otro día vi una foto de la plaza que en homenaje a estos ocho compañeros caídos se vistió de colores, que reflejan la memoria. La muerte de quienes participaron en estos actos espantosos, la mentira, el ocultamiento, han ido borrando la huella de la barbarie, las huellas físicas de la barbarie, pero ha ido agrandando la memoria y la conciencia de la justicia que todavía falte. A todas las compañeras, a todos los compañeros, a la memoria de los caídos una flor a cada uno, que va acompañada de un abrazo fraterno. Salud compañeras y compañeros y que esto nunca más nos pase”.
Verónica Mato: “Construcción colectiva de memoria”
Verónica Mato, diputada de la 1001, Unidad para los Cambios y el FA: “No podría hablar de lo que significa este hoy sin pensar todo el tiempo transcurrido. Yo he crecido con esto, tengo los recuerdos desde muy chiquita, de ir a los actos a la 20, por Agraciada, era un barrio que no solía ir. Siempre tengo el recuerdo muy fuerte. Si paso por esa esquina mi recuerdo es vinculado a ese acto. Recuerdo de niña que capaz que no éramos tanto y con el paso del tiempo fue cambiando esa actividad, fue pasando a ser de muchísima gente, ya no era de un sector, se fue apropiando de ella muchísima gente. Si tengo que pensar en lo que es la 20 hoy, tengo que pensar en la importancia, en el valor, de la construcción colectiva de la memoria y en mantener esa llama de la justicia, de la verdad. Porque uno también puede pensar en estos 50 años como el peso del tiempo de la impunidad. Estos 50 años que han transcurrido y estos hechos no han visto la justicia. Y esto es así, pero tenemos que pensar en todas esas manos que nos juntamos ese día, en todas esas voces, que seguimos reclamando, que seguimos luchando, para que nunca más haya terrorismo de Estado, para que nunca más maten tan impunemente a nadie”.
Gustavo González: “Germinaron en miles”
Gustavo González, secretario general de FUCVAM: “El 50 aniversario del atroz asesinato a los compañeros de la Seccional 30 del Partido Comunista de Uruguay se enmarca de una lucha permanente de nuestro pueblo por la memoria, por la verdad y por la justicia. Yo era muy joven y recuerdo con mucho dolor este atroz asesinato. Los compañeros eran integrantes de la clase más importante, de la clase obrera, militantes convencidos de querer cambiar el mundo, de oponerle al capitalismo sus ideas, por ello lucharon. Los asesinaron sin armas en las manos, fue realmente cruel, es parte del genocidio y de lo que han hecho los genocidas en nuestro país. Esto fue antes del golpe de Estado, cuando ya la represión se desataba salvajemente contra las trabajadoras, los trabajadores y los estudiantes. A pesar de esta represión la Huelga General fue la primera respuesta de resistencia, de la clase trabajadora, al golpe de Estado en Uruguay. Por lo tanto, este acto implica no solamente recordarlos, la memoria sirve si empuja a la acción, si empuja a saber que ellos se sembraron en miles de trabajadores y trabajadoras, de jóvenes de nuestro país, que también varios de ellos fueron desaparecidos, muertos en la tortura o soportaron salvajes tratamientos carcelarios. Por lo tanto, el 50 aniversario, se enmarca, a mi juicio, dentro de ello, todo acto por la memoria, por la lucha por la verdad y la justicia, nos vuelve a poner en el presente lo pasado para encarar un futuro venturoso para el conjunto de la humanidad. Hoy, en un momento donde el sistema capitalista recurre nuevamente a la guerra, contra la humanidad, producto de su crisis estructural, demostrando, una vez más, ser un sistema salvaje y despiadado. Pero aún existen sus sepultureros, aún existen las y los trabajadores del mundo, que son, no tengan dudas, al igual que aquellos mártires, los que construirán el mundo del futuro, para una mejor vida de todas y todos los seres humanos. Quiero enviar un abrazo fraterno, recordar es pensar, es reflexionar, es tratar de ver las injusticias para que nunca más sucedan. Nunca más terrorismo de Estado. Ellos, los mártires de la 20, germinaron en miles, porque se sembraron en miles, y seguirá, su sacrificio, dando lo mejor para las futuras generaciones.
Juan Raúl Ferreira: “Jornada de reflexión nacional”
Juan Raúl Ferreira: “Los sucesos del 17 de abril de 1972 afectan al Uruguay todo y a sus instituciones. La conmemoración es una jornada de reflexión nacional. Este año se da que el ministro de Defensa Nacional, Javier García, aprovecha estas fechas para decir que cuando muere alguien no importa si el que lo mató lo hace en nombre del Estado o es un privado. Esto es ir desmantelando la idea del Terrorismo de Estado y de los delitos de lesa humanidad, justo cuando un sector de la coalición de gobierno está planteando liberar a los detenidos en Domingo Arena. En cuanto a la masacre de la 20, mi vida tuvo un antes y un después. Muy temprano, de madrugada, mi viejo (Wilson Ferreira Aldunate, principal dirigente del Partido Nacional entonces) me lleva al lugar de los hechos, ya que había recibido un llamado de Rodney Arismendi. Eso habla de como funcionaba el Uruguay democrático de entonces. Poco después fueron llegando otros legisladores como Enrique, el “Ñato”, Rodríguez, Zelmar Michelini, Héctor, el “Toba”, Gutiérrez Ruiz, y obviamente toda la plana mayor del Partido Comunista de Uruguay. Cuando nosotros llegamos al lugar de los hechos todavía estaban los cuerpos de los muertos y no sabíamos que uno de ellos estaba vivo y sobrevivió, Machadito. Yo nunca en mi vida había visto un muerto, pero puse la cabeza de varios de ellos, pretendiendo ayudar, sobre mis faldas, y mi madre guardó durante años, como recuerdo, para hacerlo imborrable, mi pantalón sucio de sangre. Los habían matado a mansalva, ya que no habían podido realizar el acto de masacre previsto para el propio 14 de abril, cuando se desató la violencia institucional tras los atentados frente a la Iglesia Metodista, y quisieron irrumpir en la sede central del Partido Comunista de la calle Sierra. No lo pudieron hacer porque llegó el presidente de la Cámara de Diputados, Héctor Gutiérrez Ruiz, pidió al oficial que estuviera a cargo que se identificara y una vez que este adquirió carácter de procedimiento oficial no había manera de llevar adelante la masacre. La senadora Lilián Kechichián era militante de la Juventud Comunista y en un reportaje para mi último libro narra en detalle estos episodios. El 17 de abril, cuando el sol empieza a estar alto, mi padre me dice que le acompañe a ver al presidente, Juan María Bordaberry. Fue la única vez que lo visitó durante su mandato. La reunión fue corta y muy dura, mi padre le increpó que había violado cosas que habían acordado, en cuando al desmantelamiento del Escuadrón de la Muerte. Muy por el contrario, se seguía amparando este tipo de asesinatos a través del aparato del Estado. Esa misma tarde hubo una sesión en el Parlamento donde mi padre dice, y lo cito textualmente: “No creo que la historia del país registre tragedia mayor. No creo que episodio alguno comprometa cosas tan importantes y que además siembre semilla tan pródiga en horizonte cerrado”.
Poco después se realizó la Convención del Partido Nacional a su pedido. Y allí, haciendo una autocrítica por haber creído en la palabra de Bordaberry, Wilson dice: “Nos equivocamos, les dimos facultades que no se usaron para aquello que las pidieron. Quizás, en alguna oportunidad, hayamos olvidado que, para imponer la libertad, el arma más poderosa que el hombre ha inventado es la libertad”.
Este episodio me marcó para siempre, pero lo iba a reencontrar en uno de los momentos más trágicos del exilio. Cuatro años después, cuando tras declarar en el Congreso de EEUU, mi padre decide instalarse en Londres, habíamos salido de la Argentina por los asesinatos de Héctor Gutiérrez Ruiz y Zelmar Michelini y desparecido a Manuel Liberoff. Todavía no nos habíamos establecido, en el aeropuerto yo le dije que me iba a quedar en EEUU.
Mi madre quedó muy preocupada, mi padre me dio un abrazo y tres días después recibí la foto que nos sacaron saliendo de Casa de Gobierno el 17 de abril de 1972, pero no el recorte de diario, la foto verdadera, que él había pedido, y a pesar de que salimos en una situación de emergencia la llevaba consigo.
Cuando la recibí tenía una dedicatoria, eso ha hecho que me haya acompañado, desde ese momento, toda mi vida, decía: No hay camino difícil con un buen compañero. Un abrazo, tu padre, Londres, junio de 1976.
Camila Fernández: “Más unidad, más organización y más lucha”
Camila Fernández, Comité Ejecutivo de la UJC: “¿Qué significan para mí los 50 años de la masacre de la 20? Lo primero que se me viene -y creo se nos viene- a la cabeza cuando pensamos en la masacre de la 20 es la salvajada de la muerte, así de terrible y así de concluyente, a esos ocho hombres. Ocho tipos, trabajadores, militantes, y tantas otras cosas que serían mis camaradas. Imaginar el dolor tremendo de sus familias y sus amigos, de un pueblo todo, la indignación y la bronca de lo irreparable y de lo injusto.
Pero después de atravesar ese primer sentimiento, de pensar en los hechos y en lo que pasó después, viene otro plano de pensamientos que también dejan apuntes para el día de hoy.
La provocación que fue asesinar a esos ocho comunistas fue extrema. Hoy, emergen discursos de odio con una potencia poco vista en el Uruguay del siglo XXI. Discursos de odio hacia los pobres, hacia los jóvenes, hacia los feminismos, hacia las disidencias, hacia la gente de izquierda. Junto con eso llegan también mentiras sobre nuestro pasado reciente, que cuestionan o pretenden diluir la existencia de terrorismo de Estado y la responsabilidad de represores y torturadores en ello. Vuelven esos dolores que vienen de un pasado sobre el cual no hemos hecho justicia completa, y se juntan con los dolores de un presente donde semejantes actos de inhumanidad no congregan el rechazo total y absoluto de todo el sistema político. Cosas y más cosas que al escucharlas mezclan de nuevo las mismas sensaciones: la indignación y la bronca.
Pero como supieron hacer miles de uruguayos en el 72, incluso con tanta sangre en el medio, los discursos y actos de odio de hoy, las provocaciones de hoy, se combaten de la misma manera: con más unidad, más organización y más lucha. Se ve clara la vigencia tremenda de que es crucial levantar la mirada y construir desde lo mejor que tenemos para dar, desde el inmenso amor que nos enciende para dedicarle cabeza, cuerpo y tiempo -que es casi lo único que tenemos- a las causas justas, a la certeza de que tenemos que ser capaces de construir una humanidad mejor. Allí fue la vida de esos ochos militantes comunistas, en defensa de esa audacia maravillosa. Así es que tratamos de honrarlos y honrar su gesta 50 años después”.
John Almada: “Compromiso de honor”
John Almada, secretario de Organización del Seccional 20 del PCU: “Los 50 años de la masacre de la 20, uno de los crímenes políticos más terribles de la historia de Uruguay, expresan muchas cosas, la primera en la memoria. Se refleja, ya en 1972 como fueron rodeados los mártires, nuestro Partido, por los integrantes de nuestras filas, pero también por todo el pueblo. Y hoy eso se sigue expresando así, los mártires no son solo de la 20, no solo del Partido, son los mártires de todo el pueblo. Esto en perspectiva, y sobre todo ahora que el fascismo sobrevuela, nos viene permitiendo la posibilidad de una acumulación, donde seguimos en la construcción de un bloque político y social, esto se expresa en el territorio de la 20, con los militantes en un trabajo muy amplio de organización popular. Nosotros siempre decimos: Los 8 van conmigo; y es así. Por eso es tan importante recordar como fue el pueblo el que rodeó a los camaradas y zanjó muy claramente: de un lado el pueblo y del otro el fascismo. Esto es muy importante por todo lo que vino después de del 17 de abril de 1972. Y hoy esa visión de masas, de unidad, de construcción organizativa sigue. Estamos trabajando con trabajadores, estudiantes, jubilados, pequeños y medianos comerciantes, las cooperativas de vivienda, con FUCVAM a la cabeza, pero con otras organizaciones que pelean por la vivienda, también, nuestro Frente Amplio, militantes también del Partido Colorado y blancos en el territorio. En este último caso acompañan la idea, el plan, la lucha, siendo integrantes de fuerzas políticas que hoy nos ponen en la otra vereda.
Estamos en ese proceso de acumulación, de construcción, de organización, de lucha. Por eso está sábado a las 17 horas está el acto. Estimamos que va a ser a la altura de estos 50 años. Nos va a acompañar José Machado, el único sobreviviente de los hechos de 1972 que aún está vivo, a pesar de su edad avanzada, nos comunicó por su hija que nos va a estar acompañando.
Machado es testimonio vivo de lo que fue esta masacre, del terrorismo de Estado, que aún sigue impune.
Estamos militando mucho para preparar el acto, para que este a la altura. Hubo un gran despliegue organizativo, de propaganda, en el seccional y de todo nuestro Partido y de la UJC. Se hizo una puesta a punto de la Plazoleta de los Mártires del Seccional 20, que queda por Agraciada, casi frente al local. Se restauró un mural hecho hace unos años, se hizo uno nuevo, en referencia a los 50 años, con los rostros de nuestros compañeros y también se colocó una placa de José Machado. Eso fue un poco el puntapié inicial de todo lo que se está haciendo. El mismo 17 de abril hicimos una actividad todo el día en el local, pasando documentales y con el local abierto y también en la Plazoleta, con una entrega de carné y colocación de flores.
En estos días hemos ido a las ferias, estamos haciendo y vamos a hacer barriadas para ubicar lo que fue esta masacre y para invitar a todas las y los vecinos al acto del sábado. Estamos abordando el Paso Molino, La Teja, Belvedere, Nuevo París, con diferentes actividades, mesitas, voltanteadas, pintadas, colocación de pasacalles, barriadas.
Fuimos a la feria de La Teja de los martes, con un puesto en Rivera Indarte y Carlos María Ramírez, se va a ir a la feria de Belvedere. El sábado, el mismo día del acto, vamos a salir de barriada para invitar al acto, nos van a apoyar camaradas de todos los seccionales de Montevideo, para convocar hacia el acto.
Para nosotros es un compromiso de honor, por la memoria de nuestros mártires, sabemos de donde venimos, vamos por más. Con los mártires en el corazón, con el corazón en el futuro”.






















