Finalmente, y producto de las intensas presiones recibidas, Boris Johnson renunció como primer ministro del Reino Unido.
La renuncia fue precedida de varias dimisiones de sus ministros, así como, por el escándalo que tuvo como figura central a Chris Pincher quien había sido nombrado recientemente por Johnson en un importante cargo parlamentario como responsable conservador y que, la pasada semana tuvo que renunciar luego de haber sido denunciado por haber toqueteado a dos hombres, uno de los cuales es un diputado.
Con el llamado “partygate” aún resonando, el premier británico fue perdiendo el apoyo de su Partido Conservador, situación que lo llevó a la renuncia como líder de la formación, aunque se mantendrá en el cargo de primer ministro hasta que sea elegido su sucesor.
«Es claramente la voluntad del grupo parlamentario conservador que haya un nuevo líder del partido y, por tanto, un nuevo primer ministro», dijo Johnson al anunciar su renuncia.
En sus declaraciones, el premier reconoció “que el proceso para reemplazarlo ya se ha iniciado”, por lo que, en el correr de la próxima semana, se presentará un calendario”, pero que, se mantendrá en el cargo “hasta que los conservadores elijan a un nuevo líder”.
En este escenario corresponde al Partido Conservador la elección de un nuevo dirigente en lugar de Johnson como su nuevo líder y por consiguiente como jefe del gobierno.
Al hacer pública su renuncia el hasta ahora líder conservador afirmó estar muy «triste por renunciar al mejor trabajo del mundo».
Respecto al tiempo que tardó en presentar la dimisión, el primer ministro argumentó que lo hizo para seguir luchando por cumplir el mandato ganado en las elecciones generales de diciembre de 2019.
«Sentía que era mi trabajo, mi deber, mi obligación seguir lo que comenzamos en 2020″, afirmó y añadió que estaba muy “orgulloso» de los logros de su Gobierno.
«Ser primer ministro es una educación en sí misma. He viajado por cada lugar del Reino Unido y he encontrado que mucha gente tenía una originalidad sin fronteras y estaba dispuesta a hacer frente a viejos problemas de distinta manera», enfatizó.
Por su parte, el líder laborista Keir Starmer, declaró que la dimisión de Johnson, aunque sea una buena noticia, no alcanza.
«Necesitamos un verdadero cambio de gobierno», afirmó, al tiempo que informó se consideraba presentar una moción de censura contra el gobierno, lo que provocaría adelantar las elecciones generales.