Por Bruno Giometti (*)
En el promedio del año 2019 la cantidad de personas ocupadas era de aproximadamente 1.625.000, mientras que en lo que va del corriente año 2021 se está en una “meseta” en el entorno de las 1.590.000 personas con trabajo. La cantidad de uruguayas y uruguayos desocupados se ubica por encima del 10% lo cual representa unas 180.000 personas, sin contar quienes están en el seguro de desempleo por causal de suspensión o en el seguro parcial. La política económica del gobierno, al lesionar el mercado interno y el potencial del Estado como dinamizador de la economía, conspira contra la recuperación del empleo.
El pasado viernes 17 de setiembre, el Instituto Nacional de Estadística (INE) hizo público un informe con datos relacionados con el mercado de trabajo, correspondientes al mes de julio de 2021. Según este informe oficial, la tasa de empleo (relación entre la cantidad de ocupados y la población en edad de trabajar) fue estimada en 54,7% mientras que la tasa de desempleo (relación entre la cantidad de desocupados y la población económicamente activa) fue estimada en 10,4% en el mes de julio del corriente año. Esto implica una reducción de siete décimas de punto porcentual en la tasa de empleo y un aumento de un punto porcentual en la tasa de desempleo, respecto al mes anterior.
Cabe señalar que estos datos surgen del procesamiento de la Encuesta Continua de Hogares, por lo tanto, son estimaciones que tienen un cierto margen de error. Naturalmente las estimaciones mensuales tienen un margen de error estadístico más importante que si se toman los promedios de períodos más largos (por ejemplo, promedios trimestrales, semestrales o anuales).
Si nos focalizamos en la tendencia de los últimos meses, podemos apreciar que desde noviembre del año pasado (es decir los últimos nueve meses) la tasa de empleo ha estado oscilando en una franja entre 54,5% y 55,4% lo que implica un promedio de 1.590.000 personas ocupadas. Tras la fuerte caída de la cantidad de ocupados registrada en el segundo trimestre (abril-junio) del año 2020, hubo una tendencia a la recuperación del empleo en los meses posteriores, fruto del retorno de muchos trabajadores que estuvieron en el seguro de desempleo en esos primeros meses de la pandemia y de la reactivación de las actividades informales. Pero esa tendencia se estancó a partir de los últimos meses del año 2020. El empleo se ubica aún por debajo del promedio de 2019, año en que en promedio hubo unas 1.625.000 personas ocupadas.
El desempleo tiene una dinámica particular. Enseguida de la llegada de la pandemia, junto al desplome del empleo, la tasa de desempleo se ubicó por debajo del 10% en abril y mayo de 2020. Esa cifra claramente lo que estaba expresando era la salida de más de 100.000 personas del mercado de trabajo, que dejaron de buscar empleo activamente por lo cual no figuraron como desocupados. En los meses posteriores, con la reactivación de la circulación, también se fue recomponiendo la búsqueda de empleo con lo cual la tasa de desempleo se ubicó por encima del 10% a partir de junio de 2020 y hasta fin de año.
Por su parte en lo que va de 2021 si bien en algunos meses la estimación puntual de la tasa de desempleo estuvo por debajo del 10% el promedio de dicha variable se ubicó en 10,2% en los siete meses que van de este año.
En términos de cantidad de personas, se trata de aproximadamente 180.000 desocupados en el promedio del período Enero-Julio 2021. El INE considera desocupados a las personas que están sin trabajo y buscando activamente empleo. No integran esta estimación quienes están en seguro de desempleo por suspensión o en seguro de desempleo parcial. A modo de comparación, en el promedio del año 2019 la cantidad de desocupados fue 160.000 personas aproximadamente.
Los analistas privados consideran que en el 2022 la tasa de empleo se ubicará por debajo de la tasa de empleo registrada en 2019. Recién en 2023 se estima un nivel de ocupación superior a la pre-pandemia. Similares proyecciones tiene el propio gobierno (pág. 31 de la exposición de motivos de la Rendición de Cuentas).
La política económica del gobierno consiste básicamente en dos pilares, expresados en el presupuesto y en la política salarial, blindados por la Ley de Urgente Consideración (LUC): por un lado ajustar fuertemente a la baja el gasto social, inversión pública, remuneraciones de trabajadores públicos y jubilaciones; por otro limitar y demorar la recuperación de los salarios privados tras la fuerte pérdida registrada hasta el momento.
Contrariamente a lo que postula el gobierno, esta política no va a generar una mejor y más rápida recuperación del empleo, sino al contrario, como parece reflejarse en los datos al menos hasta ahora. Los únicos sectores potenciados por esta orientación son los grandes capitales exportadores, de base extractiva, que generan muy poco empleo y cuyos dueños “malla oro” de origen nacional o extranjero, atesoran sus ganancias o se las llevan al exterior. Se profundiza el deterioro del mercado interno (clave en la generación de empleo en la actual estructura económica uruguaya) y se lesiona fuertemente la capacidad del sector público de dinamizar la economía. La recuperación es más lenta de lo que sería posible y sobre todo, más injusta.
(*) Economista del Instituto Cuesta Duarte y del equipo de “Valor!!”.
Enlace con la nota sobre el empleo en la industria de nuestra anterior edición, la 560.
Fuente: elaboración propia en base a informes del INE y proyecciones de población del INE.
Fuente: elaboración propia en base a informes del INE y proyecciones de población del INE.