Por Bruno Giometti (*)
Hace pocos días se publicaron los datos referidos a la encuesta industrial, que publica mensualmente el Instituto Nacional de Estadística (INE). Con esta información tenemos la evolución del volumen producido, el personal ocupado y las horas trabajadas, en la industria manufacturera, desagregados por las distintas ramas de actividad industriales, hasta el mes de julio del corriente año.
El Índice de Volumen Físico de la industria manufacturera considerada globalmente, en el promedio de Enero-Julio de 2021, muestra un crecimiento de 12% con respecto a igual período del año 2020. Pero más relevante aún es que la producción industrial en el período Enero-Julio de 2021 se ubica un 4% por encima de los niveles de producción de Enero-Julio de 2019, es decir la pre-pandemia.
Por su parte, el Indice de Horas Trabajadas se ubica en Enero-Julio de 2021 un 7% por encima de igual período del año anterior, pero 8% por debajo de las horas trabajadas en la industria en el período Enero-Julio 2019.
Queda en evidencia que, en la industria manufacturera, considerada en su conjunto, se está procesando una reestructura que ya permite alcanzar un volumen total de producción superior a la pre-pandemia, pero con una cantidad de fuerza de trabajo aplicada significativamente menor.
Una primera conclusión es que, en la industria manufacturera considerada globalmente, en lo que va de 2021 parece estar produciéndose una fuerte recomposición de la rentabilidad empresarial, fruto de la recuperación de la producción agregada al tiempo que caen fuertemente los costos laborales (tanto por la reducción neta de las horas trabajadas como por la baja de salarios reales).
A nivel sectorial, algunas de las ramas de actividad en las que se percibe más claramente esta dinámica, son:
- La industria de la alimentación, con un crecimiento de 11% del volumen producido en Enero-Julio 2021 respecto a Enero-Julio 2019, pero una caída de 6% en las horas trabajadas en igual período de comparación. Realizando una mayor desagregación, vemos que en la mayoría de los rubros de la industria de la alimentación los niveles de producción y productividad por hora trabajada superan largamente los niveles pre-pandemia, destacándose la industria de la carne, aceites y grasas, preparación de frutas y vegetales, industria láctea.
En el caso de la industria de la alimentación, cabe destacar además que representa más de un tercio de la producción industrial total, por lo cual su comportamiento específico incide fuertemente en la trayectoria general de la industria. - La industria farmacéutica, donde la producción crece 12% y las horas trabajadas caen un 8% en estos dos años.
- Plástico y productos de plástico, 22% de crecimiento del volumen producido con un 2% menos de horas trabajadas.
- Minerales no metálicos, 10% de crecimiento en el volumen producido y 10% de disminución de las horas trabajadas en igual lapso.
- Las ramas de refinación de petróleo, producción de metal, productos de metal y otras industrias, también registran un crecimiento de volumen producido y caída de las horas trabajadas, respecto a los niveles pre-pandemia.
Simultáneamente a la recuperación de la producción en las ramas detalladas, otras ramas industriales han sufrido una caída a lo largo de los últimos dos años. En algunos casos además se trata de rubros que ya venían con dificultades importantes desde tiempo atrás. Nos referimos por ejemplo a la industria textil, vestimenta, cuero, industria gráfica, electrónica.
Otras ramas industriales como la bebida y la producción de muebles, si bien no tienen los problemas estructurales de las mencionadas en el párrafo precedente, aún están por debajo de los niveles de producción de 2019. Seguramente esto se debe a que son industrias que se orientan principalmente a abastecer el mercado interno, fuertemente debilitado.
En los casos de las mencionadas ramas con caída de la producción, también registraron fuertes reducciones en las horas trabajadas en el comparativo Enero-Julio 2021 respecto a Enero-Julio 2019.
Como segunda conclusión, podemos ver que el desempeño de la industria manufacturera en estos dos años es muy heterogéneo, algo habitual en situaciones de crisis. Por un lado, ramas de actividad que procesan materias primas de origen agrario y tienen inserción exportadora (frigoríficos, aceiteras, industria láctea, plástico), junto a industrias que por distintos motivos mantuvieron o recuperaron rápidamente buenos niveles de producción (farmacéutica, materiales para la construcción). Por otro lado, ramas de actividad con problemas estructurales o coyunturales, que en muchos casos son intensivas en mano de obra, lo que perjudica la recuperación de los niveles de empleo.
La reestructura industrial se produce a la interna de las empresas, a la interna de los sectores y entre sectores. Por el momento, desde marzo de 2020 los trabajadores no son favorecidos de este proceso, sino muy al contrario, tanto por la reducción de las horas trabajadas como del salario. En las ramas más dinámicas de la industria, la rentabilidad se concentra en las empresas, en particular las de mayor porte.
(*) Economista del Instituto Cuesta Duarte del PIT-CNT e integrante del Equipo de “Valor!!”.