La pasada jornada Israel ejecutó una operación de Inteligencia que tuvo como objetivo los dispositivos localizadores, conocidos como buscapersonas o beepers, pertenecientes a dirigentes y miembros del grupo chiita Hezbolá en el Libano.
Como consecuencia de ello se reportaron, según consigna Rusia today (RT) detonaciones (…) en diferentes partes del país, incluidos los suburbios del sur de Beirut, el valle de Bekaa y el sur del Líbano”.
Las explosiones provocaron al menos la muerte de 11 personas, entre las que se encuentra una niña, mientras que, de acuerdo al ministerio de Salud del Libano unas 4.000 personas resultaron heridas.
Entre los heridos ha sido identificado el embajador de Irán en el Líbano, Mojtabá Amaní, quien según la agencia de noticias, resultó levemente herido.
Las fuentes indican que a causa del ataque resultaron heridos “los principales líderes de Hezbolá y sus asesores”.
En respuesta a la acción sionista, la entidad de Salud libanesa pidió “a todos los ciudadanos que tengan buscapersonas que los desechen inmediatamente”.
Por su parte, Hezbolá aseguró la máxima responsabilidad de Israel por el ataque “ y prometió represalias en respuesta”.
Aunque desde Tel Aviv no ha habido ningún comentario sobre el ataque, se conoce que este miércoles fue trasladada «la 98.ª División, considerada una de las de élite de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), de la Franja de Gaza», hacia la frontera con el Líbano.
De acuerdo a medios de prensa israelíes, este traslado se realiza para reforzar “a las fuerzas israelíes en la frontera con el Líbano (…) por temor a hostilidades con Hezbolá tras la explosión del buscapersonas”.
De acuerdo a RT que cita fuentes de Israel, el ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, informó previo al ataque al secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin.
Por su parte, “Gallant comunicó al jefe del Pentágono que Israel estaba a punto de llevar a cabo una operación en el Líbano, pero no detalló en qué consistiría la acción”.
La acción sionista fue calificada por Rusia como «un acto de guerra híbrida» y según la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, se considera “lo ocurrido como un acto más de guerra híbrida contra Líbano que ha afectado a miles de personas inocentes”.
“Parece”, agregó Zajárova, “que los organizadores de este ataque de alta tecnología buscaban deliberadamente fomentar un enfrentamiento armado a gran escala con el fin de provocar una gran guerra en Oriente Próximo».
“Se debe realizar una investigación exhaustiva de lo ocurrido”, enfatizó la funcionaria rusa.
De acuerdo a Axios, la operación fue previamente “aprobada durante reuniones entre el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y miembros del Gobierno y de la cúpula de seguridad del país”.
“El martes”, consignó el medio de prensa, “Netanyahu y el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, pasaron varias horas en el centro de mando de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) en Tel Aviv”.