20230525/ Javier Calvelo - adhocFOTOS/ URUGUAY/ MONTEVIDEO/ Gustavo Penadés declara este jueves en Fiscalía por presunta retribución a menores por actos sexuales En la foto: Gustavo Penadés en la salida de Fiscalia de la calle Cuareim en Montevideo. Foto: Javier Calvelo / adhocFOTOS

Explotación sexual y desamparo

“La explotación sexual en Uruguay va mucho más allá de este caso en concreto”

El ahora exsenador Gustavo Penadés fue imputado como autor en reiteración real por once delitos de retribución a la explotación sexual de menores de edad, cuatro de abuso sexual especialmente agravado, tres de abuso sexual agravado, uno de violación, uno de corrupción de menores y uno de atentado violento al pudor.
Este tipo de delitos y sus víctimas no son excepciones en nuestro país, pero este caso permitió darle visibilidad a este problema. Para este abordaje “EL POPULAR en Radio” entrevistó a Andrea Tuana, Trabajadora Social, investigadora y docente feminista uruguaya, directora de la Asociación Civil «El Paso», integrante de la Intersocial Feminista de Uruguay y una reconocida activista contra la violencia de género, doméstica y sexual hacia niños, niñas, adolescentes y mujeres.
Caso paradigmático
Para Tuana el caso del exsenador Penades “es paradigmático porque se trata de una persona que tiene un poder casi máximo. Es un representante nacional, del partido de gobierno que además recibió el espaldarazo y el apoyo de nada más y nada menos que el Presidente de la República, el Ministro del Interior e hizo una conferencia de prensa en el Parlamento, es decir, hubo muchas cosas que marcan este caso como un caso paradigmático”.
“Pero la explotación sexual en Uruguay va mucho más allá de este caso en concreto – aclara rápidamente – está presente en todo el país. Hace muchos años que se vienen realizando investigaciones, evidencias, producciones en donde se muestra que la explotación sexual está en todos los departamentos, que, en algunos lugares con determinadas condiciones, existe una mayor concentración de explotación sexual como en los departamentos de frontera o donde se hacen mega emprendimientos como el caso de UPM. La explotación está en todos lados”.
“Cuando aparecen estos temas, la opinión pública tiende a pensar que el explotador sexual es un enfermo y en realidad no. La gran mayoría de quienes pagan por sexo a menores de edad en este país son varones, sin ninguna patología psiquiátrica, muy integrados socialmente, muchos de ellos tienen familias, parejas, de distintos niveles educativos, jóvenes o veteranos de mediana edad. Eso, por un lado; lo que sí genera, permite y posibilita la explotación son las relaciones asimétricas, en nuestra sociedad nos manejamos con desigualdades, las desigualdades adulto-céntricas donde los adultos entienden que los niños, las niñas y las y los adolescentes son objetos de su propiedad, de su gratificación o para ejercer sobre ellos el poder”.
Tuana explicó que este abuso de poder es posible porque “hay toda una cultura que legitima” esto. Al respecto puso como ejemplo lo sucedido con el caso conocido como “Operación Océano»: toda la defensa de los imputados planteaba que era casi una asociación para delinquir. Hablaban de las víctimas de esa manera, de que las gurisas hicieron una trama para sacarle dinero a estos pobres señores, para engañarlos con la edad, o sea, el poder siempre lo que va a intentar es aplastar a las víctimas y culpabilizarlas y lamentablemente vivimos en una sociedad que muchas veces compra el discurso del explotador, del abusador, del poderoso. Tenemos que empezar a abrir los ojos, a despertar como sociedad para que se defienda a los niños, niñas y adolescentes.
Medios de comunicación
Los medios de comunicación inciden respecto a cómo la población elabora opinión sobre estos temas y es muy relevante. Según Tuana aspectos relacionados a cómo se trata el tema, dónde se pone el foco, dónde se genera la mayor cantidad de minutos, sobre qué tema estamos hablando, cómo se pregunten y repregunten las cosas.
“Creo que acá desde hace años muchos medios vienen con un compromiso de querer mostrar más allá del hecho puntual, de querer quitarle esa cobertura sensacionalista, amarillista y que intentan mostrar las raíces más estructurales de este problema y que intentan contextualizar la situación que se presenta. Y hay otros medios que, lamentablemente, vemos cómo siguen titulando de forma en que se culpabiliza a las víctimas, siguen dándole mayor lugar y espacio a las voces de quienes intentan culpabilizar a las víctimas, de quienes intentan convencer a la opinión pública de su inocencia. Yo no digo que no se tengan que mostrar todas las voces, lo que digo es a quién le vas a dar más relevancia y qué voz vas a destacar más”, explicó.
La “mala víctima”
Quién hace la denuncia inicial que termina en la imputación de Penadés es una mujer trans, que es polémica, con posiciones complejas, con una forma de expresarse mediáticamente que podría entrar dentro de la lógica de la «mala víctima» y eso permea luego en el discurso incluso de Penadés y de otros actores como el ministro. ¿Qué tan difícil es hacer este tipo de denuncias en este Uruguay de hoy con estas instituciones y mecanismos?
Al respecto, Tuana opinó que “queda a las claras que es muy difícil porque esta es una estrategia de hace mil años de abogados defensores bastante inescrupulosos, que cruzan los límites de la ética, desde mi punto de vista, abogados defensores de explotadores y abusadores, que lo que buscan es destruir, quebrar la credibilidad de las víctimas, de alguna forma; mostrar a las víctimas a la sociedad como personas cuya palabra no debe ser escuchada ni reconocida. Tenemos una «mala víctima» que es la que no se presenta llorando, destruida, pidiendo por favor ayuda, sometida, en definitiva, sino que es una víctima empoderada, que grita a los cuatro vientos lo que le pasó, que quiere justicia, ahí los abogados defensores se agarran de eso de una manera increíble y la sociedad entra también en ese juego de «ah bueno, pero si no llora, si no está deprimida, si no la vemos sufrir quiere decir que no es víctima».
“Ahí hay un prejuicio tremendo de la propia sociedad que tenemos que cambiar – continuó – hay un aprovechamiento de esto en la defensa de los explotadores. Esto pasa en todos lados. En el caso de La Manada de España los abusadores contrataron a un detective privado para sacarle fotos a las víctimas sonriendo, mostrando «ella sonríe por lo tanto no es una víctima», cosas totalmente tremendas y de una ignorancia enorme de cómo son los efectos del trauma.
Percibirse como víctima
Romina Papasso, en una entrevista en canal 12, expresó que en realidad ella había empezado a pensar sobre esto a partir de tener que asistir a una psicóloga como parte de la sentencia por juicio abreviado a raíz del incidente con una funcionaria de la Intendencia que fue agredida por Romina. Fue en ese espacio en donde pudo, por primera vez, poner en palabras lo que había vivido y reconocerse como víctima de explotación sexual. ¿Qué podemos extraer de este proceso particular? Tuana afirma que “ahí se muestra que algunas medidas que son medidas preventivas, educativas, que también la Justicia puede determinar o terapéuticas son muy importantes y que no todo implica penalizar. Eso les pasa a muchas de las víctimas porque tenemos que pensar que son mecanismos de sobrevivencia, uno no puede vivir toda su vida conectando con la violencia, el sometimiento, el dolor, entonces tiene que poder encontrar recursos y además depende mucho de las características”.
“Es muy importante conocer esto y sobre todo formar a los profesionales y que puedan diagnosticar, hacer un informe, hacer una valoración de daños, poder interpretar las conductas de las víctimas desde la psico traumatología, o sea, los efectos traumáticos y los daños que producen en las víctimas, eso es muy importante y también tenemos que difundirlo como conocimiento social y popular para que no engañen a la opinión pública, para que no nos quieran tergiversar la realidad y decirnos que las víctimas son los victimarios de estos «pobres señores, tan poderosos y empresarios”, aseguró.
“Estos explotadores son inteligentes y van a captar gurises fácilmente, van a ir a buscar chicos y chicas que están en una situación que, o han vivido violencia, desprotección, sin redes, las necesidades básicas no cubiertas, van a ir ahí. Obviamente hay otras víctimas que no vienen de la pobreza pero que también vienen de otras desprotecciones o desamparados. Los daños que sufren son muy grandes; el primer daño es que no son tratados como sujetos de derecho sino como objeto de propiedad de los otros; el daño de la intrusión de la sexualidad de un adulto en la sexualidad de un adolescente, a veces niños, que está todavía en proceso de maduración y desarrollo. Todo lo que implica ese vínculo de dominación, de sometimiento, realmente es tremendo”, finalizó.

Foto de portada:

Gustavo Penadés en la Fiscalía. Foto: Javier Calvelo / adhocFOTOS.

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