Durante la jornada de este domingo Nicaragua estará en elecciones presidenciales.
Además de elegirse la fórmula presidencial, el domingo se ponen en juego 90 cargos de diputados para la Asamblea Nacional y 20 para el Parlamento Centroamericano.
La disputa presidencial entre el actual mandatario Daniel Ortega, representante del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y otros cinco candidatos, ha estado precedida de una campaña sin actos presenciales y bajo un constante cuestionamiento a partir de las detenciones de dirigentes opositores a Ortega.
Ortega que ya es el mandatario que más años ha ocupado ese cargo, se enfrenta en las urnas con Alfredo Montiel, de la Alianza Liberal Nicaragüense (ALN); Mauricio Orúe Vásquez, del Partido Liberal Independiente (PLI); Walter Espinoza, del Partido Liberal Constitucionalista (PLC); Guillermo Osorno, de Camino Cristiano Nicaragüense; y Gerson Gutiérrez Gasparín, de la Alianza por la República (APRE).
Calificada como “una campaña tenue”, los actos que se han celebrado tuvieron que cumplir las disposiciones del Consejo Electoral que no autorizó la realización de actos de más de 200 personas y una duración de un período de tiempo de 90 minutos como máximo.
Como una señal de esa “campaña tenue”, según consigna Página 12, “las principales plazas de Managua estuvieron en las últimas semanas plagadas de adornos navideños y una iluminación especial, y sin carteles, afiches ni pasacalles con las habituales promesas de campaña”.
No se espera que los candidatos que disputan la contienda electoral logren superar al actual presidente, quien no está limitado a sucesivas presentaciones, luego que, desde el 2014, el Congreso nicaragüense decidiera que no habría límite en el número de mandatos posibles.
La votación de este domingo viene precedida por el ataque y el cuestionamiento a Ortega por la “detención de una treintena de dirigentes opositores, entre ellos ocho precandidatos presidenciales, la prohibición de participar a tres partidos y la cancelación a una veintena de ONG”.
A estos cuestionamientos, el gobierno de Daniel Ortega ha respondido que las detenciones son resortes de la Justicia, quien actúa de acuerdo a lo dispuesto en la Ley de Defensa de los Derechos del Pueblo a la Independencia, la Soberanía y la Autodeterminación para la Paz.
Varios de los detenidos enfrentan cargos por lavado de dinero y falsificación de documentos, así como de «traición a la Patria» por sus vínculos con organizaciones extranjeras, principalmente norteamericanas, que desde siempre han sido hostiles al Frente Sandinista.
Además de Cristiana Chamorro, que es acusada de lavado de dinero y falsedad ideológica, se encuentran detenidos el excanciller José Pallais, el politólogo Félix Maradiaga, el economista Juan Sebastián Chamorro, el exdiplómatico Arturo Cruz, el economista Noel Vidaurre, el también periodista Miguel Mora y el dirigente campesino Medardo Maidena.
El ganador de los comicios empezará su mandato el 10 de enero de 2022 y aunque el sistema electoral prevé la posibilidad de una segunda vuelta, ello no se materializaría si uno de los candidatos alcanza el 45 por ciento de los votos, o un mínimo de 35 por ciento y cinco puntos de diferencia con el segundo.
Tanto la OEA, como la Unión Europea y Estados Unidos han denunciado la situación de los opositores encarcelados y la supuesta manipulación del Consejo Electoral.
Ante estas interferencias, el gobierno sandinista rechazó la presencia de los observadores electorales provenientes de estas organizaciones y países.
Con un total de 4,3 millones de habilitados y 13.459 juntas receptoras de votos, este domingo Nicaragua define el curso o no de la continuidad del actual mandatario Daniel Ortega y su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo.
Rolando Arbesún