Decenas de miles de israelíes marcharon el sábado en varias ciudades de Tel Aviv y Jerusalén exigiendo la dimisión del primer ministro Benjamin Netanyahu y su gabinete.
Los manifestantes acusan al primer ministro de corrupto y de promover como política un belicismo exacerbado que deja fuera la negociación política con la resistencia palestina.
Según consignó teleSUR que cita como fuentes a medios locales e internacionales, “en la capital, Tel Aviv, tuvieron lugar dos manifestaciones multitudinarias, una enfocada en demandar la dimisión del Ejecutivo de ultraderecha que dirige Netanyahu, la celebración de elecciones anticipadas aunque haya estado de guerra y el cierre de la Kneset (Parlamento)”.
Tras esta primera protesta, añade la agencia de prensa, “los manifestantes se dirigieron a respaldar otra movilización, en la llamada Plaza de los Secuestrados”.
En esta segunda movilización, se detalla, fue cuastionada la gestión del conflicto por parte del gobierno de Netanyahu.
Los manifestantes exigieron al gobierno que “acuerde un alto al fuego con la resistencia palestina, retome las negociaciones y permita el regreso a casa de los rehenes que se mantienen en Gaza”.
Al ser consultados por medios de prensa locales, algunos de los manifestantes afirmaron que “el gabinete de Netanyahu les impuso la guerra”, no aportando “soluciones claras a la situación de los rehenes”.
La policía israelí, consignaron medios internacionales “reprimió a los manifestantes que se movilizaron en la ciudad costera de Cesarea, frente a la residencia privada de Netanyahu”, produciéndose además, algunas detenciones entre los que protestaban “en la plaza París contra la guerra”.
Las manifestaciones del fin de semana, recuerda la agencia de prensa, son las primeras desde el 7 de octubre, cuando se inició el accionar militar de las tropas sionistas en la Franja de Gaza y territorios ocupados.
