Precariedad laboral en España: un fenómeno estructural

Un estudio realizado a instancias del sindicato Confederación Sindical de Comisiones Obreras (CCOO) de España evidencia que el 48% de los trabajadores españoles tienen un contrato precario.

El informe sustenta su análisis con datos de 2019 y según consigna Izquierda diario fue dirigido por Hipólito Simón, catedrático de Economía en la Universidad de Alicante.

Las conclusiones del estudio son contundentes, ya que muestra “que el fenómeno de la precariedad es estructural en el Estado español al rozar el 50% de los trabajadores sujetos a estas condiciones”.

La investigación se propuso como objetivo, señala el medio de prensa, “examinar la precariedad de los asalariados desde una perspectiva multidimensional” por lo que se utilizaron “distintos indicadores”, sin limitarse, como es común en este tipo de análisis “a un único factor”.

Para el estudio se consideró “un baremo de siete indicadores o “carencias laborales” para analizar la precariedad”, los mismos fueron: “salario mensual, salario por hora, tipo de contrato, tipo de jornada, sobrecualificación, jornada laboral extensa y jornada laboral atípica”.

Aunque cada indicador “tiene un peso a la hora de medir la precariedad (…) todos son valorados”, lo que permite “tener una visión más detallada del fenómeno de la precariedad”.

De acuerdo a este estudio “un trabajador es precario cuando padece al menos 1 carencia primaria en cualquiera de las 2 primeras dimensiones (bastando para ello tener un salario mensual o por hora reducido o, alternativamente, un contrato temporal) o bien sufrir simultáneamente 2 de las carencias secundarias de la tercera dimensión.

Las tres dimensiones definidas para el estudio son: salario, inestabilidad y otras carencias.

Un resumen sumario de las conclusiones permite afirmar “que un 48% de los trabajadores está en situación de precariedad” y entre aquellos “que no lo están, hay un 24% que sufren carencias de las consideradas secundarias (exceso de horas o trabajo en fin de semana, o sobrecualificación por ejemplo), es decir, el 72% del total sufren alguna carencia frente al 28% de los trabajadores que tienen lo que se llama un empleo de calidad”.

De acuerdo a la metodología del estudio “sufrir al menos una carencia relativa al salario o la temporalidad implica directamente precariedad (…) en este sentido el 24% de la población asalariada percibe un sueldo inferior a 1.200 euros brutos mensuales, lo que les convierte automáticamente en precarios y un 26% está en situación de temporalidad”.

Los datos evidencian, además, “que la precariedad afecta muy especialmente a las mujeres”.

En este sentido se concluye que “el 54% de las asalariadas combinan dos o más de los indicadores mencionados, lo que las convierte en precarias”.

Otros datos del estudio señalan que las “dos terceras partes de los migrantes y tres de cada cuatro jóvenes están en situación de precariedad multidimensional”.

Que los niveles de precariedad sean cercanos al 50% es lo que permite concluir que “se trata de un fenómeno estructural en el Estado español”.

Rolando Arbesún

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