En el curso de una nueva reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas acerca de la situación en Medio Oriente, se afirmó por parte del comisionado general de la agencia del organismo internacional para los refugiados palestinos (UNRWA) que el territorio de Gaza “es un cementerio de decenas de miles de personas, un mar de escombros en el que casi toda la población está desplazada y cientos de miles de personas hacen equilibrio al borde de una hambruna fabricada por el hombre”.
Al describir la situación, se lee en el portal de noticia de la ONU, Philippe Lazzarini afirmó que los niños que allí se encuentran “crecen en el horror de la guerra”, siendo “asesinados, heridos y hechos huérfanos en cantidades enormes”.
Para Lazzarini resulta “especialmente alarmante la ofensiva israelí” que se desarrolla en el norte de Gaza, en tanto “reiteró que en el sur las condiciones de vida son intolerables”.
“Ha sido un año de profundas pérdidas y sufrimiento”, dijo Lazzarini que agregó había sido “un año de deshumanización y barbarie”.
Uno de los puntos abordados por Lazzarini, fue la decisión de “suspensión de dos años de escuela de los niños gazatíes”, ante lo que “sostuvo que no puede permitirse perder una generación entera y abrir así el terreno para sembrar semillas de odio y extremismo futuros”.
“En este medio de precariedad y carencia absoluta de los bienes tan básicos”, Gaza se ha “convertido en el lugar más peligroso del mundo para los trabajadores humanitarios”.
Allí, agregó, “el flagrante desprecio por el derecho internacional humanitario y el colapso casi total del orden civil están paralizando la respuesta humanitaria”, advirtió Lazzarini quien fue enfático en señalar que los proyectos de ley que se discuten en el parlamento israelí (Knesset) y que desmantelaría a la UNRWA y la despojarían de su inmunidad, son violatorios del derecho internacional humanitario y que, en caso de ser aprobados “sentarían un grave precedente para otras situaciones de conflicto en las que los gobiernos podrían querer negar la labor de la ONU”.
“Si no se hace nada para contrarrestarlo”, subrayó Lazzarini, “a la larga se comprometerá la labor humanitaria y de derechos humanos en todo el mundo”, quien consideró que “políticamente, la legislación contra la UNRWA forma parte de una campaña más amplia para desmantelar al organismo”, despojando a los palestinos de su estatus de refugiados, para “cambiar unilateralmente los parámetros para una futura solución política”.
“Este Consejo”, recalcó, “debe decidir hasta qué punto tolerará actos que atacan el corazón del multilateralismo y comprometen la paz y la seguridad internacionales”.






















