El comunicado del Departamento de Estado sobre Venezuela fue enfáticamente rechazado por el gobierno bolivariano de Caracas.
En dicha comunicación de la entidad estadounidense se ataca tanto al pueblo venezolano, como al Gobierno constitucional del presidente Nicolás Maduro.
La misiva, de acuerdo al documento difundido por la Cancillería venezolana, cataloga al texto del Departamento de Estado como un “acumulado de infamias, distorsiones y aspiraciones golpistas, cuyo epílogo será, como siempre, un estrepitoso fracaso”.
Para el gobierno venezolano, dicho comunicado es “ridículo” y en el mismo se pretende “invocar la defensa de los derechos humanos del pueblo venezolano mientras lo agreden con casi mil medidas coercitivas ilegales”, planificando en su contra “acciones terroristas contra sus autoridades, servicios públicos en instituciones”, con el único propósito de desconocer la voluntad democrática del pueblo venezolano para “imponer, como en 2019, a un nuevo títere”.
En el comunicado de Caracas, se condena, además, el respaldo dado por el Centro Carter a dichas intenciones lo que es calificado como una traición al “legado histórico de su fundador”, en tanto actualmente ya “no acompaña procesos electorales, sino que busca tutelarlos, redefinir sus reglas y proporcionar sus propios resultados a conveniencia”.
“Venezuela ha sido y será siempre respetuosa del derecho internacional. En Caracas la sede estadounidense permanece intacta pese a que las sedes diplomáticas venezolanas en Washington y Nueva York fueron robadas y se encuentran hoy en un escandaloso estado de deterioro”, se lee en el comunicado de la Cancillería venezolana que concluye reafirmando que el gobierno bolivariano “no se deja amedrentar”.
“El mundo sabe que su pueblo y su gobierno están profundamente comprometidos con la autodeterminación, con la independencia y con los valores democráticos, además de un apego inquebrantable al derecho internacional y la paz”, enfatiza finalmente el texto.