Varios sacerdotes católicos de villas y barrios populares y del Hogar de Cristo en Argentina emitieron una declaración pública en rechazo a los recortes dispuestos por el gobierno de Javier Milei que afectan en primer lugar las políticas públicas dirigidas a atender las diversas situaciones de las villas y barrios más precarizados del país.
“No es bueno”, se expresa en el documento dado a conocer por Página 12, “desenchufar el Estado de las villas y asentamientos”.
Los sacerdotes subrayan en el texto que “una de las principales funciones del Estado es velar por los más postergados” y recuerdan que de acuerdo a la Constitución Nacional uno de los objetivos es “afianzar la justicia (los desfavorecidos que nacieron en villas y no tuvieron oportunidades necesitan la intervención del Estado) y promover el bienestar general”.
“Antiguamente, las villas no figuraban en los mapas”, se lee en el documento, eran solo “espacios verdes» y hubo que esperar el momento histórico en que “la sociedad ‘se desayunó’ con la existencia de las villas”, fue a partir de ello, subrayan que “se habló de erradicación, luego de urbanización, hasta que se instaló bastante el concepto de integración urbana”.
De acuerdo a los sacerdotes en el vecino país se fueron dando pasos y “gracias al relevamiento que nos permitió llegar al RENABAP (Registro Nacional de Barrios Populares) muchos lugares históricamente ninguneados por la sociedad y por el Estado empezaron a ser tenidos en cuenta con más profundidad”.
Para los sacerdotes argentinos, “en medio de tanta deuda con los más postergados, valoramos las políticas públicas que se fueron dando en barrios populares” ya que ellas “posibilitaron crecer en inclusión” que permitió que “muchos vecinos pudieron lograr mejor acceso a cloacas, agua, luz, escuela, salita y centros comunitarios”, en tanto “otros pudieron ampliar y mejorar sus humildes casas”.
“La intervención del Estado en los más de 5000 barrios populares de todo el país no puede decaer”, no resulta “bueno desenchufar el Estado de las villas y asentamientos” pues constituye “un golpe muy duro bajar este financiamiento que beneficia a más de 5 millones de vecinos, entre los cuales la mayoría son menores”.
Al conocerse la decisión del Ejecutivo de restringir sustancialmente el Fondo de Integración Socio-Urbano, los Sacerdotes de Villas y Barrios Populares y Hogar de Cristo de la Argentina sdenunciaron que “bajar el presupuesto Fondo de Integración Socio-Urbana sería volver para atrás”, algo que es tolerable porque dicho recorte “genera mayor exclusión y, por lo tanto, inseguridad y desintegración social” ya que esta es “prácticamente (…) la única política pública que apunta al núcleo duro de la pobreza”.
Finalmente, señala el medio de prensa, el documento exhorta al gobierno nacional para que “se revise lo que haga falta para que la Integración Socio-Urbana sea una realidad cada vez más efectiva” y reitera la confianza “en la capacidad de escucha y diálogo por la cual la población los eligió”.