En los primeros dos meses del presente año siete adolescentes han sido baleados, mientras cinco niños fueron heridos de bala y se produjo el asesinato de un adolescente de 13 años.
Los datos, dados a conocer por la diaria proceden del monitoreo diario sobre la violencia que lleva adelante la Plataforma Infancias y Adolescencias (PIAS).
A dicho escenario, agrega el medio de prensa, se le sumó el homicidio de un niño de seis años que fuera baleado en Rivera.
De acuerdo al mediod e prensa, no se tratan de “casos aislados”, sino que “evidencian las violencias a las que están expuestos cada vez más los niños, niñas y adolescentes en distintos barrios de Uruguay”.
Los datos oficiales disponibles, indica el medio, muestran que la violencia en los territorios es el contexto más letal en los últimos cinco años para las infancias y las adolescencias.
El otro escenario donde se verifican estas situaciones, se agrega, es el de la violencia intrafamiliar, que incluye, entre otras formas, la violencia vicaria que tuvo como blanco a niñas, niños y adolescentes asesinados en los últimos cinco año.
Según los datos del ministerio del Interior (MI), entre 2020 y 2024, se registraron un total de “91 homicidios de menores de 18 años”, cifra que de acuerdo a la diaria representan un promedio de “18 casos por año”.
El mayor número de casos, describe el medio de prensa, se concentró en 2020, “con 25 homicidios de niñas, niños y adolescentes”, en tanto en los siguientes año se cometieron nueve homicidios “en 2021, 20 en 2022, 15 en 2023, y 2024 cerró con 22”.
Los datos correspondientes a 2024, constituyen un claro indicador, se añade, del aumento de estos hechos respecto de los tres años anteriores.
El informe recibido por la diaria, a partir de un pedido de acceso a la información solicitado al ministerio del Interior, revelan que de esos 91 homicidios, “el 43%, fueron cometidos en el marco de conflictos entre grupos criminales, tráfico de drogas o ajustes de cuentas”.
El “26% de las niñas, niños y adolescentes” se concluye de los datos aportados, “fueron asesinados en contextos de violencia intrafamiliar y situaciones relacionadas”.
El resto de las situaciones “se dieron en medio de altercados espontáneos o conflictos diversos (9%) y, en menor medida, por rapiñas, copamientos y similares (1%). El resto se divide en otros motivos (6%) y motivo desconocido (15%)”.
La enorme mayoría de las víctimas, describe el informe, “eran adolescentes de entre 13 y 17 años (73%)”, siendo en el 16% de los casos “niñas y niños de entre seis y 12 años”.
Un 10% de estos niños y niñas “tenía entre cero y tres años, y 1% estaba en el rango etario de cuatro a cinco años”.
En lo referido a los vínculos entre víctima y victimario, en “40 de los 91 casos registrados entre 2020 y 2024 no se conocía el vínculo” y entre los que si se tienen datos “la mayoría de las víctimas eran familiares del agresor (39%), o amigos o conocidos (39%)”, mientras que en los restantes casos, “no tenían relación (18%) o eran pareja o expareja (4%)”.
Según el informe de la cartera la mayoría de estos casos, un “64%, ocurrió en la vía pública u otros espacios abiertos”, en tanto el “33% fue en una residencia”, no existiendo en un 3% de los casos información sobre el lugar de ocurrencia.