Japón está a punto de llevar a cabo un plan que podría tener consecuencias devastadoras para los océanos y la vida en la Tierra en su conjunto. Este jueves comenzará el vertido al mar de las aguas residuales radiactivas acumuladas en la planta nuclear Fukushima Daiichi.
El plan de Japón, aunque cuenta con el visto bueno de la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA) ha sido fuertemente criticado por las consecuencias devastadoras que producirá en las aguas de mares y océanos, la contaminación que produciría tanto en los ecosistemas marinos, como en la cadena alimentaria global.
Las críticas de los expertos señalan que dichas aguas, “cargadas con sustancias radiactivas como el tritio, podrían tener un impacto duradero en los océanos y en la salud humana”.
En defensa de su plan el gobierno japonés ha insistido en asegurar “que la liberación se realizará de manera segura y controlada”, una afirmación que no convence a científicos y críticos del plan que alertan por “las consecuencias incontrolables que podrían derivar de esta acción”.
Tanto China, como Corea del Sur expresaron su indignación y no dudaron en acusar a Japón “de tratar a los océanos como un depósito de desechos”.
La preocupación de estos países es acompañada “por grupos ambientales y científicos en todo el mundo”, recuerda el portal de noticias KaosenlaRed.
En particular, la organización defensora del ambiente Greenpeace calificó “el proceso de filtración propuesto como defectuoso”, debido a la gran cantidad de material radiactivo que se dispersará por los mares en las próximas décadas.
Los críticos del plan han señalado como grave preocupación el modo en que dicha “liberación podría afectar la cadena alimentaria global”, en especial porque “los productos marinos japoneses, que son una parte esencial de muchas dietas en todo el mundo, podrían verse contaminados con niveles peligrosos de radiación”.
En su afán de acallar las críticas, el gobierno japonés ha prometido a los pescadores opositores al plan, compensaciones para minimizar los daños a la reputación de su trabajo y fondos para minimizar los impactos financieros en el sector pesquero.
Sin embargo, señala el portal de noticias, ello no ha conseguido eliminar las aprehensiones de “las comunidades pesqueras, ya que temen por la viabilidad a largo plazo de su industria”.