20230125/ Daniel Rodriguez - adhocFOTOS/ URUGUAY/ MONTEVIDEO/ SUAREZ Y REYES/ Ignacio Lula da Silva junto a Luis Lacalle Pou durante su visita oficial a Uruguay en la Residencia Presidencial de Suarez y Reyes, Montevideo. En la foto: Ignacio Lula da Silva durante su visita oficial a Uruguay en la Residencia Presidencial de Suarez y Reyes, Montevideo. Foto: Daniel Rodriguez /adhocFOTOS

Brasil en el G-7

Lula por la paz llama a evitar una nueva guerra fría entre EE. UU. y China.

Rony Corbo

Brasil fue un invitado de lujo a la cumbre del G-7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido), quienes representan el 45% del PBI mundial. La última participación de Brasil había sido en el 2009, también con Lula.

La agenda de la cumbre del G7, que se realizó el viernes 18 y sábado 19 de mayo en la emblemática ciudad de Hiroshima, Japón, estuvo dominada por dos temas: la guerra en Ucrania y la influencia geopolítica de China.

Al final del encuentro, en una declaración conjunta, las siete potencias industriales condenaron la invasión rusa en Ucrania y prometieron apoyo “inquebrantable” al gobierno de Volodímir Zelensky.

El mandatario ucraniano fue la “vedette” de la cumbre, reuniéndose con los presidentes de Estados Unidos, Canadá, Japón, Francia, Reino Unido, Alemania e Italia. Al presidente de Brasil, Luis Inácio “Lula” Da Silva, lo dejo plantado por problemas de “agenda”.

Lula: Salgo más optimista que nunca

En su discurso al G7 Lula hizo hincapié en la necesidad de promover una agenda global que priorice la justicia social, el desarrollo sostenible y la equidad. El presidente brasileño expresó su preocupación por las crecientes desigualdades económicas y sociales en el mundo actual, instando a los presidentes presentes a tomar acciones concretas para abordar este problema.

“La arquitectura financiera mundial ha cambiado poco y no se han sentado las bases de una nueva gobernanza económica. Hubo reveses importantes, como el debilitamiento del sistema multilateral de comercio. El proteccionismo de los países ricos cobró fuerza y la Organización Mundial del Comercio sigue paralizada. Nadie recuerda la Ronda de Desarrollo. Los desafíos se acumularon y empeoraron. Con cada amenaza que no logramos enfrentar, generamos nuevas urgencias”.

Sobre la coyuntura actual el presidente de Brasil dijo “El mundo de hoy vive la superposición de múltiples crisis: la pandemia de la Covid-19, el cambio climático, las tensiones geopolíticas, una guerra en el corazón de Europa, presiones sobre la seguridad alimentaria y energética y amenazas a la democracia.

Para hacer frente a estas amenazas, es necesario un cambio de mentalidad. Es necesario derribar mitos y abandonar paradigmas que se han derrumbado. El sistema financiero global tiene que estar al servicio de la producción, el trabajo y el empleo. Sólo tendremos un crecimiento sostenible real dirigiendo esfuerzos y recursos hacia la economía real.

El endeudamiento externo de muchos países, que victimizó a Brasil en el pasado y hoy asola a Argentina, es causa de una flagrante y creciente desigualdad, y requiere un tratamiento del Fondo Monetario Internacional que considere las consecuencias sociales de las políticas de ajuste. El desempleo, la pobreza, el hambre, la degradación ambiental, las pandemias y todas las formas de desigualdad y discriminación son problemas que exigen respuestas socialmente responsables”.

Posteriormente Lula defendió el papel del Estado. “Esta tarea sólo es posible con un Estado que impulse políticas públicas encaminadas a garantizar los derechos fundamentales y el bienestar colectivo. Un Estado que promueva la transición ecológica y energética, la industria verde y la infraestructura. La falsa dicotomía entre el crecimiento y la protección del medio ambiente ya debería ser superada. La lucha contra el hambre, la pobreza y la desigualdad debe volver al centro de la agenda internacional, asegurando un adecuado financiamiento y transferencia de tecnología”.

Posteriormente Lula llamo al cumplimiento de la agenda 2030. “No nos hacemos ilusiones. Ningún país puede hacer frente solo a las amenazas sistémicas actuales. La solución no está en la formación de bloques antagónicos o respuestas que incluyan solo a un pequeño número de países. Esto será particularmente importante en este contexto de transición a un orden multipolar, que requerirá cambios profundos en las instituciones. Nuestras decisiones solo serán legítimas y efectivas si se toman e implementan democráticamente. No tiene sentido hacer un llamado a los países emergentes para que contribuyan a resolver las “múltiples crisis” que enfrenta el mundo, sin que se atiendan sus legítimas preocupaciones y sin que estén adecuadamente representados en los principales órganos de gobernanza global. La consolidación del G-20 como principal espacio de concertación económica internacional fue un avance innegable. Será aún más efectivo con una composición que dialogue con las demandas e intereses de todas las regiones del mundo. Esto implica una representación más adecuada de los países africanos”.

Lula llamó además a reformar las Naciones Unidas.  “Las coaliciones no son un fin en sí mismas y sirven para impulsar iniciativas en espacios plurales como el sistema de la ONU y sus organizaciones asociadas. Sin la reforma de su Consejo de Seguridad, con la inclusión de nuevos miembros permanentes, la ONU no recuperará la eficacia, autoridad política y moral para enfrentar los conflictos y dilemas del siglo XXI. Un mundo más democrático en la toma de decisiones que afecten a todos es la mejor garantía de paz, desarrollo sostenible, derechos de los más vulnerables y protección del planeta”, finalizó Lula da Silva.

El presidente ucraniano no fue a la reunión con Lula

El presidente brasileño dijo que no se reunió con Zelenski en la cumbre del G7 en Japón, porque el líder ucraniano no acudió a la cita prevista entre ambos.

Lula admitió que está «molesto» porque no se pudo producir la conversación, pero restó importancia al desencuentro diciendo que, si no pudo ser ahora, tendrá lugar «en otra ocasión».

«Teníamos una (reunión) bilateral con Ucrania a las 15:15 (hora local). Esperamos y recibimos la información de que llegaban tarde. Mientras tanto asistí a una bilateral con el presidente de Vietnam. Y cuando el presidente de Vietnam se fue, Ucrania no apareció. Seguro que tenía otra cita», sentenció Lula.

El presidente brasileño reiteró su condena a la invasión rusa del territorio ucraniano e insistió en su firme defensa de la necesidad de hablar de paz entre Moscú y Kiev, aunque lamentó que, en estos momentos, ninguno de los dos está dispuesto a ello.

Recordó que hace dos semanas, viajó a Kiev el principal asesor internacional de Lula, el excanciller Celso Amorim, quien, tras mantener conversaciones con altos funcionarios ucranianos, constató que en estos momentos no hay condiciones para la paz. «Por el momento ambos están convencidos de que van a ganar la guerra. (…) Ni Putin ni Zelenski están pensando en paz. Y si no hay discusión de paz, la guerra puede ser muy larga», afirmó Lula.

Sobre la Cumbre del G 7 Lula dijo “Salgo del G-7 más optimista que nunca. Vamos a establecer alianzas fuertes con todo el mundo. A las personas les gusta mucho de Brasil y están muy felices con la vuelta a la democracia y nuestro retorno al escenario internacional”.

Foto de portada:

Ignacio Lula da Silva durante su visita oficial a Uruguay. Foto: Daniel Rodriguez /adhocFOTOS.

Compartí este artículo
Temas