China rechazó y calificó los comentarios de los principales diplomáticos del Grupo de los 7, de estar “llenos de arrogancia, prejuicios e intenciones maliciosas”.
La reacción del gigante asiático se produce en respuesta a una declaración del G7 donde se le acusó de realizar “acciones ilícitas, provocadoras, coercitivas y peligrosas que buscan alterar unilateralmente el statu quo de tal manera que corren el riesgo de socavar la estabilidad de las regiones, incluso a través de recuperaciones de tierras y la construcción de puestos de avanzada, así como su uso con fines militares”.
La reacción de China fue dada a conocer a través de su embajada en Canadá, donde se celebró la reunión de dos días del G7 en La Malbaie, Quebec.
En la comunicación oficial emitida, China afirmó que la declaración en su contra “repetía la misma vieja retórica, ignoraba los hechos y la posición solemne de China, interfería groseramente en los asuntos internos de China y difamaba descaradamente a China”.
Son, asegura el comunicado unas “declaraciones (…) llenas de arrogancia, prejuicios e intenciones maliciosas de reprimir y atacar a China”.
China, agrega el comunicado, no solo “deplora y se opone rotundamente a esto”, sino que ya ha “presentado gestiones solemnes ante la parte canadiense”.
En su respuesta, China afirmó que “se opone resueltamente a las fechorías del G7 de dañar la soberanía de China”, y advirtió que “la clave para mantener la paz y la estabilidad en el Estrecho de Taiwán radica en acatar el principio de una sola China”.
