Tras la resolución del parlamento israelí que restringe las actividades de la Agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos (Unrwa), el grupo Hamás hizo público un comunicado de condena a la medida.
Además de Hamás, la resolución fue rechazada por diversas organizaciones árabes y palestinas,que alertaron que de esa forma se agudizaría la situación de los refugiados, especialmente aquellos que se encuentran en la Franja de Gaza.
Sobre la resolución, la Autoridad Palestina, consideró que su propósito es dar por terminada la problemática de los refugiados, desconociéndose “su derecho a regresar y recibir compensación”, aspectos estos que la medida de Tel Aviv impide.
De acuerdo al representante oficial de la Presidencia de Palestina, Nabil Abu Rudeineh, la comunidad global debe “tratar a Israel como racista” y quitarle la “legitimidad” que obtiene por el respaldo de Estados Unidos para realizar acciones que han sido condenadas en todo el mundo
La resolución de la Knesset, informó TeleSur, ha sido considerada por el movimiento Yihad, “como un prolongamiento de la guerra de genocidio y de las políticas delictivas implementadas por la entidad usurpadora contra la población palestina en todas sus ubicaciones”.
La medida, afirman en un comunicado, es parte de “un componente de una táctica para aniquilar la causa palestina”.
“Es importante que la comunidad internacional y las Naciones Unidas tomen medidas contundentes en contra del régimen sionista”, enfatizó Hamás, quien reiteró continuará apoyando el trabajo de la Unrwa.
Para la Resistencia palestina, la decisión del parlamento de Israel constituye una “ofensa pública hacia las Naciones Unidas, sus instituciones y resoluciones.
El accionar de Tel Aviv, añade el medio de prensa ha sido considerado por los gobiernos de Irlanda, Noruega, Eslovenia y España como “un precedente riesgoso para el trabajo de las Naciones Unidas”, sobre todo porque el trabajo de dicha agencia “es esencial para millones de refugiados”.
En la misma línea y antes de la aprobación de la medida israelí, Canadá, Australia, Francia, Alemania y Japón dieron a conocer una declaración conjunta en la que alertaban sobre sus nefastas repercusiones.