Un informe donde se acusa a Estados Unidos de crímenes que violan el derecho internacional fue publicado este 9 de agosto por la Sociedad China de Estudios de Derechos Humanos (CSHRS).
El informe repasa las violaciones estadounidenses en el Medio Oriente y denuncia que las mismas constituyen «crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad, detenciones arbitrarias, abuso de tortura, tortura de prisioneros y sanciones unilaterales indiscriminadas».
El informe que consta de tres partes, trata los crímenes que se producen al iniciar guerras y que involucran masacres a civiles y daños del derecho a la vida y a la supervivencia.
Como ejemplo de lo anterior el reporte señala el caso de la invasión a Irak, una intervención que fue lanzada sin fundamentos.
Según reseñó la agencia de prensa Sputnik, en el documento se “menciona las víctimas civiles provocadas por las operaciones bélicas de EE.UU. (especialmente sus ataques aéreos)”, así como “por las acciones deliberadas de los contratistas militares estadounidenses, como los mercenarios de Blackwater, cuyos crímenes fueron perdonados por el expresidente Donald Trump”.
Además de estos efectos mortales, las incursiones de la superpotencia provocaron, agrega la primera parte del informe, “desastres humanitarios a gran escala que se cobraron numerosas vidas”.
En su segunda parte, en el texto se describe el accionar de Washington cuando ha reprimido “a países y organizaciones disconformes con sus políticas”, al tiempo que promovía «de forma coercitiva los valores estadounidenses en la región para asegurar el orden político, económico y de seguridad mundial” bajo su hegemonía.
A partir de esta política de Estados Unidos, fueron derrocados gobiernos y se generaron intervenciones en los asuntos internos de otros países, violando así sus soberanías.
Para alcanzar estos objetivos, Estados Unidos no ha dudado en usar sanciones de diferente tenor que produjeron “graves catástrofes humanitarias”, algunas de las cuales fueron producidas deliberadamente.
Finalmente, el texto de la CSHRS denuncia que fruto de esos intereses norteamericanos se estimuló lo que denominaron un «choque de civilizaciones», que tuvo como base instrumental la promoción de la islamofobia y la defensa a ultranza del modo de vida occidental y cristiano.
A la par de ello, se subraya finalmente que, Estados Unidos “faltó al respeto al patrimonio cultural de las naciones de Oriente Medio y trató a sus prisioneros de forma humillante y cruel».