La coalición de derecha luego de reconocer la derrota electoral. Foto: Diego Vila/ adhocFOTOS.

Derecha, cultura y educación

Arturo Fleitas (*)
El gobierno de la derecha ha sido derrotado y se va, pero sus referentes siguen buscando responsabilidades fuera de sus filas, descargándolas en cualquier lado que no sea en su propio desempeño.
Jamás van a mencionar el empobrecimiento de la población causada por un reparto totalmente desigual e injusto de la riqueza o el regalo de esa riqueza a otros ricos, como ocurrió con la entrega del puerto y la pretensión de hacerlo con el agua mediante el negociado del proyecto Neptuno, repudiado por toda la academia y las organizaciones ambientales. O la corrupción que nos escandalizó día a día, al punto de establecer una asociación para delinquir en la propia Torre Ejecutiva; o el reparto de puestos en Salto Grande y las mentiras a la justicia y hasta al mismo parlamento para encubrir esa corrupción.
Paremos aquí porque la lista es larga, sucia y hedionda.
Para el General nostálgico Guido Manini Ríos, líder de Cabildo Abierto, que marcha hacia la disolución, las causas de la derrota hay que buscarlas en la educación pública – primaria, secundaria y universitaria – que son, según él, centros de adoctrinamiento izquierdista.
Ninguno de sus socios de coalición ha salido a comentar el exabrupto.
Llamativo silencio. El que calla, otorga.
Tiempos buenos y felices fueron aquellos de la dictadura que arrasó con la enseñanza pública destituyendo miles y miles de maestros y maestras en todos los estamentos educativos, que suprimió el pensamiento crítico y el arte, que pretendió ahogar a la cultura.
Evidentemente, el General y sus partidarios no se dan cuenta de que están profundizando su propia tumba.
Así les va.
Varela, Jesualdo, Julio Castro, Reina Reyes y miles de docentes dedicaron sus esfuerzos y sus vidas en sostener una educación universal, laica y gratuita.
Olvida el General la enorme contribución de la Universidad de la República y la de nuestros científicos en la emergencia sanitaria que tanto dolor y sufrimiento les costó a todos los uruguayos.
Esta declaración aclara los motivos por los cuales el gobierno que se va congeló el presupuesto de la Universidad, recortó drásticamente los de primaria y secundaria e impuso una supuesta reforma educativa a espaldas de los sujetos de la educación, de los estudiantes y los docentes.
Para completar el muestreo regresivo de la semana que pasó, Martín Lema, Diputado electo y figura importante del Partido Nacional, ex ministro de Desarrollo Social pone como ejemplo de mala administración y despilfarro de la Intendencia de Montevideo la inversión que ésta hace en cultura.
Lema se da cuenta de la metida de pata y aclara que no tiene nada contra la cultura. ¡Pero critica que se la dote de fondos! ¡No queremos imaginarnos su actitud si tuviera algo contra la cultura!
Y este personaje pretende ser intendente de nuestra ciudad. Vayan apagando nomás las luces de los escenarios si Lema llega a ese cargo.
No olvidemos el bochornoso episodio de quien, siendo Presidente de la Cámara de Diputados, cortó el micrófono a una diputada que desarrollaba una intervención contra el machismo.
Al eminente señor no le gustó el tenor del discurso y silenció dictatorialmente a la representante, nada menos que en lo que debería ser el centro de la democracia y la libertad.
Consecuente con su ideología – palabrita que le saca el sueño a la derecha – ahora denosta a la Intendencia de Montevideo porque invierte en cultura.
Dos ejemplos coincidentes y complementarios. Ya sabemos a qué atenernos los trabajadores de la cultura.

(*) Actor, director y docente teatral / Columnista cultural del programa “Cultura en Casa” los miércoles por Radio Fénix.

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