La masacre de “La desbandá”, es recordada en España como “uno de los peores crímenes de guerra cometidos por el ejército franquista” y durante años fue celosamente ocultada por el franquismo.
Llamada como “La desbandá” el hecho hace referencia al momento en que malagueños y malagueñas huían por la carretera de Almería, del accionar sangriento de las tropas de Queipo de Llano.
Algunos documentos históricos señalan que cerca de 300.000 personas huyeron por la carretera de Málaga-Almeria que desde ese entonces se le llamó “la carretera de la muerte”.
Estas indagaciones históricas señalan que, de acuerdo a testimonios, “de los que salieron de Málaga llegaron al tramo entre Adra y Almería unos 200.000 (…) muchos otros se dieron la vuelta y regresaron, hambrientos, exhaustos o heridos, y muchos murieron”, destaca el diario español El diario. es.
La cifra de 300.000 personas desplazadas ha sido reconocida, añade el portal de noticias, por “los propios militares republicanos”, según el coronel José Villalba “huyeron unas 300.000 personas”.
Tampoco hay certeza de cuántas de esas personas murieron, las pérdidas de vidas humanas se estiman entre 5.000 y las 10.000 víctimas mortales y relatos de la época señalan que muchos cuerpos fueron arrojados al mar, y otros siguen en las cunetas esperando que alguien los desentierre”.
Fueron cinco días del mes de febrero, antes que la “Málaga roja” cayera en manos fascistas casi sin oponer resistencia., lo que no impidió que en su huida la población fuera literalmente fusilada y bombardeada por aire y mar.
Al silencio histórico del franquismo sobre aquellos hechos, se le suma hoy lo que puede llamarse sin ambages, el retorno simbólico del franquismo, algo que, en España, particularmente en Madrid, viene ocurriendo de la mano de los cambios en la nomenclatura de sus calles.
De acuerdo al portal de noticias español, “el Ayuntamiento de Madrid continúa recuperando la nomenclatura franquista del callejero madrileño”.
Luego de los casos vinculados, recuerda el medio de prensa, “al fundador de la legión y propagandista del golpe de estado, José Millán-Astray, que recuperó honores en verano, se le ha sumado hoy el de los falangistas hermanos García-Noblejas y, más señaladamente, el del crucero Baleares, tristemente conocido por bombardear a los civiles que huían por carretera de Málaga a Almería en 1937 en plena ofensiva fascista, un suceso conocido como la ‘desbandá’”.
Para argumentar sus decisiones en los cambios de la nomenclatura de las calles, el ayuntamiento madrileño echa mano a supuestas obligaciones fruto de sentencias judiciales, se trata argumentan, de “resoluciones de la jurisdicción contencioso-administrativa que mandan revertir los cambios del callejero porque, dicen, el informe de la comisión de expertos que propuso las modificaciones no explicó bien el carácter de exaltación golpista y franquista en los términos que exige la Ley de Memoria Histórica”.
Curiosamente, agrega el medio de prensa, “en el caso del crucero Baleares, el informe en cuestión no mencionaba la ‘desbandá’”, ello sin contar se explica en la sentencia, que no es posible descartar que el nombre dado a la calle se le hubiese “puesto para homenajear a los fallecidos en su hundimiento (sucedido también durante la guerra) o, incluso, a las características técnicas del buque”.
Hay muchas formas de silenciar la historia y otras tantas de reverenciar los horrores del franquismo que, a fin de cuentas, son los horrores de un fascismo que retorna, vía simbolismos, a recorrer e intentar sembrar de olvidos las memorias.
Este es apenas, uno de esos casos.
Rolando Arbesún