Hacia la pública felicidad

El domingo 24 de noviembre a las 20.30 horas la felicidad se hizo pública. Una explosión de alegría sacudió las plazas y las calles de todo el país. Cientos de miles lloraron, gritaron, se abrazaron, bailaron, vino la lluvia y a nadie le importó. 

Desde el Cerro a Bella Unión, desde Piedras Blancas a Melo, desde Plaza Lafone a Paysandú, desde Punta Rieles a Salto, dese Las Piedras a Ciudad del Plata, desde Salinas a Mercedes, desde Pando a Carlos Reyles, desde Durazno a La Paloma, en cada rinconcito de Uruguay la alegría se hizo pública.

Y sobraban razones. La militancia frenteamplista y popular logró el domingo 24 de noviembre una nueva hazaña democrática. Y los cientos de miles que salieron a festejar y a mostrar su alegría festejaban su triunfo.

Es importante dimensionar lo que se consiguió. Yamandú Orsi y Carolina Cosse le sacaron casi 100 mil votos de diferencia a Álvaro Delgado y Valeria Ripoll. La votación va a superar la que obtuvieron en 2009 José Mujica y Danilo Astori.

El Frente Amplio (FA) ganó en cinco departamentos, Montevideo, Canelones, Salto, Paysandú y San José, superando a toda la coalición de derecha sumada, es un hecho de enorme relevancia política. Además, en Río Negro y Soriano logró más del 45% de los votos. En 8 departamentos más superó el 40% de los votos.

El FA creció en los 19 departamentos del país, tanto con respecto a octubre, como en comparación con el balotaje de 2019. Hay que mirar con detenimiento la votación y valorar todas las dimensiones de esta. Hubo departamentos donde el crecimiento fue enorme, Rivera, Artigas, Cerro Largo son ejemplo de ello, pero fue importante en todos. Pero aún en los departamentos donde el crecimiento, porcentualmente, no fue tan grande, el aporte en votos para la victoria si lo fue, como en el caso de Maldonado que consiguió más de 50 mil votos para el FA. 

Fue muy importante el crecimiento en el interior del país, fundamental, pero no fue menos relevante la votación lograda en Montevideo y Canelones, los dos departamentos donde el FA superó el 50%. En Montevideo el FA sacó una diferencia de 140 mil votos y en Canelones de 40 mil con respecto a la coalición de derecha.

A cuenta de análisis más a fondo con los números definitivos, al cierre de este editorial aún no había terminado el conteo de los votos observados, hay que destacar que la mayor votación del FA se dio entre los jóvenes y en los barrios populares de Montevideo y el interior del país.

De igual importancia que calibrar la dimensión de la victoria alcanzada es señalar las razones de la misma.

Esta victoria del domingo 24 de noviembre tiene raíces profundas en la historia, no se explica solo por el último mes. En la mirada larga hay que decir que está presente el contenido popular de la revolución artiguista. Las décadas de luchas obreras y populares y todo el proceso de construcción de la unidad política y social del pueblo.

Está que, hace exactamente 53 años, el FA se presentaba por primera vez a una elección nacional y obtenía el 21% de los votos. Que hace 40 años se presentaba, luego de 11 años de fascismo, persecución, exilio, cárcel, muerte y desapariciones a la primera elección luego de la dictadura, reafirmaba su existencia y crecía en respaldo popular. 

Están las luchas contra el neoliberalismo y la defensa de las empresas públicas. Las luchas contra la impunidad. Está la solidaridad para enfrentar el hambre y la miseria en el 2002. Están, por supuesto, la conquista de más igualdad, la disminución de la pobreza y los derechos para las grandes mayorías nacionales de los tres gobiernos nacionales del FA y de sus gobiernos departamentales y municipales.

Y con una mirada más reciente, también es necesario ver y asumir el proceso político y social que hizo posible la victoria del domingo.

El FA empezó a cimentar esta victoria cuando hace cinco años, con la campaña del Voto a Voto en noviembre, la militancia frenteamplista se puso al hombro la campaña y casi logra una victoria en el balotaje. Con el proceso de autocrítica en el Congreso. Con la decisión política de elegir el camino de la lucha y de la unidad con el movimiento popular para enfrentar la LUC, la recolección de 800 mil firmas y la gran votación en el referéndum. La recorrida y el diálogo en todo el país, en más de 1.000 reuniones, con el FA te escucha. La planificación y el trabajo diario para fortalecer la presencia del FA en todo el país, con casi 500 Comité de Base en todo el país. Una gran votación en la elección interna del FA rompiendo la tendencia decreciente de los últimos años. La construcción colectiva de un Programa de Gobierno que da respuestas a los grandes problemas de nuestro país y nuestro pueblo. 

Pesaron también la gran votación lograda por el FA en las internas de junio con más de 400 mil votos y lo logrado en octubre, primera fuerza política por sexta elección consecutiva, ganando en 12 departamentos y logrando la mayoría propia en el Senado y 48 diputados y diputadas.

Desde nuestra perspectiva también aportó, aún con las diferencias públicas que se generaron, la decisión de enfrentar a la retrógrada reforma jubilatoria del gobierno de derecha, la recolección de firmas, el debate público sobre la seguridad social y la votación del SI en octubre.

Por supuesto que jugó un gran papel la fórmula presidencial, acordada además con un gran consenso interno, Yamandú y Carolina hicieron un gran aporte. Y los pronunciamientos y adhesiones de dirigentes blancos y colorados en todo el país a favor de la candidatura de Yamandú.

En cada uno de esos aspectos hubo un protagonista fundamental: la militancia frenteamplista y popular organizada.

Esta victoria es de las y los miles de militantes frenteamplistas que en todo el país entregaron banderas, pintaron carteles, colocaron mesitas y salieron a recorrer cada calle del país para hablar y convencer a miles.

La épica de esta campaña la protagonizaron ellas y ellos. En los Comité de Base, en las ferias, en las plazas, en cada esquina, en los puerta a puerta. Hubo más de 300 barriadas en noviembre hacia el balotaje. Salieron miles a hablar con miles y eso definió la elección.

Fue esa fuerza popular organizada y militante la que transformó la realidad. 

Las elecciones son un momento de síntesis política e ideológica de toda la sociedad. Hemos logrado que esa síntesis política e ideológica fuera mayoritariamente a favor de una perspectiva popular. 

El bloque histórico, político y social, democrático y radical de los cambios le arrebató al bloque político y social que expresa a las clases dominantes un espacio de poder, el gobierno nacional, la administración del Estado. Nada más y nada menos.

Y eso fue posible por el compromiso, la convicción y la militancia de cientos de miles de hombres y mujeres, de muchachas y muchachos en todo el país. La militancia frenteamplista fue el protagonista central de la victoria popular.

Ahora se trata de construir el tamaño de pueblo organizado y los vínculos políticos con las grandes mayorías nacionales para que este nuevo gobierno frenteamplista sea un avance en ese proceso histórico que señalábamos.

Hay que construir los caminos políticos, organizativos, de gobierno, de movilización, para hacer realidad la pública felicidad.

Esa construcción será un enorme desafío. Pero hoy, ahora y aquí, hay que atesorar la alegría, la emoción. Hay que festejar. Salimos con la esperanza como bandera y logramos que la mayoría de nuestro pueblo la hiciera suya. 

Esa felicidad colectiva y de miles es una hermosura. Tabaré nos pidió: No se rindan. El pueblo frenteamplista y la mayoría del pueblo uruguayo no se rindieron.

Con las esperanzas de cientos de miles, con el Programa del FA, con la pública felicidad como objetivo, con todo eso: Sabremos Cumplir.

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