El salario, en estos días, se ha colocado en el centro del debate nacional, era hora que así fuera. Por supuesto que tiene que ver con esto la presentación de las pautas del Gobierno para la próxima Ronda de Consejos de Salario. Pero la discusión sobre la importancia del salario es mucho más que la opinión que merezcan las pautas salariales del Gobierno; se trata de uno de los factores más importantes de la economía nacional, con enormes implicaciones ideológicas, políticas y sociales.
El salario es un factor económico de enorme relevancia. Hace al funcionamiento mismo de la economía real, a la disputa distributiva y, por lo tanto, a la justicia social, a la polémica ideológica.
Una cifra cercana al 80% de las y los uruguayos viven de un salario, dependen de un ingreso fijo. Por lo tanto, lo que pase o no pase con el salario afecta directamente a la inmensa mayoría de nuestro pueblo.
El impacto del salario es muy rápido y directo en la mejora de las condiciones de vida de las personas y también en el nivel de igualdad y justicia social de toda la sociedad.
Hemos dicho, y queremos reiterarlo hoy, que las principales políticas sociales de los tres primeros gobiernos nacionales del Frente Amplio (FA), las que redujeron la pobreza y mejoraron la distribución del ingreso, fueron el trabajo y el salario.
Hablamos de que la creación de fuentes de trabajo, la formalización del mismo, el avance en el reconocimiento de derechos de sectores históricamente postergados, como las trabajadoras domésticas y las y los trabajadores rurales; enlazados con retomar, ampliar y fortalecer la negociación colectiva y políticas salariales de recuperación y crecimiento del salario real, fueron factores decisivos para la reducción de la pobreza y para el avance en igualdad.
Durante los tres primeros gobiernos nacionales del FA, las políticas aplicadas y la lucha del PIT-CNT, los sindicatos y las y los trabajadores, lograron avances históricos en derechos y en recuperación salarial.
Este acumulado político es reivindicado por el Programa de Gobierno del FA, por los ejes planteados por Yamandú Orsi y Carolina Cosse durante la campaña electoral y también por las 63 prioridades planteadas después de asumir la conducción del Poder Ejecutivo.
Todo ello es así, pero se reafirma mucho más cuando venimos de cinco años de gobierno de derecha que usó el salario como variable de ajuste para que el costo de la crisis la pagaran los trabajadores y después para que las mieles de la recuperación las saborearan un reducido grupo de empresarios.
En el quinquenio anterior en tres rondas de Consejos de Salario las pautas del gobierno de derecha fueron de rebaja salarial. Las y los trabajadores perdieron salario durante 36 meses y el gobierno de derecha quería que lo perdieran durante 40. No fue así porque la lucha del movimiento sindical lo impidió y rompió el techo de las pautas del gobierno de derecha.
Pero las políticas de la derecha en el gobierno, en particular la salarial, tuvieron como consecuencia que las y los trabajadores transfirieran en estos años 4.500 millones de dólares al capital, según estudios del Instituto de Economía de la Facultad de Economía de la UDELAR.
Este jueves, el gobierno, a través del ministro de Trabajo y Seguridad Social, Juan Castillo, y el subsecretario de Economía y Finanzas, Martín Vallcorba, presentó en el Consejo Superior Tripartito, las pautas que propone para la 11ª ronda de Consejos de Salario.
Esta 11ª ronda supondrá la convocatoria de 185 mesas de negociación que definirán el salario y las condiciones de trabajo de 745 mil trabajadoras y trabajadores del sector privado.
En cuanto a la fórmula presentada, lo sustancial es que se proponen convenios de 2 años de duración, que tendrán ajustes semestrales y correctivos anuales, si fueran necesarios; que habrá ajustes diferenciados en tres franjas, determinadas por niveles salariales y que se estima que la recuperación del salario será general, pero será mayor en los salarios más bajos.
La propuesta del gobierno incluye tres franjas que tendrán ajustes diferenciales de acuerdo al nivel salarial nominal: la primera va hasta 38.950 pesos, la integran un 30% de las y los trabajadores; la segunda va de 38.951 a 165.228 pesos y la integran el 64% de las y los trabajadores y la tercera es para quienes cobren desde 165.229 pesos en adelante.
Para la primera franja habrá un ajuste de 7% nominal el primer año y 6.4% el segundo; para la segunda, el primer año tendrá un ajuste 5.9% y 5.2% el segundo; la tercera recibirá 4.6% el primer año y 4.5% el segundo.
La propuesta fue recibida por el PIT-CNT y la Confederación de Gremiales Empresariales.
La central obrera destacó la necesidad de ubicar el punto del que parten la mayoría de las y los trabajadores. Indicó que de las 700 mil trabajadoras y trabajadores que negociarán su salario en esta ronda, 500 mil tienen el mismo poder adquisitivo que en 2019.
El PIT-CNT indicó que comparte que se dé prioridad a los salarios más sumergidos, pero resaltó que el golpe a los salarios en el período pasado fue mucho más allá y llegó a sectores muy amplios de trabajadoras y trabajadores.
Las Cámaras Empresariales plantearon “dudas”, en particular, el por qué la primera franja no se queda en los 25 mil pesos y llega más allá.
Como queda claro, ya en los primeros intercambios, los intereses y como se expresan son exactamente inversos, mientras el PIT-CNT reclama que se dé respuesta a la situación de deterioro salarial de cientos de miles de trabajadores; las cámaras empresariales se preocupan porque los ajustes más favorecedores se extienden más allá de los 25 mil pesos.
El ministro Castillo destacó que está 11ª Ronda de Consejo de Salarios se convocará cuando conmemoramos 40 años de la recuperación de la democracia (una de las medidas que adoptó el gobierno democrático fue convocar nuevamente a los Consejos de Salarios) y 20 años ininterrumpidos de negociación colectiva.
Es de ese calado político, social, institucional, democrático, la negociación que comienza.
Es cierto que en los Consejos de Salario y en los convenios colectivos no se discute solamente salario, se discuten condiciones de trabajo, de formación profesional, de salud y seguridad en el trabajo y un largo y muy trascendente etcétera.
Habrá que darles espacio a esos temas, fundamentales también para la vida de las y los trabajadores.
Dicho esto, con toda convicción, además, volvemos a insistir: el salario es un tema central, definitorio, para cientos de miles de uruguayas y uruguayos, para la economía y para un gobierno y un proyecto político de izquierda.
Esto recién comienza, el gobierno presentó y fundamentó su propuesta, el movimiento sindical y las cámaras empresariales plantearán su visión y comenzará la negociación. Y habrá contradicciones y habrá movilización, que es parte de la negociación y no una cosa ajena a ella.
Habrá que seguir con muchísima atención y dedicación este espacio central de construcción democrática y de disputa distributiva.
El salario y su recuperación, en tanto factor fundamental para la construcción de igualdad, es uno de los nudos centrales que debemos desatar, todo el movimiento popular construyendo una síntesis superadora.
Hace a la igualdad, a la justicia social y, por su importancia, impacto y dimensión, hace al rumbo general del proceso.