Debido a lo que calificó como “expresiones agravantes y violentas” contra los periodistas Jorge Fernández Díaz, Carlos Pagni y Alfredo Leuco, el Foro de Periodistas de Argentina (Fopea) condenó al presidente Javier Milei.
Según la agencia MercoPress, el mandatario argentino acusó a los periodistas de “envenenar personas, mentir y causar perjuicio económico”.
De acuerdo a Fopea, la postura del presidente socava “el diálogo democrático”, al tiempo que fomenta “la violencia simbólica y física contra periodistas”, por lo que lo “instó a actuar con moderación y respetar la libertad de prensa”.
“Fopea deplora las expresiones agravantes y violentas del presidente Javier Milei hacia los periodistas, en el marco de una extensa entrevista transmitida este lunes, y expresa su preocupación por la reiteración de un discurso hostil que estigmatiza a quienes ejercen el periodismo en Argentina”, expresó la entidad en su comunicado.
De acuerdo a la organización, Milei “utilizó descalificaciones y acusaciones personales contra colegas como Jorge Fernández Díaz, Carlos Pagni y Alfredo Leuco, a quienes acusó de ‘envenenar personas’, ‘mentir’ y ‘operar’ para generar daños económicos, en una escalada verbal incompatible con el cargo que representa”.
“El presidente”, agrega el texto, “llegó a decir que se pondría los guantes de boxeo para conversar con los periodistas que mencionó y les advirtió que debían tener paciencia si respondía. ”¿Quieren golpearme?, los desafió Milei”.
Para Fopea, ”este tipo de expresiones, emitidas por la máxima autoridad institucional del país, trascienden el ámbito de la crítica legítima y se convierten en un mensaje de confrontación, intolerancia y violencia con consecuencias reales“ y advirtió que ”promover un clima de hostilidad hacia el periodismo no solo deteriora el debate democrático, sino que también propicia escenarios de violencia simbólica y física, como los que sufrieron colegas de diferentes líneas editoriales durante la reciente cobertura pública”.
“El rol presidencial”, subraya el comunicado, “no permite el agravio; al contrario, exige templanza. La constante deslegitimación del periodismo por parte de quienes ostentan el poder no contribuye a resolver los problemas del país: nos encona y nos aleja del ejercicio esencial del diálogo democrático”.