Paraguay puso fin a la cooperación con la Administración Antidrogas de Estados Unidos (DEA)

Bajo el argumento de la necesidad de optimizar los recursos y fortalecer las áreas operativas, la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) de Paraguay terminó sus relaciones con la Administración Antidrogas de Estados Unidos (DEA).

El rompimiento entre ambos organismos fue informado a la DEA mediante una nota enviada por el ministro Jalil Rachid el pasado 6 de diciembre.

“La decisión institucional de dar de baja el programa responde a la necesidad de optimizar la redistribución del personal operativo y fortalecer otras áreas operativas”, argumenta el documento paraguayo.

La decisión de Asunción, según la agencia MercoSur, causó extrañeza y de acuerdo a la agencia de noticias, no hubo manifestación alguna por parte del jefe de la Policía Nacional, Carlos Benítez, que supuestamente no estaba al tanto del plan emprendido por el gobierno del presidente Santiago Peña.

Tras divulgarse la noticia el ex mandatario Mario Abdo Benítez, “expresó sus dudas sobre los verdaderos motivos” para el rompimiento del entendimiento con la DEA.

Abdo fue un entusiasta del trabajo conjunto emprendido por ambos organismos a partir de 2008 que, de acuerdo al medio de prensa, “no sólo permitieron realizar operaciones conjuntas de inteligencia, sino que también garantizaron un apoyo técnico y financiero esencial para enfrentar a las estructuras criminales transnacionales”.

Al referirse a ello Abdo resaltó que “la delincuencia organizada trasciende las fronteras”, por lo que “la cooperación internacional es clave para combatirla”. En su valoración, todo el trabajo conjunto ya realizado corre “el riesgo de diluirse con el traspaso de la SIU a la Policía Nacional, una institución históricamente permeada por la corrupción”.

De acuerdo al expresidente la suspensión de “la cooperación con la DEA podría afectar negativamente a la percepción internacional de Paraguay como socio estratégico fiable y abrir la puerta a sanciones económicas o restricciones políticas que afecten tanto al país como a sus dirigentes”.

Insistió, además, en que “la transferencia de la SIU a la Policía Nacional plantea interrogantes sobre la capacidad de la institución para manejar investigaciones sensibles sin interferencias internas o conflictos de intereses”.

“Los resultados se verán con el tiempo”, consideró Abdo.

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