Por María José Pedraja
La reunión se realizó en base a tres ejes de discusión.“El primero tiene que ver, más que nada, con la cuestión de la logística, las necesidades de las ollas y el intercambio de experiencias acerca de cómo poder sostenerlas”, contó a EL POPULAR, Paola Beltrán.
“El segundo eje se relaciona a la coyuntura política, el análisis de la situación económica y social. Y el tercer eje con el relacionamiento con el resto del movimiento popular, y así darnos una forma organizativa que nos incluya y nos incorpore a todos y a todas”, explicó Beltrán.
En este marco se definió una coordinadora de ollas populares. «En este primer encuentro, nos encontramos muchos por primera vez, viéndonos las caras y es muy difícil encontrar una síntesis rápida” agregó.
“De todas maneras, lo que si definimos es una Coordinadora de Redes de Ollas Populares, con la intensión de poder potenciar la fuerza. Así de esta forma entre todas las ollas, redes y coordinadoras, tratar de que no se caiga ninguna olla», afirmó.
La idea es “poder conseguir donaciones más grandes,intercambiar entre nosotros insumos, leña, verdura, etc».
La desigualdad recae como siempre sobre los más vulnerables
“En el análisis general de la situación lo que llegamos en la primera síntesis es el asumir que vivimos en una sociedad desigual, y que esa desigualdad se agudiza y se hace más visible con la pandemia. Por el camino han quedado un montón de trabajadores y trabajadoras que estaban en una situación precaria, en particular los trabajadores y trabajadoras que viven de la changa: los feriantes, los puesteros ambulantes, que están en la informalidad. Esos son los que sintieron más los resultados de la cuarentena y la baja de la actividad”.
«Luego está la situación de una cantidad importante de trabajadores y trabajadoras tercerizados, que ante una alternancia en el gobierno, a través de decisiones políticas muchos se quedaron sin trabajo y en el seguro de desempleo. Hay cosas que responden a la pandemia, pero otras son decisiones políticas», acotó.
Beltrán resaltó como muy preocupante la impotencia de las y los vecinos que atienden las ollas en tener que cerrarlas por falta de insumos. “Es muy injusto que muchos vecinos y vecinas sientan una angustia muy grande por tener que cerrar la olla, sentir que es su responsabilidad que la gente que estaba yendo se quede sin ese plato de comida” reflexionó.
“Ese sentido de responsabilidad no puede recaer en los que están en un acto solidario. Los vecinos reaccionaron ante una situación que explotó en el barrio, pero la responsabilidad es del Estado y tiene que asumirla», resaltó enfáticamente.
«Hubo un pico de ollas sobre todo al inicio de la cuarentena que fue bajando, pero de todas maneras se mantienen muchas abiertas, más de 100», apuntó.
La organización recibe donaciones al teléfono 099555428, solo mensajes no llamadas.