Rony Corbo
Al cumplirse un año de que el régimen genocida de Benjamín Netanyahu invadiera Gaza, la Organización de Naciones Unidas (ONU) estimó que la población de la franja de Gaza enfrenta las peores restricciones jamás vistas, desde el surgimiento de la ONU.
En este tiempo, la guerra contra los habitantes de Gaza ha causado unos 42.000 muertos, incluidos casi 17.000 niños y más de 11.000 mujeres, según los datos del Gobierno gazatí. Además, cerca de 100.000 personas han sufrido heridas, algunas de ellas graves y que les marcarán para toda la vida, como las amputaciones. La falta de una asistencia médica adecuada ha empeorado la situación de muchos heridos y ha impedido que otros pudieran salvar su vida.
Casi una cuarta parte de los heridos, unos 22.500, tienen lesiones que no están siendo atendidas con necesidades de rehabilitación. Las lesiones graves en las extremidades son el principal conductor para la rehabilitación. Según el OPS, cada día 10 niños pierden una o ambas piernas, con operaciones y amputaciones realizadas con poca o ninguna anestesia debido a la carencia de insumos médicos.
Según la Oficina de Medios de Comunicación de Gaza, 34 hospitales y 80 centros de salud han quedado fuera de servicio, 162 instituciones de salud fueron incautadas por las fuerzas israelíes y al menos 131 ambulancias resultaron afectadas y se dañaron.
El continuo bombardeo de Gaza ha matado al menos a 986 trabajadores de la salud, entre ellos 165 médicos, 260 enfermeras, 184 técnicos, 76 farmacéuticos y 300 del personal directivo y de apoyo, muchos de la propia ONU.
Se estima que unas 75.000 toneladas de explosivos han sido lanzadas sobre Gaza y los expertos predicen que podría tardarse años en limpiar los escombros que ascienden a más de 42 millones de toneladas, que también están plagados de bombas sin detonar.
Desde el 1 de octubre no han entrado alimentos, agua ni medicinas en el norte de Gaza, ya que las fuerzas israelíes han llevado a cabo una campaña de intensos ataques aéreos y las fuerzas terrestres han invadido y cercado gran parte de la zona, con el objetivo de anexionar el territorio a Israel.
El Líbano bajo bombardeo y militarización
Israel invadió el sur del Líbano el 1 de octubre, con el argumento de una operación terrestre contra Hezbolá y continúa sus ataques aéreos, que han dejado hasta la fecha más de 2.300 muertos.
La Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) denunció que las órdenes de evacuación forzosa emitidas por Israel afectan ya a una cuarta parte de la población del Líbano, donde más de un millón de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares por la escalada de ataques, con efectos devastadores para la población civil. Empujados por las órdenes (de evacuación), muchas familias huyen a zonas abiertas, desesperadas por escapar de las bombas, mientras luchan para encontrar refugio, lamentó la directora del ACNUR para Medio Oriente y el norte de África, Rema Jamous Imseis.
El lunes, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) ordenaron a la población de una veintena de localidades del sur del Líbano que se fueran, y ya comenzaron la ocupación.
El primer ministro israelí, Benjamín Ahuyenta, aseguró el lunes que Israel continuará «atacando sin piedad a Hezbolá», incluso en Beirut, según expresó en un video publicado por su oficina.
«Quiero ser claro: continuaremos atacando sin piedad a Hezbolá en todas las partes del Líbano, incluida Beirut», dijo Netanyahu durante una visita a la base militar de Benyamina, donde murieron cuatro soldados israelíes en un ataque con drones que Hezbolá reivindicó como propio.
El indiscriminado ataque sionista a Palestina, Yemen, Irán y el Líbano, sólo muestra que el objetivo de Israel es desatar una guerra en Medio Oriente, con la ayuda del imperialismo estadounidense, de las potencias europeas y de la OTAN. El empuje de Israel hacia una gran guerra en Medio Oriente se acelera ante las próximas elecciones en los Estados Unidos -y no es que el Imperio deje de ser Imperio con uno u otro candidato. Por un lado, Donald Trump “aconsejó” que se bombardearan las instalaciones nucleares de Irán, y, por su parte, Kamala Harris dice que Irán es hoy el mayor enemigo de Estados Unidos
El genocidio contra Palestina lleva más de siete décadas, así como la ocupación y despojo ilegal de territorio. Ahora se extiende a todo Medio Oriente.
En Israel la extrema derecha en el gobierno festeja. Ejemplo de ello son las declaraciones de Amihay Eliyahu, ministro de Patrimonio y líder del partido supremacista Poder Judío, escribió en la red social X: «Buena manera de limpiar el mundo de esta basura. Terminados los acuerdos imaginarios de “paz”, de rendición, ninguna piedad para estos mortales»
Los halcones ultraderechistas judíos Bezalel Smotrich e Itamar Ben-Gvir, con sus respectivos partidos ultranacionalistas y ultrarreligiosos son los que dan la mayoría a Netanyahu, y lo impulsan a profundizar el conflicto en Gaza y, por extensión, el del sur del Líbano y buscando el gran objetivo que es Irán.