«Un día te dicen que no servís para más nada»

Según el Instituto Nacional de la Leche (INALE), Uruguay es el noveno exportador de leche a nivel mundial y aquí se produce leche para alimentar anualmente a más de 20 millones de personas.

«De un día para el otro te quedás sin nada porque alguien decidió echarte, porque alguien dice que sos descartable, que no importa tu familia, ni tu esfuerzo de años en la empresa, ni nada. Listo. Afuera. No servís más».

El presidente de la Unión de Obreros y Empleados de COLEME (UOEC), Pablo Jorge, es uno de los trabajadores despedidos en una movida empresarial antisindical que sacudió la tranquilidad característica de Melo. La decisión unilateral impactó en la comunidad y casi de inmediato se encendieron las luces de alerta por algunas declaraciones patronales que advertían sobre posibles nuevos despidos y envíos al seguro de paro.

Desde la UOEC se concretó una inmediata respuesta solidaria para respaldar y acompañar a los trabajadores damnificados y la Federación de Trabajadores de la Industria Láctea (FTIL) también activó los mecanismos de denuncia ante las autoridades nacionales del Ministerio de Trabajo, como así también a nivel parlamentario.

Si bien el gobierno actual ha brindado un tímido respaldo de palabra a los trabajadores despedidos, lo concreto es que las acciones oficiales no han modificado el escenario actual. Por otra parte, la FTIL y la UOEC, como parte de un plan de acción y movilización desplegaron medidas de lucha que incluyen la instalación de una carpa en Melo, distintas acciones en Cerro Largo y Montevideo y la instalación de una segunda carpa en la capital del país, frente a la Torre Ejecutiva, a mediados de febrero.

Este lunes 20, el designado ministro de Trabajo, Juan Castillo, participó con parte de su equipo de gestión de un encuentro nacional de la FTIL, donde recibió información de primera mano sobre la situación de conflicto en el sector, y pudo escuchar las denuncias sobre los despidos antisindicales, la persecución y los incumplimientos que han provocado conflictos con sus trabajadores.

El presidente de la UOEC participó de dicho plenario, y fue uno de los trabajadores que agradeció al ministro su presencia en la sede sindical para interiorizarse de la realidad del sector.

Pablo Jorge viajó en ómnibus desde Melo a Tres Cruces, trajo consigo una botella de agua mineral, una cebadura de yerba y un refuerzo para aguantar el tirón del traslado. «Los pesos del sindicato están flacos, estamos funcionando al día porque el conflicto se alarga y los pocos pesos que tenemos los destinamos a la olla para que ningún compañero se quede sin comer».

Pablo fue despedido, pero sigue siendo, sigue pensando y actuando, como el presidente del sindicato. Así lo definió el colectivo. «Es muy emocionante ver de qué manera los compañeros que aún mantienen su trabajo en la empresa vienen a la carpa a acompañarnos, a dar una mano, porque esto es entre todos, acá la salida nunca es el sálvese quien pueda sino juntos y entre todos».

Los trabajadores despedidos resisten como pueden y mientras tanto, tratan de hacer alguna changa para llevar un peso a sus familias. Porque decidieron no cobrar el despido y el seguro de paro que perciben no da para pagar las cuentas.

Pablo Jorge cocina viandas con su hijo. «Unos días hacemos pastel de carne, otros canelones, guiso, tallarines con tuco, milanesas, y la vianda del día la vendemos a 150 pesos. Algo es algo».

Otros trabajadores despedidos de COLEME salen a montear, hacen changas de albañilería, «y cada uno se la rebusca como puede».

Pablo Jorge es padre de dos hijos -Lucas y Cinthia Daniela- y abuelo de Santino.

«Yo trato de no contaminar a la familia con lo que nos está pasando, que ellos no sufran, que no sepan lo que vivimos pero es bravo, porque acá es chico, lo ven, nos ven, saben todo lo que estamos viviendo». Acaso todo el esfuerzo por «blindar» los problemas cotidianos está enfocado en que Santino, como en las nanas de la cebolla del poeta Miguel Hernández, no sepa lo que pasa ni lo que ocurre.

La lucha de los trabajadores de COLEME, como la de los trabajadores de CALCAR, de Alimentos Fray Bentos, Lactalis Parmalat, y así en cada lugar donde hay un conflicto, implica a mucha más gente que la que dicen los números oficiales.

Las carpas de la resistencia y las movilizaciones que se realizarán en los próximos días tienen como objetivo que la población esté informada de la realidad que le toca vivir a los trabajadores de la industria láctea.

En tanto la FTIL no descarta nuevas medidas y mantiene «la más amplia disposición a construir soluciones» en los ámbitos correspondientes.

Fuente: PIT-CNT

Compartí este artículo
Temas