Uruguay más desigual: 95% de los hogares tiene menos ingresos

Según una investigación publicada por la Facultad de Economía de la UDELAR: 19 de cada 20 hogares uruguayos perdieron ingresos con respecto a 2019.

Este lunes se hizo público en el Portal del Departamento de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración de la UDELAR el trabajo “Una recuperación desigual: masa salarial y distribución del ingreso después de la crisis”, de las y los economistas, docentes e investigadores Mauricio De Rosa, Guillermo Sánchez, Andrea Vigorito y Joan Vilá.

Las conclusiones de la investigación son impactantes. El 95% de los hogares uruguayos percibe ingresos menores que en 2019, solo el 5% tiene ingresos mayores. Cayeron el peso en el PBI, tanto de la Masa Salarial, como de la Masa de Remuneraciones Laborales (MRL): entre 2019 y 2023 la reducción total de la MRL fue de aproximadamente 7.440 millones de dólares, lo que equivale al 13.6% del PIB de 2019.

“Esto remarca los claros efectos regresivos de la crisis, que implican generalmente una transferencia de ingresos desde los ingresos salariales a quienes perciben rentas del capital”, indican en la publicación.

El impacto desigual de la crisis

La investigación señala que “si bien desde fines de 2021 el PIB de Uruguay superó los niveles previos a la crisis originada por la pandemia de COVID-19, la información disponible indica que esta evolución no se tradujo en mejoras distributivas. Esta situación contrasta con la tendencia regional, pues solo en otros tres países los niveles de desigualdad no retornaron a los valores previos. Así, entre 2019 y 2023, el coeficiente de Gini de concentración de los ingresos de los hogares pasó de 0.382 a 0.390. Aunque parezca un movimiento pequeño, este aumento es relevante dado que es un indicador ”difícil de mover”.

Según aclaran los autores de la investigación “el coeficiente de Gini indica la distancia entre la distribución del ingreso observada y una equidistribución en la cual todos los hogares (o personas) recibirían un ingreso similar. El índice vale 0 cuando todos los ingresos son iguales y 1 en el caso en que un hogar (persona) concentre todo el ingreso”.

“La trayectoria de la desigualdad sugiere que tanto el deterioro de las condiciones de vida durante la crisis como la recuperación posterior no afectaron de manera similar a los distintos estratos de ingreso”, indican. La medición la realizan por “ventiles de población” que son “grupos de 5% de población, ordenados de menor a mayor ingreso”.

De inmediato señalan una de las conclusiones más impactantes de la investigación: “mientras que el 95% inferior experimentó una disminución en su poder adquisitivo, el del 5% superior aumentó. Sin considerar al top 5%, el ingreso promedio de los hogares cayó 2.6%”.

Esto implica que entre 2019 y 2023 19 de cada 20 hogares uruguayos perdieron ingresos reales y solo 1 los aumentó. 

“Una vez más, la sociedad uruguaya emerge de una crisis con mayor disparidad en las condiciones de vida de la población, aspecto que, en este caso, también se ilustra con la conocida evolución de la incidencia de la pobreza, cuyos niveles tampoco retornaron a los de 2019”, destacan en la investigación, haciendo referencia a que Uruguay tiene hoy 50 mil pobres más que en 2019”, sostienen.

La torta y su reparto

En la publicación explican que “en el corto plazo, la trayectoria de la distribución del ingreso observada depende de la evolución de las distintas fuentes que lo componen -remuneraciones laborales y a la propiedad del capital, así como transferencias públicas y privadas- y de la conformación de los hogares. En esta breve entrada nos concentraremos exclusivamente en el primer aspecto. Para ello, analizaremos la evolución de la participación de la masa salarial en el PIB -es decir, qué parte de la producción total perciben los asalariados- (…). A su vez, exploraremos la Masa de Remuneraciones Laborales (MRL en adelante), un indicador más abarcativo, que incluye además los ingresos por trabajo de cuentapropistas y patrones”.

Los economistas aclaran que “este primer análisis de la distribución funcional del ingreso forma parte de una investigación más amplio que estamos desarrollando en el grupo de Desigualdad y Pobreza del Instituto de Economía”.

Luego de precisas y extensas explicación metodológicas explican que “el estudio de la evolución del peso de las distintas fuentes de ingresos permite analizar la forma en la que se distribuyeron en el corto plazo los efectos de la crisis. En los estudios previos para Uruguay se observan contracciones importantes del peso de la Masa de Remuneraciones Laborales en períodos de crisis, generalmente recuperando los valores previos en los años posteriores. Por ejemplo, entre 1997 y 2003, la masa salarial cayó de 39,6 a 33,9%, mientras que en el período de expansión posterior se recuperó, y, en 2016, llegó al 41.6%”.

Establecen que se pueden utilizar diversos métodos para el análisis de los distintos componentes de la distribución funcional del Ingreso: “Una primera aproximación consiste en comparar la evolución del PIB con la de dos índices que publica el INE: un índice de variación de la tasa de empleo (ITE), obtenido a partir de las Encuestas Continuas de Hogares (ECH), y el Índice Medio de Salarios Reales, IMSR (Método 1). Un segundo método (…) consiste en actualizar la masa salarial o MRL que proporciona el SCN, con base en información de la evolución del empleo y las remuneraciones proveniente de los microdatos de las ECH (Método 2)”.

A continuación, agregan conclusiones: según el Método 1, “la crisis económica generada por la pandemia de COVID-19 provocó fuertes caídas del empleo en 2020, y reducciones del salario real hasta 2023. En términos de la recuperación, el empleo, pero particularmente los salarios reales, acompañaron tardíamente el repunte de la economía posterior a la pandemia”.

En cuanto a las estimaciones basadas en el Método 2, son parte de los impactos de esta publicación: “Entre 2019 y 2022 se produjo una caída del 8% (4 puntos porcentuales) en la participación de la MRL en el PIB (que se redujo desde 49.8 a 45.8%). Más allá de la recuperación reciente, es importante resaltar que el deterioro de las condiciones de vida de la población corresponde a la suma de todas las pérdidas. Esto significa que entre 2019 y 2023 la reducción total de la MRL fue de aproximadamente 7.440 millones de dólares, lo que equivale al 13.6% del PIB de 2019. En términos de masa salarial, la pérdida equivalió al 12.5%”.

Más allá del impacto de esos números la conclusión conceptual es que “ambos métodos indican que la participación de la masa salarial y la MRL en el PIB correspondientes a 2023 se ubican por debajo de los niveles de 2019”.

La investigación agrega que “en 2020, el impacto de la crisis se explicó por reducciones de los salarios reales y del empleo. Sin embargo, la recuperación fue resultado de la expansión del empleo, en tanto las remuneraciones laborales reales continuaron cayendo, es decir, contribuyeron a la reducción de la masa salarial en 2021 y 2022. Esto pone de manifiesto el rol de la política salarial en la falta de recuperación de los ingresos laborales reales”.

“Para complementar el análisis de la evolución de la MRL es relevante conocer cómo evolucionaron el resto de los componentes de ingreso de la economía. En particular, los ingresos por capital tienen una incidencia significativa en la evolución general de la desigualdad debido a la fuerte dispersión tanto entre sus componentes, -rentas, beneficios, intereses-, como dentro de cada uno de estos”, indican. 

La conclusión es que “una buena parte de la reducción en la participación de la masa salarial y la MRL se explica por un aumento del peso del Excedente de Explotación en los períodos de crisis. Esto remarca los claros efectos regresivos de la crisis, que implican generalmente una transferencia de ingresos desde los ingresos salariales a quienes perciben rentas del capital”.

“En síntesis, la sociedad uruguaya emergió de la última crisis siendo más desigual. Por lo tanto, recuperar los niveles de desigualdad personal y de participación relativa de la masa salarial y la MRL puede considerarse un primer objetivo necesario para la reducción de los niveles de desigualdad. Sin embargo, la concentración de los ingresos ya presentaba marcados signos de estancamiento desde mediados de la década pasada. Por ello, se requiere discutir las formas de lograr una reducción sustantiva de la desigualdad funcional y personal, que además viabilice una reducción estructural de la vulnerabilidad socioeconómica y la pobreza”, concluye la investigación.

Enlace para acceder a la publicación completa, con gráficas y explicación metodológica:

https://fcea.udelar.edu.uy/blog/8161-una-recuperacion-desigual-masa-salarial-y-distribucion-del-ingreso-despues-de-la-crisis.html#_ftn2

Foto

Moneda nacional de Uruguay. Foto: Javier Calvelo / adhocFOTOS.

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