Por Mateo Carvalho, secretario general de la UJC.
La UJC cumple 66 años. Son 66 años de compromiso revolucionario con nuestro pueblo, asumido individual y colectivamente. 66 años en la historia de nuestro país.
Es un aniversario que nos encuentra en pleno enfrentamiento a un proyecto de país regresivo, impulsado por la máxima representación de las oligarquías criollas, sus aliados multinacionales y la cercanía cooperante del imperialismo yanqui.
Enfrentamos y denunciamos con todas nuestras fuerzas los retrocesos que se cobran factura en los sectores más necesitados de nuestro pueblo, no podemos permitir que nuestros y nuestras compatriotas ingresen a las filas de la pobreza a costa del desempleo, la rebaja salarial y de las políticas sociales. De una concepción ideológica y un acción de gobierno que dan la espalda a las urgencias de la gente. El ajuste que se está aplicando cae sobre los hombros de la mayoría, haciendo a los ricos cada vez más ricos, rompiendo récords de exportaciones y ganancias en sectores agroexportadores y encareciendo un vaso de leche, un plato de arroz, las verduras y un pedazo de carne. Estamos ante un gobierno que prefiere recortar en la alimentación de nuestras niñas y niños, nosotros y nosotras sabemos que el presidente nunca vistió una moña azul, será por eso que se le nota su intención de proteger los «malla oro». Recuerde usted, señor presidente, que en la niñez se encuentra parte del presente y el futuro de nuestro país y que las y los niños son más importantes que el destino de miles de millones pesos que puedan concentrarse para beneficios de sus socios de clase.
Por eso, al cumplir estos 66 años, renovamos nuestras fuerzas y compromiso en la defensa de la educación pública, ante la evidente intención mercantilizadora que traen en sus planes y leyes, en su presupuesto, los sectores en el gobierno. Recortar recursos en la educación pública en todos sus niveles es lo que están haciendo, alejando aún más la posibilidad de acceso a los y las hijas de los laburantes; recortando en becas, en presupuesto, en horas docentes, dificultando así la posibilidad de un tránsito educativo justo. No creemos en la educación como un privilegio, algo a lo que pocos puedan acceder, luchamos por una democratización profunda a la hora de su acceso.
Este 14 de Agosto muestra un rumbo hacia donde ir, lo decimos fuerte y claro: en Uruguay hay un movimiento estudiantil dispuesto a organizarse para defender la educación pública luchando por el futuro. Como ayer lo hicieron Líber, Hugo y Susana, comprometidos con la lucha de su tiempo. También esa disposición es de nuestra UJC, que año a año pone su esfuerzo humilde y cotidiano a la hora de defender las luchas que vienen de lejos, porque es causa y patrimonio de nuestro pueblo una mejor y mayor educación pública.
En estos meses, nuestra organización realizó gran esfuerzo hacia el 8 de julio, un día que cambió el rostro de nuestro Uruguay, cuando logramos las firmas, impregnando de alegría el rostro de las y los militantes que en todo el territorio nacional desplegamos nuestra tarea fundamental, el contacto con nuestro pueblo, la recorrida de nuestros barrios, es por ello que compartimos un pequeño párrafo de la declaración de nuestro último Comité Central: «… La respuesta de nuestro pueblo ha sido contundente, casi 800.000 uruguayos y uruguayas manifestamos nuestra voluntad de debatir para resolver democráticamente sobre aspectos que nos afectan a todos y todas. Saludamos a cada una de las personas que firmaron y a cada militante que, con su esfuerzo, hizo posible la hazaña de juntar -en medio de la pandemia, las restricciones a la movilidad y la crisis- la mayor cantidad de firmas en nuestra historia. El campo popular se encuentra hoy más unido, más amplio y fortalecido que cuando comenzamos este proceso. No podemos más que hacer un balance enormemente positivo e invitar a quienes aún no lo hicieron a sumarse a esta iniciativa democrática. Queda un largo camino por recorrer, lo transitaremos con el mismo respeto, confianza y alegría, convencidas de que para nuestro pueblo las urgencias son otras y que esta ley representa pérdida de derechos…”.
Como desde hace 66 años llevamos la solidaridad internacional siempre como bandera, siguiendo el ejemplo del Meme Altesor, poniendo el cuerpo y la idea en los procesos revolucionarios de nuestro continente y el mundo. Defendiendo la autodeterminación y soberanía de los distintos países y en particular, en estos días, nuestra solidaridad y atención están en la defensa de la revolución cubana. Compartimos con ustedes otro pasaje de lo que declarábamos en nuestro Comité Central: «… Décadas después observamos como con enorme dignidad el pueblo cubano ha transitado un largo camino por la soberanía, la igualdad, la solidaridad y el socialismo. Asediada con un larguísimo bloqueo criminal, atacada por un enorme imperio y asolada por la pandemia, son horas difíciles para nuestros hermanos y hermanas cubanas. Extendemos a ellas toda nuestra solidaridad, como la recibimos también de ellas en incontables oportunidades. Exigimos el fin del bloqueo criminal y los ataques mediáticos; denunciamos la hipocresía con la que actores políticos y prensa nacional tratan este tema -mientras ignoran flagrantes violaciones a los DDHH en lugares como Colombia y Chile-, a la vez que reivindicamos el derecho a la autodeterminación de los y las cubanas que, conscientes hace años de las dificultades que enfrentan, encontrarán como han hecho siempre una respuesta a sus problemas…”.
Hace 66 años, en el XVI congreso del PCU, se decidía rumbear hacia la construcción de nuestra organización. No fueron años sencillos, ninguno de los que nos tocó vivir hasta llegar hasta acá. Y han sido más que relevantes los momentos de la historia donde hemos sido parte, en la contribución combativa y unitaria al fortalecimiento de nuestro campo popular y su ensanchamiento.
En la superación de los peores momentos engendrados por la dictadura cívico militar fascista que azotó la libertad de nuestro país, que se enfureció con gran saña sobre nuestra organización, sus recursos y sus militantes, llevándose a camaradas que aún hoy seguimos buscando juntos a nuestras y nuestros compañeros. La UJC enfrentó ese capítulo del terror con una sola convicción: la lucha cotidiana desde todos los frentes posibles, en nuestro país y el extranjero, para recuperar la libertad, rodeados y rodeando la solidaridad del pueblo oriental.
Hoy hay compañeros y compañeras fundadoras de nuestra organización que han podido militar o participar en actividades junto a nuevos y nuevas afiliadas, eso es la continuidad histórica, el camino largo de la acumulación del pueblo.
Hoy, ese camino, también encuentra a fundadores de nuestro Frente Amplio compartiendo espacios con las generaciones que hemos vivido gran parte de nuestra vida en los gobiernos de nuestra fuerza política. Este 25 de Agosto, que además de la fecha de la independencia de nuestro país y el aniversario de la UJC, es un día tan especial para el pueblo frenteamplista, nos encuentra y encontrará rodeando nuestros Comités de Base.
Se acerca el inicio de nuestro proceso congresal, llega en pleno desarrollo de las políticas de recorte de derechos y palpitando cada lucha de nuestro pueblo enfrentando la persecución, los recortes y retrocesos. Entrelazar todas esas luchas es un rumbo clave.
En estos 66 años de nuestra UJC seguimos encontrando este espacio colectivo de muchachas y muchachos luchando por la unidad y la acción de nuestras herramientas populares, de los espacios donde podamos pensar y construir cotidianamente la posibilidad de vivir de otra manera.
En estos tiempos de lucha, como desde hace 66 años, nos van a encontrar peleando junto al pueblo porque de él venimos y a él nos debemos.