Por Gabriel Mazzarovich
El secretario general del PCU, Juan Castillo, analiza con EL POPULAR las repercusiones políticas de haber alcanzado casi 800 mil firmas para derogar 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración (LUC).
El dirigente comunista también abordó, en la entrevista que sigue, la Rendición de Cuentas y las pautas salariales del gobierno y la situación en Cuba.
-¿Qué balance ha hecho el PCU del logro de casi 800 mil firmas para habilitar un referéndum contra la LUC?
El balance está en proceso, lo estamos haciendo, hace apenas una semana que culminamos ese esfuerzo enorme de seis meses de recolección de firmas, de una lucha que empezó mucho antes, desde la misma discusión a nivel parlamentario. por cierto insuficiente y a los tropezones, de la iniciativa que presentó la coalición de derecha, como Ley de Urgente Consideración.
Lo que sí hemos dicho, el mismo día y los siguientes, es que es una enorme hazaña democrática del pueblo uruguayo haber logrado casi 800 mil firmas para habilitar un referéndum contra 135 artículos de la LUC. Es impresionante. Siempre es difícil juntar firmas, y la credencial y las huellas, nunca fue fácil, en ningún momento histórico. Pero ahora, en medio de una pandemia, con un gobierno de derecha que tiene un fuerte blindaje mediático y en ofensiva, es mucho más impresionante. Fue un gran mérito de la militancia popular, de las y los miles que salieron a la calle, desde hace poco más de seis meses y en particular en este último tramo. Fue gigantesco el trabajo de la militancia sindical, enorme, y de los cooperativistas, del feminismo, del movimiento estudiantil, de las organizaciones barriales y del Frente Amplio, muy especialmente de los Comité de Base.
Para llegar a esa imponente cifra que nunca antes se había alcanzado, son más firmas que las que juntamos para el Voto Verde en 1987 y 1988, por ANTEL en 2001 y por ANCAP en 2003, por ejemplo, se tuvo que hablar con mucha más gente, calculo que con mucho más de un millón y medio de personas. Cada día es más impactante. Es una hazaña democrática enorme.
Lo hemos dicho y lo quiero reiterar, hay que saludar el esfuerzo conmovedor de las y los militantes populares. Y también destacar el nivel de unidad alcanzado, que no es menor, las principales organizaciones del movimiento popular, sociales y políticas, y créanme que no fue fácil. Es cierto que la militancia en el último tramo desbordó todo y estuvo más que a la altura, pero no es menos cierto que sin organización no se habría dado continuidad a la campaña ni se habría sostenido seis meses.
Entonces una gran hazaña popular y democrática, que enfrenta uno de los instrumentos centrales de la restauración conservadora, la LUC, junto con el Presupuesto y la política salarial.
Hay que hacer un balance fino, ver lugar por lugar como fue la recolección de firmas, los lugares que demostraron que están bien o muy fuertes y también donde tenemos debilidades, para el referéndum y para toda la batalla política que se viene.
Pero, como lectura general, hay que decir que el pueblo con su organización y su militancia logró abrir una discusión pública sobre los contenidos de este instrumento conservador, regresivo y antipopular, que el gobierno no quería que se discutiera. Ese es el primer gran mérito de esta campaña. Buena parte de nuestro pueblo se enteró de los contenidos de la LUC gracias a esta campaña.
Cuando se estaba en las conversaciones y en la construcción unitaria para lanzar esta propuesta, desde el PCU señalábamos la centralidad de la LUC y la necesidad de que tuviera una respuesta popular acorde. También dijimos que lograr las firmas implicaría un punto de inflexión. Bueno, ahora que las logramos hay que ratificar todas esas definiciones.
Además, puedo y debo decir, con orgullo, que dentro de esa formidable movilización popular unitaria, las y los comunistas estuvimos en primera línea desde el primer día y hasta el último, y que estaremos en la primera línea en esta segunda etapa, hacia el referéndum propiamente dicho.
En la UJC y en el Partido estamos haciendo un balance sobre todo esto, ahora tenemos una reunión del Comité Central y seguramente profundizaremos en estas cuestiones, pero estas primeras conclusiones las adelanto porque parten de nuestras propias definiciones cuando decidimos apoyar e impulsar una campaña de recolección de firmas contra la LUC, están en nuestras resoluciones.
-Varios analistas políticos han señalado que esto genera “un cambio general en la situación política”, que coloca al movimiento popular en ofensiva y a la derecha y las clases dominantes a la defensiva, ¿comparte esta valoración?
Bueno, lo han dicho entre otros Oscar Botinelli y Daniel Chasquetti. Yo lo comparto. Creo que 800 mil firmas cambian todo, abrigan una esperanza. Por la dimensión del hecho político, por la cantidad en sí misma, por las condiciones en que se juntaron, por cómo cambia el estado de ánimo de la militancia popular y también de los votantes de derecha. Y hasta por la reacción de los voceros de coalición multicolor.
Creo que estas 800 mil firmas son una respuesta popular a la LUC, claro, habilitan un referéndum, fortalecen la democracia, permiten lograr la derogación de los 135 artículos más regresivos. Pero son más que eso, son una señal política de enorme trascendencia, un punto de inflexión en la situación política en general, donde hasta ahora, la agenda la marcaba el gobierno.
Obviamente la derecha sigue en el gobierno nacional, sigue con mayoría en el Parlamento por el acuerdo de los 5 partidos, sigue con el poder económico, siguen siendo las clases dominantes, con su enorme poder, eso no lo cambian sólo ni únicamente las firmas.
Pero lo que sí cambia es que el movimiento popular demuestra, una vez más, la fuerza de su unidad, su capacidad de movilización, su militancia, y como todo eso puede transformar la realidad. Y fundamentalmente, el estado de ánimo de la gente, del militante, del pueblo, de las grandes masas.
La derecha y el poder no se esperaban que llegáramos a las firmas, mucho menos que rozáramos las 800 mil. Tenían todo preparado para un sepelio de lujo de la campaña y de la izquierda, de la militancia. Y se llevaron un revolcón, tremendo.
El diario que aplaudió a la dictadura – El País – no se cansaba de sacar editoriales y artículos de opinión, hablando sobre las bondades del gobierno, del acierto de la LUC y del seguro fracaso que íbamos a tener. Pero al otro día de la fiesta popular que acompañó hasta la Corte electoral las cajas con las 800 mil esperanzas, no fue para el caganchero la noticia principal, no mereció el título destacado de su portada, ni desarrollaron artículos de opinión y se acalambró el que escribe los editoriales. Les dolió.
Tanto les dolió que una vez pasado el sofocón, volvieron a sus andanzas. Las dedicatorias y menciones editoriales a los comunistas, son coleccionables. Dirigentes partidarios, militantes sindicales, luchadores sociales y representantes parlamentarios, le hacemos ganar el jornal al editorialista. En estos últimos días, donde los medios masivos salieron a coro a pegarle a Cuba y su gobierno, afirman en un párrafo, que “el partido de Andrade no solo es totalitario sino que además llama a masacrar a personas indefensas”. ¿Es de verdad dirigido al PCU o es una autocrítica del diario por lo que hizo en 1973 cuando ponía en sus páginas, las fotos y los datos de los dirigentes sindicales – compañeras y compañeros de todos los gremios y todo el país – para que la dictadura fascista los encarcelara y torturara o los desaparecieran?
Las firmas son una victoria que impacta a nivel general. Incluso en el estado de ánimo de la gente, de nuestra gente y de toda la gente. La explosión de alegría del jueves pasado fue una auténtica expresión popular, nosotros estamos contentos y ellos enojados y desacomodados.
Así como te decía que hay que hacer un balance fino, te quiero decir que hay que calificar esto ya logrado como una victoria popular, no hay que dejar que la tapen o le reduzcan su importancia.
Y si, reitero, las casi 800 mil firmas, cambian todo, impactan sobre todo. El gobierno debería tomar nota, dejar de despreciar, de ningunear, dejar la soberbia. Y el movimiento popular también debería tomar nota, y lo está haciendo, de la fuerza transformadora que tiene cuando actúa unido y militando.
-¿Cómo debería encararse esta segunda etapa de la campaña?
Creo que esto debe ser debatido entre todas las organizaciones populares que protagonizaron esta recolección de firmas. Hay que darse los tiempos y generar los espacios necesarios. Lo que sí está claro es que tenemos que lograr una amplitud mayor todavía, convocando a organizaciones y personas que no se sumaron en esta etapa. Que tenemos que generar el debate con todo nuestro pueblo, llegar de nuevo a quienes firmaron, pero también a quienes aun no llegamos, con ese mano a mano que es insustituible. Finalmente, que habrá que difundir los contenidos de los 135 artículos que queremos impugnar, explicar mucho y debatir. Pero las características de como hacer esto en concreto deben debatirse entre todos los que hicimos la campaña.
-En estos días el Poder Ejecutivo ha presentado dos importantes instrumentos de su política: la Rendición de Cuentas y las Pautas de los Consejos de Salarios. ¿Qué valoración hace de las mismas?
Nosotros caracterizamos a este gobierno como el de los sectores más regresivos de las clases dominantes, con un gran peso de los sectores del capital financiero y del agronegocio, con un peso inédito de la ultraderecha y con sectores con rasgos fascistas. También dijimos que las clases dominantes venían a imponer una restauración conservadora, un ajuste de cuentas con el pueblo, que incluía un ajuste neoliberal, la concentración de la riqueza y del poder.
Lo que propuso el Poder Ejecutivo como lineamientos para los Consejos de Salarios y en la Rendición de Cuentas es parte de este ajuste contra el pueblo, que ya provocó 100 mil pobres más, 60 mil puestos de trabajo menos en un año, caída del salario y aumento de la concentración de la riqueza.
Los lineamientos salariales, como lo indica un estudio del Instituto Cuesta Duarte del PIT-CNT, van a implicar más caída del salario y por más tiempo. La Rendición de Cuentas implica lo mismo para las y los trabajadores públicos, aunque aumenta los sueldos de funcionarios de confianza y permite que aumente el del presidente.
El movimiento popular, el sindical, el Frente Amplio, van a enfrentar estas dos propuestas regresivas, con más unidad y con más lucha.
-Este domingo y luego también el lunes se generaron una serie de movilizaciones en Cuba: ¿Qué posición tiene el PCU al respecto?
El PCU ya ha emitido una declaración, allí está nuestro rechazo a lo que calificamos como una nueva ofensiva imperialista contra Cuba, han hablado en el parlamento nuestros legisladores, Ana Olivera, Gerardo Núñez, Oscar Andrade, lo propio ha hecho en EL POPULAR en Radio el secretario de Relaciones Internacionales del PCU, Jorge Mazzarovich. ¿En Cuba hay problemas? Por supuesto. Las y los cubanos en estos 60 años de revolución han criticado, practican la autocrítica y siguen haciéndolo, para corregir errores y dar respuestas a sus problemas.
Pero no se puede hablar de la situación de Cuba, muy difícil, por cierto, si no se habla del criminal bloqueo que EEUU le ha impuesto hace más de 60 años, que el gobierno de Trump recrudeció con más de 200 medidas adicionales y que el de Biden ha mantenido y acelerado su aplicación.
¿Se quiere ayudar a Cuba? Pues bien, levanten el bloqueo que hace 29 años viene siendo condenado en la ONU, como bien dijo el presidente de México, André Manuel López Obrador.
Nosotros reclamamos que se respete la soberanía de Cuba, que no haya intervención extranjera, que no se la desestabilice, que no se provoquen escenarios de violencia. Y estamos siguiendo cada momento con mucha atención y preocupación.
Y no nos tiembla la voz, no buscamos atajos: somos solidarios con Cuba, con su pueblo y con la revolución.