20221001 / Mauricio Zina - adhocFOTOS/ BRASIL/ SAN PABLO/ POLITICA/ Marcha de cierre de campaña de Luiz Inacio Lula da Silva en la ciudad de San Paulo en Brasil. En la foto: Luiz Inacio Lula da Silva y Fernando Haddad durante la marcha de cierre de campaña en la ciudad de San Paulo en Brasil. Mauricio Zina/ adhocFOTOS

Brasil: ¿Hay motivos para el desánimo por no ganar en primera vuelta?

Raúl Carrión (*) 

Por supuesto, hubiera sido mejor si hubiéramos liquidado las elecciones presidenciales en la 1ª primera vuelta. Pero es indiscutible que Lula y las fuerzas de izquierda lograron una gran victoria el 2 de octubre –consiguiendo casi 6,2 millones de votos más que Bolsonaro –, faltando menos del 1,6% de los votos para decidir las elecciones en primera vuelta. Lula ganó en 14 estados, contra 13 ganados por Bolsonaro. 

Y no podemos olvidar que estos resultados se lograron después de años de ataques de los principales medios de comunicación contra Lula, persecución por parte del Poder Judicial y su detención para impedir su candidatura en 2018.

¿Quién hubiera imaginado – después de la aplastante victoria de Bolsonaro en las pasadas elecciones – la posibilidad de una recuperación tan rápida de Lula y de las fuerzas de izquierda en Brasil?

Por primera vez, un presidente que busca la reelección obtuvo menos votos en la primera vuelta que su oponente. Pero es innegable que, con el 43,2% de los votos, Bolsonaro y la ultraderecha demostraron fuerza, algo que no se puede ignorar y que no desaparecerá de la noche a la mañana.

Lula es el favorito, pero la disputa será difícil

El resultado alcanzado por Lula – el 48,4% de los votos – lo coloca como favorito, necesitando apenas un 1,6% más de votos para vencer. Bolsonaro precisa obtener 6,8% más.

Además de la gran lealtad de los votos obtenidos, Lula puede conquistar para sí la mayoría de los 4,9 millones de votos (4,2%) de Simone Tebet, candidata del PMDB. Ella, además de declarar su apoyo a Lula, se puso a disposición para viajar por Brasil en campaña con él. El PMDB liberó a sus afiliados para que apoyen a quien quieran. Como buena parte del PMDB ya apoyó a Lula en la primera vuelta, ahora la mayoría debe quedarse con Lula

Asimismo, gran parte de los 3,6 millones de votos (3,0%) de Ciro Gomes, del PDT – partido que ya declaró su apoyo a Lula – debe ir para Lula. También deben ir para Lula los 125 mil votos (0,1%) de otros tres partidos de izquierda (UP, PCB, PSTU).

Así, además de los 6,2 millones de votos a su favor, Lula tiene 8,6 millones de votos de candidatos que lo apoyan, donde debe crecer. Incluso los 600 mil votos (0,51%) de Soraya Thronicke, de “União Brasil”, pueden pasar parcialmente a Lula.

Para Lula es importante recibir el apoyo de líderes históricos del PSDB, como Fernando Henrique Cardoso – dos veces Presidente de la República – del Senador José Serra – ex candidato a la Presidencia de la República – y de cuatro ex presidentes del PSDB – José Aníbal, Tasso Jereissati, Teotônio Vilela Filho y Pimenta da Veiga–, que llevan votos del centro y de la derecha democrática para Lula.

El apoyo de economistas como Armínio Fraga, Edmar Bacha, Pedro Malan y Persio Arida –que formularon el Plan Real, dirigieron el Ministerio de Economía o el Banco Central – también son un apoyo importante para Lula.

Así, además de los 10 partidos que ya lo apoyaron en la 1ª vuelta, Lula consiguió el apoyo de tres más: PDT, Cidadania y PCB.

La liberación de la votación del PSD también favorece a Lula, ya que importantes líderes, como los senadores, reelectos Osmar Azis, de Amazonas, y Otto Alencar, de Bahía, ya declararon su apoyo a Lula y, junto con el senador Alexandre Silveira, de Minas Gerais, y el alcalde Eduardo Paes, de Río de Janeiro, crearon un grupo de parlamentarios del PSD para apoyar a Lula.

Bolsonaro tiene menos espacio para ampliar sus votos y expandir sus apoyos. Consiguió el apoyo del candidato del “Novo” – que obtuvo 560 mil votos (0,47%) – pero su partido se declaró neutral. Además, cuenta con el apoyo del falso “cura” del PTB, quien obtuvo unos míseros 81 mil votos (0,07%). En conjunto, su área de crecimiento natural es de 640 mil votos (0,54%).

Además de los tres partidos que lo apoyaron en la primera vuelta – PL, PP y Republicanos –, Bolsonaro solo pudo sumar al pequeño PSC para la segunda vuelta.

Los demás apoyos que ha obtenido Bolsonaro en los últimos días han sido de políticos que ya lo apoyaban en la primera vuelta. Es el caso de los gobernadores reelegidos Cláudio Castro, de Río de Janeiro, Ratinho Júniorr, de Paraná, y Zema, de Minas Gerais.

La novedad es el apoyo del gobernador de São Paulo, Rodrigo Correa (ex-DEM) – candidato derrotado del PSDB. Pero su apoyo fue inmediatamente desautorizado por el presidente del PSDB em São Paulo y provocó la renuncia de varios secretarios de su gobierno, obligándolo a afirmar que se trataba de un apoyo puramente personal.

Por la fuerza electoral de estos cuatro estados y el poder de sus aparatos, estos apoyos no pueden ser ignorados. En contraste, el Dr. Pessoa, alcalde electo en Teresina, capital del Estado de Piauí, que apoyó a Bolsonaro en la primera vuelta, ahora apoya a Lula.

Para tener una idea de la ventaja relativa de Lula, imaginemos por un momento que todos los votantes de los otros candidatos presidenciales decidan anular su voto en la segunda vuelta. En ese caso – mantenidos los respectivos votos de primera vuelta – Lula ganaría con el 52,85% de los votos válidos, frente al 47,14% de Bolsonaro, es decir, con una diferencia del 5,7%.

¿Significa esto que la victoria de Lula está garantizada? En absoluto, porque la segunda vuelta – aunque no sea una «nueva elección» o un «juego que parte de cero» – significa otros 28 días de campaña, en los que «puede correr mucha agua bajo el puente» y nuevos hechos pueden acontecer.

Acertar en el rumbo político para vencer

En estas tres semanas que nos quedan, es necesario no cometer errores y consolidar nuestros éxitos. El primero es la amplitud, que nos permitió llegar hasta aquí y que tiene que ser cada vez mayor. Como señaló el PCdoB, ya en 2018, después de la victoria de Bolsonaro: es necesario unir todas las fuerzas posibles, independientemente de las diferencias menores, para derrotar el proyecto neofascista, antinacional y antipopular de Bolsonaro. La segunda vuelta es un momento apropiado para esto.

La segunda cuestión es debatir con el pueblo – además de la respuesta de sus necesidades urgentes – un proyecto de nación soberana, democrática y con inclusión social, capaz de retomar el desarrollo de Brasil y garantizar beneficios a largo plazo para todos los brasileños.

Por tanto, es necesario evitar la trampa de la ultraderecha, que trata de poner en el centro de la discusión las cuestiones religiosas y la agenda de las “costumbres”.

Sin hacer de este el punto central de la campaña, es necesario hacer una crítica fundamentada a los crímenes de Bolsonaro, contra la vida, contra la patria, contra las libertades democráticas y contra los derechos de nuestro pueblo.

Finalmente, es fundamental llevar la campaña a las calles, movilizando al pueblo en torno a la victoria de Lula.

Avances de la ultraderecha en el Parlamento y Gobiernos

En ese contexto, es preocupante el avance de la ultraderecha y sus aliados en las elecciones para el Senado (que renovó 1/3), la Cámara de Diputados y los parlamentos de los Estados. La ultraderecha también ganó los gobiernos de importantes Estados – como Rio de Janeiro, Minas Gerais, Santa Catarina, Paraná, Goiás, Acre, Roraima, y aún pueden ganar otros en la segunda vuelta, como São Paulo y Rio Grande do Sul.

En el Senado (81 senadores), los sectores de izquierda y progresistas obtuvieron 8 escaños y la extrema derecha, al menos 13 escaños. La derecha y el centro, otros 6 asientos. En la composición total, la izquierda tendrá poco más del 15%, la extrema derecha el 30% y la derecha y el centro más de la mitad.

En la Cámara de Diputados (513 diputados), la izquierda alcanzó cerca del 25%, la ultraderecha casi el 50% y la derecha y centro otro 25%. En la Cámara, la mayor representación (99 diputados) será del PL, el partido de Bolsonaro, y la segunda mayor (80 diputados) será de la Federación Brasil Esperança (PT, PCdoB, PV).

Amplitud para ganar y gobernar

Sin duda, estos avances de la extrema derecha crearán dificultades para un tercer gobierno de Lula, que requerirá una amplia coalición de fuerzas con el centro y la derecha democrática. Por ello, es necesario entender que será un gobierno de transición, con la tarea central de garantizar la democracia, reconstruir la nación y mejorar las condiciones de vida de la población. Quien piense que podrá ser un gobierno de grandes avances se equivoca. Una vez allanado el camino y derrotada la extrema derecha – lo que no sucederá el 30 de octubre – entonces sí, crearemos las condiciones para avances más sólidos y profundos.

(*) Historiador, dirigente del PCdoB de Rio Grande do Sul y Presidente de la FMG-RS. Versión enviada por el autor a EL POPULAR de un artículo publicado originalmente en Portal Vermelho.

Foto de portada:

Lula da Silva y Fernando Haddad durante la marcha de cierre de campaña en la ciudad de San Paulo en Brasil. Mauricio Zina/ adhocFOTOS.

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