La Comisión Económica para América Latina y el Caribe estimó que la economía de la región mantiene un bajo crecimiento, por lo que se espera que el promedio de crecimiento será del 2,1 por ciento en 2024.
Loas datos aportados por el organismo, indican que serán los países caribeños, donde se verificará un mejor desempeño.
Para el organismo de las Naciones Unidas “América del Sur crecerá 1,6 %, América Central y México 2,7 %, y El Caribe (excluyendo Guyana) 2,8 %”.
Guyana, señala la actualización de CEPAL, constituye una excepción en la Región, “debido al boom petrolero que experimenta”, lo que se “traduce en altas tasas de crecimiento de su producto interno bruto (PIB)”, razón por la que se espera un crecimiento del 34,3 %.
Los datos de Cepal, muestran que tanto Argentina como Haití, “tendrán recesión este año”, previendo “un crecimiento negativo” de -3,1 % para Argentina, “impactada por los programas de ajuste que adelanta el gobierno del presidente Javier Milei”, y un “-2,0 % Haití” debido al “marasmo de su grave crisis social marcada por el auge de la violencia criminal”.
Para el caso de las llamadas “economías grandes” de la Región, sin considerar Argentina, se prevé “un crecimiento modesto: 2,3 % en Brasil y en Chile, 2,5 % en México y en Perú, y 1,3 % en Colombia”.
Por su parte, “República Dominicana crecerá 4,5 %, y Venezuela 4,0 %, en su tercer año consecutivo de “rebote” de la economía tras ocho años de recesión”.
En América Central, se lee en la actualización de datos, “el mejor desempeño lo registrará Costa Rica, con 3,9 %”.
De acuerdo al organismo “durante 2024, los mercados globales estarán marcados por varios factores de riesgo”, en primer lugar, los relativos a “las crecientes tensiones geopolíticas” que llevan “al mundo hacia un fuerte reacomodo de las cadenas de valor”.
Junto a ello, se añade, “existe el riesgo de que los aumentos en los precios de los productos básicos puedan retrasar las bajas de tasas de interés por parte de los principales bancos centrales, con efectos negativos para el crecimiento económico mundial”.
En su evaluación, CEPAL recalca que “si las tasas de interés permanecieran elevadas por más tiempo, podrían aumentar aún más las vulnerabilidades por la carga de deuda en varias economías emergentes y en desarrollo, y también la vulnerabilidad del sector financiero en los países desarrollados”.
El bajo crecimiento esperado, subraya CEPAL, “no es solo un problema coyuntural, sino que refleja la caída de la tasa de crecimiento tendencial del PIB regional”.
En ese sentido describe que “la región se encuentra en una crisis de desarrollo caracterizada por tres trampas que se refuerzan mutuamente: una trampa de bajo crecimiento, otra de alta desigualdad y baja movilidad social, y una de baja capacidad institucional y gobernanza ineficaz”.
Dichas trampas “condicionan y limitan la consecución de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas y, por tanto, la consecución de un desarrollo social inclusivo”, se lee en el reporte del organismo, que advierte que “para dinamizar el crecimiento” se debe incrementar la productividad “y aumentar la inversión en capital físico y humano”.
“No solo debe invertir más, sino mejor”, algo que depende de la adopción de “nuevas tecnologías” y la promoción de “iniciativas de clusters (…) buenas prácticas de negocios, fomentar profundas mejoras en el proceso de acumulación de capital y aprovechar adecuadamente el capital social y ambiental de las economías”.
En lo referido a las inversiones, el reporte enfatiza que se requiere “invertir en áreas críticas para incrementar la productividad: infraestructura, telecomunicaciones, digitalización, investigación y desarrollo; mejorar los programas de salud, y adecuar los sistemas educativos para responder a cambios que la digitalización y automatización pautan para los mercados de trabajo”.