Dos Cumbres y la ley del embudo al estilo yanqui

El próximo 10 de junio se realizará en forma paralela a la Cumbre de las Américas, la Cumbre de los Pueblos por la Democracia.

Las diversas organizaciones y militantes de la sociedad civil que apoyan esta Cumbre paralela a la impulsada por el gobierno estadounidense, solicitaron formalmente, realizar una marcha por las calles de la ciudad de Los Ángeles.

El pedido formal para efectuar la marcha, fue presentado al Departamento de Policía de dicha ciudad y obtuvo una negativa por respuesta.

Esta negativa a la realización de una marcha pacífica por la ciudad norteamericana es un claro ejemplo de lo que puede denominarse “la ley del embudo al estilo yanqui”.

Este es, justamente, el título de una nota publicada en el diario El Heraldo cubano y en ella se contrapone el accionar hipócrita de Estados Unidos a la hora de “evaluar cuáles marchas son más “legítimas” que otras, o cuales “representan mejor la idea de libertad de expresión” según los cánones imperiales.

En ese sentido, la nota del Heraldo cubano recuerda el accionar del gobierno estadounidense y sus agencias federales, cuando impulsaron, financiaron y difundieron aquella tan cacareada marcha que se realizaría en el mes de noviembre de 2021 en Cuba.

El “trabajo periodístico” sobre aquella “marcha” que nunca fue, copó, literalmente hablando, los principales espacios de comunicación a lo largo y ancho del mundo.

Los avisos oficiales dados por las autoridades cubanas a los lacayos del imperio dentro de la Isla fueron presentados, un día sí y otro también, como una clara evidencia de la intransigencia del gobierno cubano y su “desapego” a la “democracia made in usa”.

La cruzada mediática contra la Isla fue intensa y plagada de mentiras, falsedades y manipulaciones, sin embargo, ello no fue motivo para que el gobierno gringo y sus agencias, emitieran, al menos una disculpa.

Y no lo hicieron, por falta de información o evidencias, lo hicieron porque ese es y siempre ha sido, su “modus operandi”, no pueden y lo muestran cada vez más, con su condición de imperio que solo se piensa a sí mismo como sometiendo las voluntades de los demás países.

La próxima Cumbre de las Américas, una Cumbre que bien podría llamarse de “exclusiones”, evidencia esa voluntad de imperio, al tiempo que muestra cómo Estados Unidos persiste en producir un mundo que postrado a sus pies cacaree “yes sir” y le “lama las botas”.

Será la historia la que mostrará, una vez más, como esta Cumbre de exclusiones será una caricatura grotesca de la jerga y el accionar “democrático” de su convocante quien, aupado por un coro de plebeyos sumisos seguirán haciéndole creer al emperador de turno que aún está vestido con sus galas de antaño.

Lo terriblemente grotesco de esto es que cuando la historia la evalúe, la Cumbre de las Américas, solo quedará como un símil insípido de un “party gringo” de fin de semana.

A contrapelo de ello, la negativa para que los manifestantes por la Cumbre de los Pueblos por la Democracia puedan realizar su marcha, quedará inscrita como una evidencia más, de cuánto miedo le tiene el imperio a los pueblos cuando hablan con voz propia y se niegan a balbucear sumisiones.

Las organizaciones estadounidenses que convocan a la marcha han ratificado que realizarán la misma a pesar de la negativa recibida, habrá que esperar a ver cómo reaccionarán las fuerzas policiales y si responderán a la misma con ese accionar siempre violento que tantas veces ha sido denunciado.

A lo que, si no hay que esperar para ver qué pasa, porque ya acontece, es al silencio cómplice que ante esta negativa han mantenido los “siempre cacareadores” de la Unión Europea, la Organización de Estados Americanos y todos esos presidenzuelos que recitan, casi que, a ritmo bíblico, las palabras de su amo del norte.

Nadie ha salido a comunicar que la negativa a la realización de la marcha en apoyo a la Cumbre de los Pueblos por la Democracia, es un claro ejercicio de violación a los derechos constitucionales garantizados en la primera enmienda de la Constitución de los Estados Unidos.

Y es, además, la mejor evidencia de ese falso discurso que pregona a los gritos la supuesta defensa de los derechos humanos y la “libertad de expresión”.

Lo que hace a dicha negativa posible es ese silencio cómplice y esa postura aduladora en la que, tanto gobiernos, como medios de comunicación se encuentran.

Mientras Estados Unidos y sus agencias federales, dedican millonarias sumas en su guerra sucia contra Cuba y la acusan sistemáticamente de “detener y sancionar a los asalariados de Washington”, el imperio muestra su rostro invasor y prepotente, el mismo con el que han invadido países y masacrado inocentes.

Ese es el verdadero rostro de Washington, el mismo con el que “saquean riquezas, experimentan con seres humanos, torturan a los detenidos en cárceles secretas, sin permitir acceso a familiares ni a un abogado para defenderlos, encarcelan y condenan a niños, además de mantener la pena de muerte como sanción, incluidos menores de edad, sin jamás ser sancionados, para después argumentar cínicamente que lo hacen para “defender” los derechos humanos”.

Al final, habrá en la ciudad de Los Ángeles dos Cumbres, la de los sumisos al imperio y la de aquellos que parecen enarbolar las palabras de José Martí cuando dijo: “Ni pueblos ni hombres respetan a quien no se hace respetar”.

Rolando Arbesún

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